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"El Zapata", oreja y oreja - Espínola, dos orejas y aplausos - Casasola, aplausos - aplausos. Los de "El Junco toreables, destacaron 1° y 2°, premiados con arrastre lento.
"El Zapata" y Fermín Spínola se consolidaron cortando 2 Orejas cada uno
Alfredo FLOREZ
21/12/2008
Fermín Spínola cortó dos orejas de mucho peso al igual que "El Zapata".
Un doble triunfo de gran importancia fue lo que le vimos al matador de toros Uriel Moreno “El Zapata”, quien ha llegado a la madurez de su carrera y como persona, realizando dos faenas de cortes diferentes, a dos toros que ha entendido a la perfección, primero a un buen toro de la ganadería de El Junco, que tuvo calidad, recorrido, fijeza y buen son, entendiéndole de maravilla a tal grado de gustar su toreo y gustarse, para proyectarlo a las pantallas donde se le vio lo enterado y buen torero que ya es este tlaxcalteca, quien llega en el mejor momento de su carrera tras de lograr faenas de madurez e inteligencia. Oreja del primer toro y mejor entendimiento de su segundo al que supo meter a su muleta y darle el tiempo, distancia y “enseñarle” por donde mandaba el torero. Cátedra de quien se sabe que está en el lugar adecuado para escalar la cumbre.
Y vimos a un Fermín Spinola que con poco menos tiempo de alternativa que el primer espada, nos mostró que también llegó ya a la parte madura de su carrera, que hay en él un torero para aprovecharle y darle toros en otras empresas que no han sabido catalogarlo como lo buen torero que es y que no lo han aprovechado. Fermín es garantía en vivo como en proyección televisiva, es un matador de toros con figura, temple, buen gusto y también entendedor de las cualidades de sus enemigos a los que sabe entenderlos pronto. Dos orejas cortadas a un gran toro, cierto, pero con la madurez que tiene y el arte que posee, digno de grandes carteles. Sin excluirle el conocimiento que demostró ante otro toro con la problemática que le presentó su segundo enemigo, al que le supo extraer lo poco que duró y le aprovechó el matador del estado de México.
Y no menos demostró ante las cámaras de televisión el matador Leopoldo Casasola, que vimos esforzado como siempre, entregado y buscando el triunfo aún a costa de su integridad, un torero garantía donde se le ponga, con la cualidad de su toreo variado y siempre en busca del triunfo, así no le hayan dado las facilidades sus toros, pero siempre insistiendo en salir triunfador. Este año Polo Casasola ha tenido dos actuaciones destacadas y me parece que al jugársela ante aquel toro que le pedían indultara tras de su gran faena, prefiriendo entrarle a matar aunque lo pinchara, dejándole un merito mayor al preferir entrarle a matar, que el cómodo recurso del indulto que otros toreros buscan con facilidad. Leopoldo Casasola es de los que deben de estar en carteles importantes de nueva cuenta.
Sin la emoción de ver salir al toro “en vivo”, disfrutamos de los comentarios de los colegas Murrieta y los del matador Jorge Gutiérrez con agrado.
Esperemos haber dado la crónica en la comodidad de estar frente a un televisor, pero sin ampliarnos a los detalles por razones obvias de no haberlo “vivido”...
Un final feliz tuvo la temporada grande en la Plaza México, tras las doce corridas reglamentarias, pues ayer se vieron faenas extraordinarias y se cortaron cuatro orejas, con un encierro de El Junco, superior con arrastre lento al primero en una tarde apacible y templada y ambiente taurino en los tendidos.
Uriel Moreno "El Zapata", con su experiencia a cuestas realizó dos faenas, una de arte y temple y la otra de maestro valiente, que coronó con la espada para cortar una oreja a cada uno de sus toros.
Fermín Spínola ya nos había "amenazado" con mejorar lo superado y lo cumplió cuajando dos faenas completas, la primera de mucha calidad y temple y la otra con temple y gallardía y de no haber pinchado corta otro apéndice.
Tanto el tlaxcalteca como el mexiquense salieron a hombros de los entusiastas aficionados que estaban festejando las posadas y la venidera Navidad y año Nuevo. Fue un final feliz de una campaña de la que muchos se mostraron incrédulos por la participación de puros toreros mexicanos.
Y Leopoldo Casasola estuvo muy torero y sin desmerecer de sus alternantes, porque fue meritorio lo que hizo a sus dos astados, que no fueron unos flanes.
Y una cosa muy especial que se registrará en el ruedo de la plaza, resurgieron los quites y así vimos chicuelinas de Spínola y saltilleras de "El Zapata"; fregolinas de Fermín y chicuelinas y tafalleras del mismo diestro; caleserinas de Casasola. Todos esos quites fueron aplaudidos Por su ejecución y vistosidad.
ENCIERRO
El licenciado Fernando Ochoa Ponce de León no conforme con el triunfo que obtuvo el pasado 16 de noviembre, envió otro encierro para reafirmar la buena crianza de sus pupilos con lo que la divisa rojo, rosa y blanco, volvió a ondear y brillar intensamente en la Plaza México.
Primero con el toro Escritor, el que mereció los honores de arrastre lento por su calidad y bravura; al corrido en segundo lugar inexplicablemente fue premiado por la autoridad, pero no por el público, que le aplaudió fuerte en el arrastre, y al que Fermín Spínola le cortó las dos orejas tras una faena de mural e invitó al ganadero, en este caso a su hijo Guillermo Ponce, a compartir el triunfo en la vuelta al ruedo. Los demás toros se dejaron torear más que bien. El que cerró plaza fue un toro bravo en verdad, que se resistía a morir. Fue un encierro bastante parejo y con el peso adecuado para tener movilidad. Algunos anduvieron escasos de fuerza, pero nada que no fuera subsanado y en general también se puede decir que fue la ganadería triunfadora.
"EL ZAPATA"
Uriel Moreno arrancó los primeros aplausos al torear a la verónica con suavidad por el derecho, y luego de cubrir efectivamente el tercio de banderillas inició su faena a un toro tardo en la embestida, pero lo desengañó y le hizo una labor de temple con ayudados largos marcando los tres tiempos básicos rematados con el desdén, que fueron de aroma singular. Luego toreó en redondo que fue un contento y en los ayudados mantuvo el temple siendo coreado fuertemente. Fue una faena bonita que gustó y señaló un pinchazo antes de la estocada, de la que salió rebotando, para una oreja con petición de otra con dianas en las alturas y arrastre lento al toro.
Su segundo no tuvo el mismo desempeño que su primero ni la claridad y nobleza del primero; tuvo sus problemas. Fue asperillo, gazapón por momentos y terminaba con la cabeza arriba, pero "El Zapata" sacó a relucir la maestría que está alcanzando y sus recursos. Lo toreó por ambos lados, algunas veces arrancando los muletazos. Estuvo tesonero y voluntarioso toda la tarde y realizó una faena de mucho mérito. Terminó con una serie de pases sueltos, pero vistosos y toreros que le aplaudieron. Estocada para una oreja.
SPÍNOLA
Fermín Spínola vino muy decidido a triunfar y lo logró y no sólo alcanzó ese título de la corrida de ayer sino de la temporada que concluyó, a pesar de que tiene un manchón porque se le fue vivo un toro en su presentación debido a estar fallo con la espada, pero a cambio de ello terminó con tres orejas en la espuerta, pero más que eso demostró que es un torero de calidad y temple que puede alcanzar niveles superiores. Ayer se dio a torear con arte, temple, hondura y mucha calidad, cualidades de las que siempre ha hecho alarde y toreó al natural como pocas veces se ve. Fueron muletazos de postal y en conjunto unas piezas toreras que permanecerán en el espacio.
Fermín tejió dos faenas completas con capote, banderillas, muleta y espada. Sobre todo la primera. Fue una faena con una trabazón firme que no podrá ser derrumbada tan fácilmente. Primero se lució a la verónica. En verónicas hizo alarde de facultades y logró cuarteos largos, por los que le hicieron salir al tercio para ovacionarlo. Elegantemente se llevó al astado al centro del ruedo con pases sueltos, pero con calidad y aterciopelados. En el centro del ruedo erigió la faena con una amalgama resistente a todos los inconvenientes, a los que han creído y no han creído en él, ayudados y naturales con esa lentitud desesperante y empezaron a caer sombreros al ruedo. Tandas largas y floridas por ambos lados. Se fue por derecho para cobrar soberbio estoconazo y vuelta con el ganadero Guillermo Ponce. Fermín Spínola se ha colocado en un pedestal firme.
A su segundo lo recibió con una larga y luego lanceó; chicuelinas combinadas con tafalleras y rematar con una revolera de gran exposición. Nuevamente tomó los palos y tuvo un tercio extraordinario con un cuarteo largo por el derecho, otro al sesgo y el del violín, que le resultó de concurso. Nuevamente salida al tercio y dianas en su honor.
El toro no tuvo las cualidades de su anterior astado, tardo en la embestida, con la cabeza arriba, pero le sacó los muletazos que tenía con mucha convicción. Aguantando horrores para arrebatarle los muletazos. Pinchazo y media y pudo haber cortado otra oreja, de no ser por ese pinchazo.
CASASOLA
Leopoldo Casasola no tuvo enfrente a los toros ideales para hacer las faenas bonitas, de calidad, pero lo que hizo fue de mucho mérito y torerismo absoluto. Se lució en quites por caleserinas y en los medios hacer su faena sobre las dos manos, pero la res se empezó a quedar corta y le aguantó para sacar los muletazos sin mucha vistosidad. Pinchazo y al segundo golpe de descabello.
Cerró plaza un toro con 550 kilos, bravo en verdad y consideramos además de que se le fue un tanto crudo por hacerle caso a los "conocedores", cuando él quería que le dieran otro puyazo. Aun así estuvo valiente y sacando los muletazos con firmeza. En la primera parte de la faena le faltó temple y mando; y en la última parte, ya más asentado el toro le cuajó buenos pases. Se tiró a matar y fue un tremendo encontronazo del que salió rebotado y ligeramente conmocionado. Volvió a la cara de la res y cobró gran estoconazo. Tardó en doblar cuando la gente abandonaba la plaza.
ESTO
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Triunfal festejo en la Plaza México
"El Zapata" y Spínola, dos orejas cada uno
Una gran tarde se vivió este domingo en la Plaza México, en el cerrojazo de la primera etapa de la temporada.
20:02:00
GUSTAVO MARES
La primera etapa de la Temporada Grande en la Plaza México no podía tener mejor colofón pues se cortaron cuatro orejas luego de faenas despaciosas y emocionantes que los aficionados, que registraron una buena entrada, aplaudieron con fuerza.
Justo es mencionar que El Junco envió un buen encierro, destacando el primero de la tarde cuyos restos merecieron los honores del arrastre lento.
Fue con ese primero que Uriel Moreno “El Zapata” deletreó el toreo por la lentitud con la que fue trazando cada uno de sus muletazos.
Desde que se abrió de capa dejó constancia de que estaba dispuesto al triunfo. Fermín Spínola le hizo un quite al toro del tlaxcalteca, quien ni tardo ni perezoso le replicó con saltilleras.
Con los palitroques estuvo certero y con la muleta en plan grande. Su faena fue tersa y reposada.
Uriel no se presionó y aprovechó cabalmente las bondades de su enemigo al que pasaportó luego de un pinchazo y una estocada entera. Seguramente de haber acertado al primer viaje hubiera cortado los dos trofeos.
Su segundo, un toro de corto recorrido, le permitió mostrar su decisión. A ese toro le cortó una oreja luego de un espadazo de efectos fulminantes.
Fermín Spínola también tuvo suerte en el sorteo y se llevó en primer lugar a “Transmisor”, burel que le permitió expresar el sentimiento que tiene como torero.
Luego de cubrir los tres tercios de manera atinada cortó las dos orejas.
El quinto del festejo no tuvo las cualidades de sus hermanos, aún así Fermín cumplió con decoro.
Leopoldo Casasola no tuvo una tarde afortunada. Aunque estuvo voluntarioso no pudo redondear su labor, por lo que todo quedó en palmas.
De esta manera concluyó la primera etapa de la temporada, misma que se reanudará en enero con carteles de postín.
Por cierto, hoy por la tarde la empresa dará una conferencia para hablar sobre dicho tema.
La décimosegunda corrida de la Temporada Grande en la Plaza México, y última de lasanunciadas en el Derecho de Apartado, tuvo aspectos muy interesantes, como la gran faena de Fermín Spínola que le valió cortar dos orejas al segundo toro de la tarde, así como la gratísima variedad de quites que vimos: fregolinas, caleserinas y saltilleras, además de tafalleras y chicuelinas, interpretados por los tres espadas del cartel.
Desde que hizo válido su turno para hacer un quite con el primer toro del festejo, correspondiente a El Zapata, Fermín Spínola dejó muy en claro que esta tarde venía a triunfar.
Luego de emocionar al público con tres buenos pares de banderillas, incluido un violín al quiebro en el centro del ruedo, que le resultó de gran exposición, inició su faena con el primero de su lote ejecutando bellos muletazos de trasteo, desde los cuales el toro mostró que tendría calidad.
La labor subió de tono rápidamente, pues Fermín hilvanó largas y templadas tandas con la mano derecha, embarcando correctamente las suaves embestidas y aflorando el arte de su muleta. Aunque con la izquierda el toro no iba con la misma claridad, consiguió algunos naturales de bello trazo.
Abandonado por completo a su obra, Fermín se dio gusto y continuó toreando a placer por derechazos, intercalando algunos adornos muy toreros y llenos de sentimiento, como un par de muletazos dejando caer el engaño y mirando a los tendidos.
Tras rubricar su labor con una buena estocada al volapié, el juez reconcedió atinadamente las dos orejas, con las que recorrió el anillo en un par de ocasiones, la segunda acompañado del ganadero, Fernando Ochoa hijo.
El segundo de su lote fue un astado que, si bien es cierto se dejó meter mano, no fue tan potable ni con la misma clase que el primero. Fermín volvió a mostrar una encomiable actitud y logró momentos buenos, aunque sin poder redondear su actuación.
Lo mejor en esta oportunidad fue el estupendo segundo tercio que consiguió, sobresaliendo el segundo par de banderillas, en el que el toro se arrancó con fuerza y alegría, obligando a Fermín a hacer un enorme esfuerzo para ganarle apretadamente la cara y clavar en lo alto.
Uriel Moreno “El Zapata” también tuvo una tarde importante. El primero de la tarde era un toro muy noble, pero escaso de fuerza y un tanto tardo. Para complacer al público, cubrió el segundo tercio, cuando tal vez el toro no era para banderillas de matador; aún así, lo realizó con lucimiento.
Con la muleta, El Zapata hizo gala de colocación, pues en base a estar en el sitio idóneo, instrumentó un par de buenas tandas con la derecha y otra más con la izquierda, poniendo al público en pie al cuajar un bello cambio de mano por delante.
Al tirarse a matar, pinchó en lo alto, pero en el segundo intento logró una buena estocada, siendo prendido sin consecuencias. Tras doblar el burel, el público solicitó la oreja, misma que fue otorgada.
El cuarto de la tarde presentó un peligro sordo, de esos que muy pocos pueden identificar. No era sencillo extraerle los muletazos, pero Uriel, mostrando que se encuentra en muy buen sitio, supo darle su tiempo y dejarle la pañosa en la cara para cuajar varios redondos que emocionaron a la afición.
Mucho méritotuvo esta labor, pues el toro no era nada fácil y había que estar muy bien puesto para crear belleza delante de él, cosa que El Zapata consiguió con creces. Luego de terminar con la vida del de El Junco, le fue otorgada la oreja entre algunas protestas.
Leopoldo Casasola salió al ruedo un tanto revolucionado, y en ninguno de sus dos toros atinó a asentarse del todo. Con su primero inició bien, toreando con la derecha, pero la labor vino poco a poco a menos y terminó por no decir nada, no obstante el esfuerzo desplegado.
Con el sexto del festejo, un toro alegre y que tenía recorrido, pese a que terminaba con la cara arriba, volvió a pegar muchos pases sin sentimiento, mientras un pequeño conato de bronca en el tendido de sol distraía a los aficionados.
A la hora de entrar a matar fue volteado aparatosamente, sin consecuencias, y ello le grajeó una ovación del público que, sólo al final, terminó aceptando una voluntad que no encontró demasiado eco en los tendidos.
Ficha
Decimosegunda y última corrida de la Temporada Grande 2008. Unas 4 mil personas en tarde soleada y fresca. 6 Toros de El Junco, justos de presentación y manejables en su conjunto, de los que sobresalieron el 1o. por su nobleza, premiado con arrastre lento, y el 2o. por su clase. Pesos: 486, 490, 475, 480, 475 y 550 kilos.El Zapata (hueso y azabache): Oreja y oreja. Fermín Spínola (granate y oro): Dos orejas y silencio. Leopoldo Casasola (azul rey y oro): Silencio y ovación. El banderillero Edmundo Navarro hizo un oportuno quite a un compañero. Spínola dio una vuelta al ruedo en compañía del ganadero Fernando Ochoa Sánchez.
