16 mayo 2009

las charlas con ELBARDO DE LA TAURINA


SE PALMO “EL CAPETO”


Ahí estaban las cúpulas regordetas como piloncillos jaliscienses y las torres de la Catedral Tapatía, sobrias, erguidas, majestuosas, altas, chulonas y hasta coquetonas, mirando de reojo un cartel en donde hasta un ciego alcanzaba a leer las letrotas que resaltaban la presentación de un ‘Sobresaliente’ en la plaza del Progreso de Guadalajara, un tal Manuel Capetillo quién se había ganado a ley, su inclusión en un cartel titular gracias a que unos días antes en la plaza que comandaba el legendario Don Nacho García Aceves, el espigado Capetillo Villaseñor había instrumentado un par de quites de antología en base a un pokar de Gaoneras que remato con una Revolera estatuaria, lo que le valió dar una vuelta al ruedo, cosa inusual tratándose de un aspirante a novillero que actuaba con etiqueta de ‘Sobresaliente’ y vaya que resultó sobresaliente el oriundo de Ixtlahuacán de los Membrillos, Jalisco quién para su segundo quite no nada mas repitió la algarabía, sino que se sublimó al instrumentar un rosario de Fregolinas que canjeo por otra vuelta a la pandereta y ya con dos circunferencias en su haber, se ganó su debut oficial aquel día noveno del mes de noviembre de 1947, entonces tenía 21 años y ahora que se palmo 83, así que le dio tiempo de vacilar a lo lindo, pues era un tipo harto galán, polifacético y cábula.

Con el matador Capetillo me unía una ‘rara’ situación y es que no fui su amigo, cosa que no le importaba y menos ahora, que medio mundo fue su gran cuate y se tomaron la foto con él y hasta se dieron el lujo de tutearlo, ¡yo no! y eso que casi éramos paisanos aunque el no era tapatío como mi menda, ni tampoco como dijera el guanajuatense ‘Fello’ Jiménez, nunca ‘abrimos juntos las persianas del Tenampa’, aunque si debo decir que en rete hartas ocasiones exprimimos el pomo del agave azul, recuerdo una en particular en el museo de ‘Manolo el de los Sombreros’ a donde llego acompañado de su gachí Doña Lorenza Boyer García Aceves, descendiente por cierto del empresario que diera la primera oportunidad a Capetillo de vestirse de focos, digo de luces, coincidencias del destino, esa noche como era su costumbre, ejerció el vituperio a todo lo que da y platicó lo que le gustaba platicar y le saco la vuelta a lo que quería que nada mas se supiera a medias como aquel altercado que tuvo con el ‘Carpintero de Guamúchil’ nuestro Pedrito Infante y es que ‘El Capeto’ decía que el Doctor Alfonso Gaona le quedo a deber unas corridas -que nunca se dieron- y que claro el empresario no se las pago, luego inflaba el pecho y pregonaba que en venganza le escribió una canción que tituló ‘La mal pagadora’ canción que en una fiesta el torero soltó de su ronco cogote ante la presencia de Jorge Negrete, Javier Solís, Fermín Rivera, Lorenzo Garza y el propio Dr. Gaona. Al escuchar la ofensiva letra se levanto de la mesa Pedro Infante, tomo al torero por las solapas del saco y le dijo –mira cantante de regadera, lo que quieras con el doctor Gaona, conmigo- de un manotazo Manuel se zafó de las manos del sinaloense diciéndole -¡Por lo pronto no me arrugues el saco, porque es el único que tengo! - y bueno una cosa eran las palabras y otra muy diferente, era darse de fregadazos con ‘Pepe el Toro’ por lo que “El Capeto” tomo distancia aunque eso si las mentadas de madre no pararon mientras el torero salía por la puerta de cuadrillas.

En otra ocasión estando en su rancho que primero se llamo ‘Tabachin’ como aquel toro de Valparaíso que inmortalizo en la Plaza México y al que luego rebautizo como ‘Rancho Capetillo’ enfundado en unos pantalones colorados como los del “chapulín”, me decía –yo soy un torero de ¡milagro! –haber matador barájemela mas despacio- pues mira ‘Satanás’, cuando me pego la cornadota el toro ‘Camisero’ que era para matarme, pues primero me partió los cojones y luego en el aire me metió el pitón que quedo a nadita del corazón, gracias a que el cuerno se estrello con la medallita de mi ‘Morenita del Tepeyac’ y ahí se freno, la medalla se perdió, a un año de la cornada un valuador del Monte de Piedad la recupero y al ver que llevaba mi nombre grabado me la regreso ¿no es todo eso, un milagro?. ¡Ah pos si San Manuel!



de la lente de EDMUNDO TOCA OLGUÍN

... A LAS DOS HORAS...