30 noviembre 2009

MACÍAS!!!

TRIUNFADOR
DEL MANO A MANO CON JOSÉ TOMÁS



  • foto Sergio Hidalgo
MundotoroMéxico

Faena cumbre de Macías en La México

Domingo, 29 de Noviembre del 2009 | México, D.F.
  • Por: Juan Antonio de Labra
Foto: Sergio Hidalgo



En el gran coso había unos 35 mil espectadores dispuestos a emocionarse con dos tauromaquias distintas; con dos personalidades antagónicas; con dos maneras de sentir e interpretar el toreo, y quizá con el denominador común del amor tan grande de uno por su tierra de nacimiento, y el otro de su tierra por adopción: Aguascalientes.

Había quienes todavía le escatimaban a Arturo su presencia en el cartel. Sin embargo, su paso por este coso en los últimos años le avalaba plenamente para torear con ese monstruo del toreo como es José Tomás.

Y es que desde su reaparición, el de Galapagar sólo ha toreado mano a mano con El Juli (en la plaza de Ávila), y con Morante de la Puebla (en el Puerto de Santa María), dos rivales de muy distintas condición y experiencia con respecto de Arturo.

Así las cosas, el reto no era fácil para el hidrocálido, que salió dispuesto a todo y, nada más ponerse delante del su primer toro, fue volteado feamente cuando toreaba con el capote. Los segundos de angustia presagiaron una inesperada encerrona, y hasta el propio José Tomás se metió al burladero de matadores con un gesto de preocupación en el rostro.

Pero Arturo está hecho de una pasta especial, y se sacudió la ropa para volver al toro al que, después de picado, cuajó un sensacional quite por gaoneras, uno de los momentos estelares de la corrida.

El público aulló en el tendido con aquel artístico y valiente arrebato, y ya no abandonó ese estado de comunión con Arturo, que cuajó una de las faenas más estructuradas y bellas de todas cuantas ha realizado en La México.

Porque no sólo fue temple mágico en su muleta, que enamoró de principio a fin al nobilísimo toro de Xajay, sino una inspiración talentosa que mantuvo en un hilo el entusiasmo de la gente, que disfrutó a tope la suavidad de cada muletazo, el asentamiento de las zapatillas, la serenidad del torero.

Así se pasó una y otra vez las embestidas por la faja: ceñido y torero, en series de magnífico acabado que abrochó con señeros pases de pecho o sedosos cambios de mano. Y hasta un fulgurante muletazo cambiado por la espalda brilló como un astro en medio de la algarabía colectiva.

Las bernardinas finales fueron la cereza en el pastel. Se perfiló Arturo para matar en le suerte contraria, y citó a "Cuatro Caminos" de largo; el de Xajay tomó la muleta con la misma clase, humillado y con ritmo, y el torero ejecutó la suerte a un tiempo, en una demostración de valor.

Aquella maravillosa rúbrica merecía los máximos trofeos. Sin embargo, el juez Miguel Ángel Cardona, que reaparecía en el palco de la autoridad tras varios meses de ausencia, no tuvo la sensibilidad para conceder el rabo del toro.

¿Qué es entonces lo que un torero tiene que hacer para cortar un rabo en La México? Así como le recriminaron a Arturo el rabo que le concedieron el pasado 8 de febrero, después de otra faena casi del mismo nivel, con un gran toro de San José, ahora se lo pidieron con verdadera pasión.

Y el enojo de la gente fue mayúsculo. No era para menos. La seriedad de la plaza es una cosa, y la sensibilidad para captar la valía de una faena como ésta es otra.

Arturo trató de disimular su enfado, y dio la vuelta al ruedo con las dos orejas del toro en las manos; un ejemplar que debió ser premiado con arrastre lento.

La gente, que nunca se equivoca, entregó todo su entusiasmo al torero de Aguascalientes y, por otra parte, recriminó la rácana actitud del juez de plaza, que ya había cometido el error de no entregarle la primera oreja de la tarde a José Tomás, después de una faena importante.

Porque vaya que también el de Galapagar había toreado al toro que abrió la función con entrega, en un trasteo macizo y muy torero, donde desgranó detalles de una calidad.

A partir de la lidia del tercer toro, la corrida tuvo un bajón de ánimo, quizá porque los toros de Xajay no estaban aportando emoción a las faenas.

José Tomás se esmeró delante del tercero al que fue sobando hasta meterlo en vereda y terminó convenciendo a todos, en otra faena admirable que remató de una buena estocada para cortar una merecida oreja.

Y Macías abrevió delante del cuarto debido a la falta de interés que mostró el toro en su muleta.

El quinto no valía nada y la labor del madrileño pasó inadvertida, ya cuando el público comenzaba  a distraerse hasta que saltó el sexto a la arena y su alegría inicial devolvió a levantar una algarabía que se había diluido.

Parecía que este toro iba a ser de triunfo grande, pero se desfondó después de haber cogido a Arturo, que comenzó su faena gallardamente en los medios. Maltrecho y dolorido, Macías volvió a la brega sin la colaboración del toro.

Y aunque José Tomás había estado más que bien, decidió regalar un toro de la misma ganadería. La gente recibió con beneplácito el detalle, y espero a que la faena tomara vuelo, hecho que ocurrió cuando el madrileño se colocó en las cercanías y se pasó a milímetros las embestidas de un toro que se resistía a acudir a los cites.

Estoico, vertical, sin inmutarse para nada, José Tomás construyó otra faena donde todo lo hizo él, y de no haber tardado tanto el de Xajay en doblar seguramente le hubiese cortado la oreja que permitía su salida a hombros.

Un atisbo de coba pareció rondar alrededor de la figura de José Tomás cuando izaban a Macías, pero si hay alguien en esta Fiesta que no se da coba es precisamente éste hombre, que apartó a los aduladores y empezó a andar por el ruedo, cobijado por una cerrada ovación que se prolongó cuando Macías salía de la plaza en volandas, por derecho propio.

Así terminó el dichoso mano a mano entre dos toreros distintos, ambos tocados por la misma raza. Ahora el mexicano se fue por delante, y a mucha honra. Qué bien supo ese grito de ¡Arriba Aguascalientes’n! Sólo nos falto la famosa "Pelea de Gallos", que hubiera caído como anillo al dedo esta tarde en La México.

Ficha
Cuarta corrida de la Temporada Grande. Tres cuartos de entrada (unas 35 mil personas) en tarde soleada y fresca, con algunas ráfagas de viento. Siete toros de Xajay, el último como regalo, bien presentados y varios de armoniosas hechuras, de los que destacó el 2o. por su calidad. Otros dieron escaso juego y se apagaron pronto. Pesos: 502, 480, 485, 491, 505, 493 y 485 kilos. José Tomás (barquillo y oro): Vuelta tras fuerte petición, oreja, palmas y ovación tras aviso en el de regalo. Arturo Macías (grana y oro): Dos orejas con petición de rabo, palmas y palmas. El sobresaliente, Christian Ortega, hizo un buen quite al 6o. Destacó en banderillas Armando Ramírez, que saludó tras banderillear al 6o. Macías salió a hombros.





Arturo Macías El Cejas corta dos orejas en la Plaza México


29 noviembre 2009


  • Alejandro Escárcega

    

    Ante un entradón en la Monumental Plaza de Toros México, se dio el mano a mano entre el madrileño José Tomás y el aguascalentense Arturo Macías El Cejas, con siete astados de la prestigiada ganadería de Xajay, propiedad de Don Javier Sordo Madaleno Bringas, vecino de Tequisquiapan, Querétaro, cuyos toros lucieron su divisa verde y rojo.
    
    José Tomás, dió vuelta al ruedo en su primero, cortó la oreja del tercero, escucho aplausos en el quinto y regaló un séptimo con el cual también escucho aplausos.
    
    Arturo Macías El Cejas, le cortó las dos orejas al segundo, y escucho aplausos en el cuarto y el sexto.
    
    Abrió el festejo el madrileño José Tomás (amarillo imperial y oro) con Tú y las Nubes, número 165, negro listón bragado y cornidelantero con 502 kilos, con el cual dio la vuelta al ruedo después de tener petición. Con el capote, capotazos de recibo y quitó por mandiles. Con la pañosa, muletazos de tanteo del tercio hasta los medios a un toro noble y fijo pero desgraciadamente débil; estocada y descabello y aplausos al toro en el arrastre.
    
    El tercero del festejo fue Palomo Querido, número 171, negro bragado bien puesto con 485 kilos, lo capoteó con mandiles caminándole del tercio a los medios y quitó por chicuelinas. Brindó al cónclave, para comenzar su faena con estatuarios por alto y derechazos en la boca de riego, se cambió el engaño de mano para dar naturales, rematados con una dosantina; con el burel ya sometido, un faenón en los medios del ruedo, rematados con seis manoletinas en la puerta de arrastre y culminado con una estocada para cortar una oreja, otorgada por el Juez de Plaza Miguel Ángel Cardona y entregada por el alguacilillo José Julián Ayala.
    
    El quinto fue Qué te Vaya Bonito, número 126, zaino bien puesto con 505 kilos, con el percal verónicas y chicuelinas y quitó por estatuarias gaoneras. Como no le gustó el toro, no brindó y empezó por derechazos hasta ser desarmado y bajo la luz de la luna llena, naturales y estocada en los terrenos cambiados y descabello, para escuchar aplausos y pitos al toro en el arrastre.
    
    Como se le fué por delante el aguascalentense y a petición del público regaló un séptimo, Babel, número 55, entrepelado bragado bien puesto con 485 kilos, al cual llevó al caballo con chicuelinas andantes y quitó por tafalleras con gaoneras entreveradas. Sin brindar nuevamente, de tanteo con los pies clavados en la arena, naturales y derechazos rogándole las embestidas al queretano; media y un aviso para escuchar las últimas palmas del festejo.
    
    El aguascalentense Arturo Macías El Cejas (grana y oro), le cuajó un faenón a Cuatro Caminos, número 204, negro bragado y cornivuelto tocado del derecho con 480 kilos, lo recibió con chicuelinas y al instrumentar la segunda es prendido y cogido aparatosamente, regresa de los brazos de las asistencias y hace un quite por estatuarias gaoneras en la mismísima boca de riego; brindó al cónclave, para dar dos péndulos, el de pecho y un trincherazo para un cártel; derechazos y un cambio de mano para dar un natural de vuelta entera, más derechazos y remate por la espalda, naturales y el desdén para escuchar gritos de "torero, torero" desde las alturas; estocadón recibiendo al toro fijo, noble y emotivo. Aplausos al toro en el arrastre y dos orejas a Arturo, entregadas por el licenciado Arturo Ramos.
    
    Escuchó aplausos con Siete Mares, número 141, entrepelado bragado y cornidelantero con 491 kilos, lo veroniqueó y lo remató con media y quitó por chicuelinas con tafalleras entreveradas en la querencia. Le brindó al colega Joaquín López Dóriga; de tanteo y derechazos, es desarmado y levanta la muleta de la arena resolviendo con un natural a la descompuesta embestida del astado; naturales y dos dosantinas, el toro empieza a terciarse y se refugia en la querencia y ahí le recetó unos enormes derechazos, estocada y pitos al toro en el arrastre.
    
    Con el sexto, Pa´Todo el Año, número 194, entrepelado bragado y cornivuelto con 493 kilos, cadenciosas verónicas y gaoneras de escándalo, quite de chicuelinas por el sobresaliente Christian Ortega. Con la muleta empezó equivocadamente dando derechazos de hinojos hasta ser prendido y pisoteado feamente; sin zapatillas, muletazos por ambos pitones, pinchazo, media y descabello; pitos al toro.
    
    En conclusión, Arturo Macías de vió en torero en sus tres toros y dejó a la afición con deseos de verlo nuevamente.
    
    Para el próximo domingo 6 de diciembre, la Empresa anuncia la reaparición de Miguel Espinosa Armillita, la confirmación de alternativa de Cayetano Rivera Ordóñez y como testigo Octavio García El Payo con seis bureles de la ganadería de Arroyo Zarco.
    
    La Fiesta Brava, Valor, Técnica y Sentimiento
    
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    Toros en la México