Una gran estocada de Leopoldo Casasola le mereció dos orejas en la Plaza Silverio Pérez
Guillermo Leal / Enviado
Texcoco, México (23 marzo 2008).- El texcocano Leopoldo Casasola y el rejoneador portugués Rui Fernández cortaron dos orejas cada uno en la sexta corrida de la Feria del Caballo.Casasola lo hizo a su segundo astado, uno de los dos buenos del disparejo encierro de La Guadalupana, con el cual Leopoldo demostró actitud, raza y variedad.Sufrió dos revolcones, pero siempre se levantó sin mirarse la ropa a continuar una emocionante faena.Mató muy bien al toro, con una gran estocada que le mereció las dos orejas.Su primero, un astado deslucido, poco le permitió hacer.El caballista portugués anduvo poco certero en su primero, un novillito al que el ganadero quiso hacer pasar por toro, por lo que lo realizado por el jinete no tuvo valía.Su segundo lo revolcó impresionantemente al tratar de recibirlo en los medios de la plaza. Caballo y jinete cayeron espantosamente, por fortuna, sin que resultaran heridos.Clavó banderillas a una y dos manos y rejones de castigo, por aquí, por allá, quedando el toro como alfiletero, pero como lo mató muy bien le dieron las dos orejas.En sus dos toros actuaron los forcados de Mazatlán, quienes ejecutaron al primer intento dos espectaculares pegas de cara a cargo de Carlos Tirado y Fernando Enciso, mientras que el rabillador fue René Tirado.El tercer espada del festejo, Guillermo Martínez, sólo mostró detalles
Texcoco, México (23 marzo 2008).- El texcocano Leopoldo Casasola y el rejoneador portugués Rui Fernández cortaron dos orejas cada uno en la sexta corrida de la Feria del Caballo.Casasola lo hizo a su segundo astado, uno de los dos buenos del disparejo encierro de La Guadalupana, con el cual Leopoldo demostró actitud, raza y variedad.Sufrió dos revolcones, pero siempre se levantó sin mirarse la ropa a continuar una emocionante faena.Mató muy bien al toro, con una gran estocada que le mereció las dos orejas.Su primero, un astado deslucido, poco le permitió hacer.El caballista portugués anduvo poco certero en su primero, un novillito al que el ganadero quiso hacer pasar por toro, por lo que lo realizado por el jinete no tuvo valía.Su segundo lo revolcó impresionantemente al tratar de recibirlo en los medios de la plaza. Caballo y jinete cayeron espantosamente, por fortuna, sin que resultaran heridos.Clavó banderillas a una y dos manos y rejones de castigo, por aquí, por allá, quedando el toro como alfiletero, pero como lo mató muy bien le dieron las dos orejas.En sus dos toros actuaron los forcados de Mazatlán, quienes ejecutaron al primer intento dos espectaculares pegas de cara a cargo de Carlos Tirado y Fernando Enciso, mientras que el rabillador fue René Tirado.El tercer espada del festejo, Guillermo Martínez, sólo mostró detalles
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