17 noviembre 2009

PONCIANO, “El torero con Bigotes"


RINCÓN TAURINO



  • Por: Antonio Casanueva


Allá por los años ochenta, cuando quien esto escribe, tuvo la oportunidad de presidir la Asociación Taurina de Puebla, en una sesión del ciclo de “Los Toros Hablados” el que solíamos organizar anualmente,  el nunca suficientemente recordado periodista taurino del diario "Ovaciones" Don Cutberto Pérez, conocido en el mundillo taurino como "Tapabocas" disertó con gran conocimiento del primer y único gran torero, auténticamente mexicano; Ponciano Díaz y de quien  por cierto,  se está cumpliendo el  151  Aniversario  de su natalicio.

Así, en esa inolvidable ocasión, Don Cutberto quien llegó a Puebla, con una bellísima pieza oratoria bajo el brazo, totalmente costumbrista, llena de romanticismo y añoranzas de la segunda mitad del siglo XIX, en la que  Ponciano, se desenvuelve como  todo un gran ídolo. De su nacimiento el 19 de noviembre de 1858  en la taurinísima Hacienda de Atenco, hasta su muerte ocurrida cuarenta años después,  pasando por la narración -casi poética-  de sus grandes éxitos y aventuras entre los que  destaca su viaje a España, en donde confirmó la alternativa el 17 de octubre de 1889 en la plaza de Madrid de manos de Salvador Sánchez "Frascuelo", participando igualmente "El Guerra" en el cartel..

Ponciano Díaz  fue hijo del caporal de la ganadería de Atenco, don Guadalupe Díaz y de María de Jesús Salinas. El haberse criado entre  los toros bravos de la vacada, hizo que desde que tuvo uso de razón quisiera ser torero. Se enfrentó por primera vez en público a novillos de Atenco  en Santiago Tianguistengo el 1o. de enero de 1977, toreando en compañía de José María Meza y Miguel Castro y una vez decidido el camino que tomaría su vida, ingresó como banderillero a la cuadrilla de los hermanos Hernández con quienes estuvo hasta 1878. A principios el año siguiente, en un viaje efectuado  a Puebla conoció a Bernardo Gaviño, el cual le invitó a unirse a su cuadrilla.

Al separarse de Gaviño, Ponciano debutó en Puebla como jefe de su propia cuadrilla el domingo 13 de abril de 1879, actuando con gran éxito al punto de participar  en la inauguración en 1881 de la plaza ""El Huizachal"", de gran importancia en la historia taurina de este país, ya que al estar ubicada  muy cercana a la ciudad de México en donde como es sabido existía la prohibición para celebrarse tales espectáculos.

Ahora que Don Bull, organiza corridas en Los EUA, cabe decir que Ponciano fue el primer mexicano en participar en aquel país en dichas actividades, actuando en unas corridas simuladas celebradas en 1885 en Nueva Orleans, causando sensación entre los asistentes norteamericanos  a dichas corridas. 

Mas adelante al permitirse la celebración de corridas en el D. F. participó en la inauguración de la Plaza San Rafael en 1887 y al no tener mucha suerte en ella decidió actuar en diferentes cosos del país , incluyendo la de "El Paseo" en donde participó en 17 corridas consecutivas con gran éxito en todas ellas y al año siguiente  en la temporada en que había sido contratado  Don Luís Mazzantiní, quien por cierto fuera el gran  estoqueador de la época a diferencia de Ponciano de quien se decía que mataba a la mexicana a base de los llamados “metisacas”, entre quienes nació una gran y perdurable amistad, sin embargo es prudente precisar que nunca actuaron juntos en publico ni en las plazas de México ni en España cuando Ponciano como se ha dicho, viajó a ese país .

El 12 de mayo de 1889 se despidió del público de la capital, entre un gran alboroto viajando a Veracruz para alcanzar el vapor Alfonso XII que lo conduciría a la Madre Patria, a donde Ponciano viajó acompañado de los miembros de su respectiva cuadrilla. Tanto en España como en Portugal, Ponciano actuó en ocho tardes, entre ellas  fueron las mas destacadas, las celebradas en Sevilla el 13 de octubre y una semana  mas tarde en Madrid, en donde recibió la alternativa  actuando  con  Salvador sanchez "Frascuelo" y Rafael Guerra "Guerrita" recibiendo la alternativa con el toro "Lumbrero" del Duque de Veragua. 

De regreso a México,  a su paso por Cuba, Ponciano fue informado que las corridas de toros habían sido nuevamente prohibidas dentro del  D. F., por lo que Ponciano decidió permanecer por espacio de un año en la isla,  regresando a México hasta 1890 siendo permitida por breve tiempo y nuevamente prohibidas, por lo que debió  torear
Tan solo  en la provincia, haciendo su reaparición en la capital en 1894. en la plaza de Bucareli pero ya sin el apoyo popular de antaño.

Toreó por última ocasión en esa plaza  capitalina, para otorgarle la alternativa a Diego  Rodríguez "Silverio Chico" el 13 de octubre de 1895 y luego de permanecer toreando solo en provincia, recibió una fuerte cornada  en el vientre,  falleciendo de cirrosis  hepática el 15 abril de 1899 a la corta edad de 40 años.

Lo mas interesante y epopéyico de Ponciano Díaz, quien fuera el primer torero mexicano de la historia, con alternativa recibida en la Plaza de Madrid en España, es al decir de sus biógrafos en general y particular de nuestro inolvidable amigo “Tapabocas”,  fue la  inesperada influencia, extraña relación  y poder que este personaje ejerció sobre el pueblo mexicano, en particular mientras el torero  dominaba a las reses con su  fuerza y valor, quien sin un conocimiento profundo de la técnica de matar y en particular de ejercer a sus enemigos  y como fue perdiéndola gradualmente    
a medida que el torero, se iba adentrando en los secretos  de la técnica.

Antonio Casanueva