25 febrero 2008

La terna salió en hombros


Fernando Ochoa cortó

cuatro orejas y un rabo

NUEVO LAREDO, Tamaulipas, 24 de febrero.- Con tres cuartos de entrada se dio la primera corrida de la Temporada del XV aniversario de la plaza de toros Lauro Luis Longoria y de la que Gastón Santos, Fernando Ochoa e Ignacio Garibay salieron en hombros. Se lidiaron bureles de Refugio Peña y Fernando de la Mora, que dieron buen juego. El rejoneador Gastón Santos le cortó una oreja a su primero, del hato de Fernando de la Mora, tras una lucida actuación, pero mejor se vio en su segundo, de Refugio Peña, destacando lo que hizo con sus caballos “Rayito” y “Tenorio”. Desafortunadamente falló al matar y todo quedó en salida al tercio.

A pie, Fernando Ochoa ha tenido una gran tarde. Al primero que le tocó en suerte, de la dehesa de Refugio Peña, le tumbó dos apéndices. Y mejor estuvo en el otro, de Fernando de la Mora, al que le cuajó un faenón para cortarle las orejas y el rabo. Ignacio Garibay a su primero, de Refugio Peña, le realizó un trasteo con mucho más que buena disposición, pero no acertó con el acero y sólo fue ovacionado en el tercio. Y en el que cerró plaza, de la ganadería de Fernando de la Mora, ejecutó una faena entusiasta y torera para obtener los máximos trofeos.



CÉSAR RINCÓN PUSO

PUNTO FINAL A SU CARRERA

¡Adiós, maestro!

El colombiano tuvo una triunfal despedida

BOGOTÁ, Colombia, 24 de febrero.- La Plaza Santa María de esta ciudad colombiana cayó rendida a los pies de César Rincón que este domingo dio por terminada su carrera como matador de toros. A partir de hoy dedicará sus esfuerzos a mantener la ganadería que compró con base en el esfuerzo y grandes cornadas que sufrió a lo largo de su trayectoria.

Como era de esperarse, el coso se llenó. Personas de todas partes del mundo así como prensa especializada de diversas latitudes, se dieron cita para atestiguar el adiós de un grande del toreo.

El apoteósico festejo comenzó con una oreja que le cortó César Rincón al primero de su lote, que al igual que el resto del encierro fue de su ganadería La Venta del Espíritu Santo.

La emoción iba en aumento y el colombiano entendió cabalmente al tercero del festejo al que le cuajó una faena de antología que le valió para indultar al toro ante el beneplácito popular.

El toro del adiós se llamaría “Pamplonés”, pero se lastimó una pezuña y poco le permitió a César, quien decidió regalar un séptimo astado que llevó por nombre “Chiflado”, marcado con el número 421 y 461 kilos.

A ese último astado de su carrera, Julio César Rincón Ramírez le cortó las dos orejas, las últimas que recibirá vestido de luces.

Alternó en mano a mano con otro torero grande, Enrique Ponce, quien defendió su sitio de primera figura y cuyo balance fue el siguiente: indulto, oreja y palmas.

publicado en Ovaciones

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