02 junio 2009

...esto no es juego


Israel Lancho

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García Padrós, el 'ángel de la guarda' de los toreros



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cornada de Israel Lancho en Las Ventas



De Toros y Toreros desde Aguascalientes


LA PLAZA MÉXICO ABRE EL DOMINGO.


A la vista el arranque de las novilladas en el coso máximo, la enorme plaza México abre sus puertas exactamente dentro de ocho días... Hasta el momento de escribir esta nota no hay cartel oficial, rumores, especulaciones, deseos de muchos por ser tomados en cuenta y nada más. Sabemos que son muchos los llamados y muy pocos los escogidos y todavía dentro de ese grupo... “son muchos los llamados y muy pocos los escogidos”. Se menciona a Hilda Tenorio, a “El Canelo”, a “Montoyita”, principalmente, pero dudo mucho ese sea el cartel definitivo, el bueno, el inicial deberemos de conocerlo a mas tardar antes de 48 horas, novilleros y ganadería... Con toda seguridad vamos a ver varias presentaciones de muchachos que se dejan ver por la provincia, no me animo a dar nombres pero así será...

Y no tardé muchos con la duda, me avisa Rafael Rosas Quiroz, corresponsal desde el Distrito Federal de www.noticierotaurino.com, portal hermano de esta columna, que la torera michoacana queda fuera de la tarde inaugural y se presenta Santiago Fausto con “Campo Real”, con los ya mencionados “Montoyita”, que se despide de novillero, y “El Canelo”...

Y la parte final de la madrileña feria de “San Isidro” esta dejando mucho que desear. La etapa “torista”, la de las corridas llamadas “duras”, no acaba de convencer por las dificultades presentadas por los encierros. Ayer los ejemplares de “Victorino Martín” han sido todo un jeroglífico que no permitió a la tercia lucimiento alguno. Me gustó la actitud de los matadores, Diego Urdiales, Manuel de Jesús, “El Cid”, e Iván Fandiño que mostraron lo que todos sabemos, lo que conocemos, que Madrid es una guerra, que nadie da un paso atrás a costa de lo que sea, donde se cambian las cornadas solamente por mostrar actitud, eso es ya una ganancia, es mejor irse al sanatorio que la indiferencia de los públicos...

Me gustó el detalle de la novia de Fandiño, a la hora que el torero rodaba bajo las patas del mal “Victorino” ella, a medias del primer tendido, se refugiaba al hombro de su señor padre, cuando las mulas lo arrastraban al toro, cambiaba el panorama, perdía la compostura y metiendo los dedos entre los labios era quien mas silbaba el rechazo a la infumable corrida...

Para terminar un dato curioso... El 10 de abril de 1972, Joaquín Camacho se casó con Carmen Ruiz en El Puerto de San Lorenzo, bodas a diario se dan, aparentemente esto es lo menor, lo anecdótico sale porque la iglesia no fue otra que la capilla del coso y el banquete en pleno ruedo y el final fue con todo y salida en hombros al terminar la fiesta... Se permitió lo anterior ya que Joaquín era el guadraplaza del coso y pasa a la historia como un suceso único en los anales de la fiesta...

Para terminar... Prendí la televisión para ver a Jerónimo en el festival de la plaza México de hoy sábado, algo por Guillermo Capetillo, la apague quedándome con la esperanza de que el apellido Llaguno no se acaba, ojo con ese niño, Juan Pablo, ojo, esperamos que Dios lo cuide... de tanto sabio que lo que mas hacen es perderlos, su papá fue matador de toros y eso debe de ser muy positivo en el futuro de este jovencito de 13 años... Nos Vemos.


raquítica JORNADA SEMANAL

Montoyita, va por la borla...


Arranca la Temporada Chica de la Plaza México.




Viernes 5

  • Puebla

Toros de José María Arturo Huerta

Eulalio López “Zotoluco”, Rafael Ortega y Enrique Espinoza “El Cuate”


Sábado 6

  • Morelia

Toros de Rosas Viejas

Fernando Ochoa, Juan Chávez y el becerrista Michelito Lagravere

  • Apizaco

Novillos de El Vergel

Sergio Lejarza, el ecuatoriano Curro Rodríguez,

Pepín Vega, Jaime Ruiz, Antonio Vázquez y Antonio Galindo


Domingo 7

  • Plaza México

Novillos de Campo Real

Manuel González “Montoyita”, Luís Manuel Pérez “El Canelo” y Santiago Fausto



Paco Calderón,


una historia tejida alrededor del toro.


Foto: Laura Ramírez/ESTO


2 de junio de 2009


El general, el niño y los toros

Los hilos del destino de Paco Calderón


Miguel Ángel García


De las muchas historias que se entretejen en la fiesta de los toros, deshilamos una que trata de un niño, un general, un novillero, un empresario taurino, un apoderado, y al final, un hombre feliz. Todos estos personajes encarnados en un padre y su hijo.

Vamos, pues, al tema:


EL NIÑO, LOS TOROS Y EL GENERAL

Todo comenzó en Toluca, Estado de México, hace mucho tiempo, algo así como 65 años atrás, en la época del gran Fermín Espinosa "Armillita" y del mítico Silverio Pérez; cuando el Toreo de La Condesa era el punto central de aquella romántica ciudad de México. Por azares del destino, una pareja de Michoacán había detenido su paso en Toluca; él, Francisco Mendoza Torres, un revolucionario porfirista con rango de general. Ella, una esposa como muchas de ese tiempo, dedicada al hogar, a los hijos y al quehacer de la casa. Ambos, de buen estatus social. Ese descanso en el Estado de México había sido para que la esposa diera luz a su primer hijo, quien los siguientes años viviría su niñez en Michoacán.


Su padre, el general, con base en la guarnición de soldados en la Plaza Nacional de la capital, siempre asistió a los toros en el Toreo de La Condesa, puesto que desde siempre tuvo afición por la fiesta brava. Algunas veces llevaba a su pequeño vástago, a quien acomodaba en sus piernas para ver actuar a los valientes del ruedo desde su barrera. Poco a poco el pequeño Francisco se fue haciendo a la costumbre de ver toros los domingos; así, hasta la edad de 17 años. Para entonces el joven estaba dedicado a los estudios, al menos eso le hacía pensar a su padre, quien cada vez era más duro y estricto con Francisco. No obstante y burlando las reglas militares de su papá, el joven estudiante dedicaba más tiempo a la fiesta de los toros. Y es que en vez de ir a la escuela, Francisco se iba con sus amigos al Campo Marte, donde en ese entonces entrenaban toreros como Manuel Capetillo, Silverio Pérez, Antonio Velázquez y Rafael Rodríguez, por citar algunos. Ya corría el año de 1955 y todo parecía ir de maravilla, hasta que un día se cayó el teatro.


El enérgico general dedicaría una mañana a realizar una visita sorpresa al colegio de su hijo y vaya sorpresa que se llevó al escuchar a la profesora: "Así es, don Francisco, su hijo tiene semanas de no venir al colegio".


Aquella tarde el hijo del general quedaría como tronco de mapache por la friega que se llevó de su padre, y la orden inmediata fue que Francisco saliera rumbo a Estados Unidos, donde quedaría recluido en una escuela, hasta terminar una carrera. Pero, una vez más, los planes de Francisco eran otros.


LA FUGA Y EL NOVILLERO PRÓFUGO

La batalla que supuestamente había sido ganada por el general, en relación a su hijo, se convertiría en el inicio de otra. Apenas unas semanas en el colegio de los Estados Unidos, Francisco ya había ideado un plan: la fuga. Y no había marcha atrás. Y así fue, una mañana fría el mozalbete ya tenía calculados los pasos a dar para burlar toda la seguridad del colegio; su meta era llegar a Ciudad Juárez. Por medio de aventones en camiones y como pudo, Francisco logró llegar a la ciudad fronteriza, donde se unió a una palomilla de jóvenes toreros, en Casas Grandes, Chihuahua.


Para entonces, su padre, el general de la Guarnición de la Plaza Nacional, ya estaba enterado de la fuga y a grandes males, grandes remedios. Iracundo por la acción de su hijo, don Francisco dispuso de un destacamento de soldados para ir en busca de su hijo; la consigna era regresar a toda costa con el fugitivo; no tenía que haber excusa.


Mientras, el joven Francisco ya había cambiado de nombre, principalmente porque estaba a punto de debutar como torero en público y no quería que su padre se enterara del hecho. Entonces se cambió el nombre por el de Paco Calderón.


Aunque el ahora torero, Paco Calderón, hizo todo lo posible por burlar a los soldados, al fin cayó preso de la milicia que comandaba su padre y finalmente, semanas más tarde, el batallón regresó a la guarnición de la Plaza Nacional con el hijo del general. No hubo palabra de por medio entre padre e hijo, sólo una mirada fría del militar hacia el torero y la orden de encarcelarlo en la misma guarnición.


CARA A CARA CON EL GENERAL

Ahí estuvo Paco Calderón algunos días, ideando otra fuga, la cual nunca se produjo, ya que ahí era vigilado las 24 horas del día, sin derecho a visita. Un buen día el general decidió visitar a su preso, lo cual extrañó a todo mundo, sobre todo porque fue sin previo aviso. Ahí, en la mazmorra del lugar, el general Francisco Mendoza dijo en voz alta a su hijo: "Dime en realidad qué es lo que quieres hacer en la vida". Paco, más flaco de lo común y desaliñado, dijo a pesar de los pesares: "Quiero ser torero".


Y así fue, una vez más, pero ahora de manera formal, Paco Calderón se había salido con la suya. Pero había una cláusula para que el torero fuera libre: "Perderás todo derecho y beneficio que esta familia te pudo dar", remató su padre, el general.


De ser un niño bien, Paco dejaría todo atrás para caminar la legua y adentrarse en las entrañas de la fiesta brava. Ahí conoció el hambre de comida y el hambre de ser torero; también las injusticias de algunos empresarios y lo más duro de sortear: que en esa época había muchas figuras del toreo. De algunas de ellas Paco aprendió secretos del toreo; fue discípulo de "El Calesero" y de Heriberto García, dos personas claves en corta carrera.


DE REGRESO A LA GUARNICIÓN

Como pudo logró hacer su debut novilleril en el Toreo de La Condesa, en 1958, con Mariano Rodríguez y Raúl García. Luego lo calaron cuatro veces más en la misma plaza, para de ahí torear 20 novilladas en la provincia. Su regreso a la plaza de El Toreo ya no se concretó, al menos en público; un día el empresario del coso le echó un toro a puerta cerrada para ver los adelantos de Paco, estuvo bien el torero y de premio le ofrecieron una novillada de Peñuelas. Claro, el novillero, sabiendo que dicho hierro era de los duros, le comentó al empresario que él deseaba triunfar, no retirarse de los toros. El mandamás de El Toreo dio la vuelta y dejó con la palabra al novillero, quien como muchos más en la historia se sintió abandonado y desilusionado, no con la fiesta de los toros, sino con quienes la manejan.


Derrotado por las gentes que tenían el poder, mas no por sus facultades para ser un buen torero, Paco regresó a aquella guarnición de soldados, con el general. Con la cara arriba y un pundonor admirable, le dijo a su padre: "Estoy de regreso porque ya no quiero ser torero; no fue un juego, pues siempre llevé a cabo las reglas del toreo y fui honesto. Pero ahí hay algo más duro que el toro mismo; algo más difícil de superar que a las figuras... ante eso no puedo pelear". Refiriéndose Paco a las injusticias de muchos empresarios que no le dieron la oportunidad.


AL FINAL: EXPERIENCIA Y AMOR A LA FIESTA

En la actualidad, el señor Paco Calderón, lejos de ser un viejo amargado por no poder llegar a ser torero, es uno de los empresarios taurinos que aman y disfrutan la fiesta de los toros; asimismo es apoderado del matador Aldo Orozco y vicepresidente de la Asociación de Empresarios Taurinos y, si los cálculos no fallan, es el empresario taurino más veterano de México. Se define como un enamorado de la fiesta, sabe del proceso que debe de llevar un torero, lo que no tuvo él, y por ende trata de realizar lo más pulcro posible una novillada o corrida de toros. Luego de dejar la carrera de novillero, Paco trabajó 10 años en la Secretaría de Hacienda, luego se convirtió en promotor turístico, lo cual ejerce hasta la fecha.


De 1972 a 1976, ya como empresario taurino, Paco celebró 50 novilladas en el Rancho del Charro, una suma que hasta la fecha nadie ha podido superar en la misma sede. Continuó su carrera como empresario y hasta el momento ha celebrado ferias como la de Tlaltenango, Arandas, Zacatecas, San Miguel el Alto, Ecatepec y Pachuca, siempre obteniendo resultados que hablan bien de él.


EN SUS PALABRAS

"Aunque sea una feria de pueblo, siempre he pensado que hay que hacerla con toda la categoría posible y darle a la gente lo que pide. Siempre he tenido la ilusión de ayudar a realizarse a un torero, será porque yo no tuve quién me ayudara. En Aldo Orozco veo un torero con muchas cualidades para funcionar y no me daré por vencido hasta verlo un matador importante, o bien, hasta que el torero deje de darme argumentos".


-¿Qué opina sobre ser el empresario más veterano?

"Y en activo.. realmente me enorgullece. A estas alturas de la vida, qué te puedo decir, he visto mucho de la fiesta de toros y admiro a todas las empresas, a todos los que hacen bien la fiesta de los toros. No molesto a nadie, hago fiesta y con mi dinero; quiero mucho a la torería y jamás quedé amargado con nada; tú, dime, ¿qué más le puedo pedir a la vida?", concluyó.


ESTO