24 marzo 2010

Rincón Taurino (25/III/10)


"El Monarca del Trincherazo"


  • Por :Antonio Casanueva
Hace tan solo unos días, leí en alguna sección del internet taurino, en donde se reproducen puntualmente las gratas charlas del "Bardo de la Taurina", prestigiado periodista y escritor taurino, quien por demás es un verdadero experto en cualquier tema relacionado con el llamado "Compadre Silverio", que si se quisiera hacer un homenaje al desaparecido torero, habría que dedicar íntegramente el mes de marzo a su recuerdo y memoria, ya que en el anecdotario de este torero, marzo fue el mes auténticamente mas importante.

Al final de cuentas el querido compadre, quien por muchas razones fuera un hombre excepcional, aprovechó todos los MOMENTOS y circunstancias de su vida tanto para favorecer, como para resaltar muy favorablemente su desarrollo personal y por ende profesional. Siendo un hecho contundente, que sin su carisma y simpatía personal, difícilmente habría podido llegar a ocupar un sitio tan destacado –como llegó a hacerlo- en el corazón de todos los mexicanos, aficionados o no a la Fiesta brava. Para comprobar nuestro dicho, basta un solo ejemplo; los discos que todavía se venden en tiendas especializadas, de orquestas de baile y en particular de danzoneras, incluyen invariablemente el pasodoble de Agustín Lara, “ Silverio” que poco o nada tiene que ver con la fiesta de los toros.

Inmortalizado por el llamado músico-poeta, como fue llamado Agustín Lara con dicho pasodoble, el que por bien que estuviera escrito, como indudablemente lo fue, jamás habría tenido el éxito logrado sin la personalidad y cariño que la gente tuvo por vida a Silverio Pérez

Nacido en Pentecostés en Texcoco, Edo. de México el 20 de junio de 1915, por lo que al morir en 2005, había cumplido 90 años de edad. Se dice que Silverio decidió convertirse en torero para vengar la muerte de su hermano mayor Carmelo, ante su féretro, quien luego de una grave cornada en México recibida del toro "Michín" de San Diego de las Padres en "El Toreo" capitalino el 17 de noviembre de 1929, marchó a España, en donde luego de fuertes dolores y enfermedades producto de la grave cornada, murió en Madrid, el 18 de octubre de 1931, por lo que sus restos fueron devueltos por barco al Puerto de Veracruz, hasta donde el joven Silverio tuvo que viajar para recogerlos y darles cristiana sepultura.

Así como se lo propuso, así lo hizo y Silverio, uniéndose al Maestro Fermín Espinosa "Armillita Chico", toreando como sobresaliente en las corridas en las que "El Maestro" participaba y una vez que estuvo suficientemente preparado, emprendió el viaje como novillero en 1935 a España en donde debutó formalmente . A su regreso tomó la alternativa en "El Toreo" de Puebla de manos del propio “Armillita Chico", el 6 de noviembre de 1938, con el queretano Paco Gorráez como testigo y la confirmó en la plaza capitalina, de manos del mismo "Armillita", siendo ahora el testigo el potosino Fermín Rivera, con el toro “Vigia” procedente de la ganadería tlaxcalteca de La Laguna.

Durante el año de 1939, Silverio se ganó el cariño del público inmortalizando al toro "Pispireto" de la Punta, consolidándose como una auténtica figura del toreo hasta años mas tarde, durante la temporada del 42-43, cuando armó la escandalera realizando inolvidables faenas a "Gitarrista" de San Mateo, "Carabá" de La Punta y "Cocotero" de Torrecilla, siendo su consgración con "Tanguito" de Pastejé, la tarde del la alternativa de Antonio Velázquez y debut de esa ganadería, en la plaza capitalina el 31 de enero de 1943. Al año siguiente y en la misma plaza, sufrió gravísima cornada en el vientre, en la que el toro “Zapatero” de La Punta, estuvo en un trís e cortarle la existencia.

Sus actuaciones alternando con el cordobés Manuel Rodríguez “Manolete” fueron particularmente importantes tanto en nuestro país como en España a donde viajó nuevamente en 1945 toreando 15 corridas y de cuya temporada, los aficionados de aquella época recordamos la faena al toro se recuerda su inolvidable actuación en Irapuato Gto. El 12 de enero de 1946 cortando las orejas, el rabo y una pata al toro “Rebocero” de la Punta.

Finalmente, se despidió de los ruedos en la plaza México el 1º. de marzo de 1953, en tarde en que lidió toros procedentes de la ganadería de San Diego de los Padres, como aquel “Michín” que provocara gravísima cornada de su hermano Carmelo y como consecuencias de la misma la propia muerte, tan solo unos meses después.

De su gran personalidad y toreo individualista y particular, destacan y quedarán como inmortales para la posteridad sus inigualables quites por Chicuelitas, así como los Trincherazos que tal es el nombre que hemos escogido para titular nuestro artículo, plagiando un poco de la inspiración del músico-poeta maestro Agustín Lara; quien lo convirtiera a través de su inmortal pasodoble en “El Monarca del Trincherazo”.

Luego de su despedida de los ruedos, Silverio, gracias a su indiscutible personalidad y gran carisma, fue un prominente político del Estado de México, llegando a ser Diputado, Presiente Municipal de Texcoco, cargo que repitió en mas de una ocasión y finalmente un fuerte candidato a Gobernador del Estado de México, el que fuera su residencia permanente, muriendo como ha quedado dicho, pasados los noventa años de su existencia y siendo recordado por todos cuantos amamos la Fiesta y sus quehaceres.

Silverio Pérez, no inventó ninguna suerte , ni siquiera fue un torero representativo de ninguna escuela de la tauromaquia, pero le dio un sello personal a cuanto realizaba frente al toro, convirtiéndose, sin duda alguna, en el mas querido de cuantos han pisado una plaza de toros.

Antonio Casanueva

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