por Alfredo Flores
Dice un texto publicado hace años por quien fuera juez de plaza de la Monumental Plaza de toros México, aficionado práctico y de profesión doctor, Pablo Pérez y Fuentes, sobre el reglamento taurino. “El chantre Miguel Ramos Arizpe está en los toros, es el padre del federalismo mexicano, que estructura nuestro derecho nacional. Toda ley debe ajustarse a esta norma, por lo que pueden proponerse fórmulas o proyectos de reglamentación taurina a cada municipio y serán ellos quienes formulen sus propias ordenanzas.
Por ello los reglamentos taurinos no pueden hacerse a nivel de estado de la República y mucho menos a nivel Nación, ya que las circunstancias particulares de cada lugar exigen que adapte con decisión a la entidad correspondiente y a las características de sus cosos”.
Hasta aquí una parte del texto escrito por este gran taurino que ya no está con nosotros, pero viene al caso esta parte de su escrito y lo que viene, por cuanto sucede y sucedió en la Feria de Texcoco en su pasada edición de feria, donde como es sabido, no se utiliza un Reglamento Taurino, que si bien existe desde hace varios años, no se aplica adecuadamente en diferentes lugares del Estado de México y se apoyan las autoridades que presiden los festejos taurinos en un criterio que va más allá del reglamento en cuestión, dado que no hay quien se interese en ese Estado, en cuanto a su actualización y adecuación en donde se dan cientos de festejos, ya sean festivales, novilladas o corridas de toros, muchas improvisando a jueces y asesores siempre echando de la mano de taurinos que asisten a las plazas de toros o bien a personas que autonombrándose “aficionados conocedores”, se sube a las gradas como jueces de plaza igual que los asesores improvisados.
En el caso de Texcoco actúan dos taurinos conocidos ya en la plaza de toros “Silverio Pérez” y en otras plazas de toros como verdaderos jueces de plaza y con los conocimientos necesarios para dirigir estos festejos taurinos y aquí recurrimos a otra parte del texto del Dr. Pérez y Fuentes, donde dice lo siguiente:
“La experiencia centenaria de la reglamentación taurina ha permitido el buen desarrollo del toreo, por lo que las actualizaciones o nuevos reglamentos deben contemplar la experiencia de los que han logrado ser acertadamente viables, evitando la disminución de los postulados básicos que dan grandeza al espectáculo. Los lugares que carecen de reglamento se rigen por analogía con el vigente en el Distrito Federal, que está firmado por el Presidente de la República”.
Ahí que los jueces de Texcoco, los matadores Gilberto Ruiz Torres y Óscar Mejía, juez y asesor respectivamente, se basaron bien en el reglamento del D. F., por aquello de los “Trofeos Simbólicos” que no son entregados al matador que indulta un toro, lo que sucedió con el maestro Eulalio López “Zotoluco” y por tanto, las suma de trofeos bajó en cuanto a número, más no en la exitosa actuación del matador, dejando bien parados a los jueces de esta plaza que aplicaron su criterio como debe de ser.
Solo preguntamos. Cuando se decidirán en el Estado de México a actualizar su reglamento (¿?)
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