Y Alejandro Amaya, en su investidura de matador de toros...
Por
José Luis Ornelas
(21-May-2008)
La entrada de mil personas en la novillada inaugural de la Plaza México es consecuencia de la nula promoción del espectáculo taurino en la capital del País. Pocos se enteraron de que el coso capitalino reabriría sus puertas después de tres meses de inactividad y menos fueron los que se interesaron en asistir a los tendidos.
Y para colmo, la actitud de los novilleros actuantes fue tan insípida que inspiró, si acaso, aburrimiento. La falta de pasión, de hambre de triunfo, de entrega, es lamentable.
Pero a cambio hay otros novilleros que sí dan la cara. En un acontecimiento inusitado, cuatro toreros mexicanos actuaron en España el fin de semana pasado, y de todos hay buenas noticias.
Octavio García "El Payo" resultó herido, pero con una dignísima actuación en Las Ventas, de Madrid, en pleno San Isidro. Y se ha crecido una vez más ante los retos con una personalidad arraigada que va conquistando un sitio, confirmado cuando los diarios madrileños hablan y bien, de su inconclusa pero entregada actuación.
Y Alejandro Amaya, en su investidura de matador de toros, aún en contra de lo difícil que ha sido su carrera en México, se fue con agallas a hacer España y con rotundos triunfos de dos orejas por tarde en Osuna, ha demostrado a qué fue al otro lado del Atlántico.
Mientras tanto, los novilleros Oliver Godoy y Ernesto Tapia "El Calita" fueron por asuntos muy serios, ya que se presentaron nada menos que en Granada y Sevilla para ser reconocidos como interesantes prospectos de la novillería mexicana. Enfrentaron con verdadero profesionalismo el compromiso tan grande en tierras ajenas. Es así como se forjan los toreros.
Han ido a España a buscar experiencias y oficio, conocimientos, triunfos y contratos; a encontrar la fuerza que les dé impulso a sus carreras para consolidarse al momento, en donde no es fácil pero sí necesario, en la guerra misma para salir fortalecidos.
Y lo que han encontrado es la resonancia a sus triunfos y la posibilidad de explotar verdaderamente sus virtudes taurinas, y la principal de ellas, queda claro, la actitud.
Así que ahora que ha empezado la temporada novilleril en la Plaza México, quienes estén ahí anunciados deben considerar la actitud como elemento primordial, demostrar que no vienen por una oportunidad, sino por su vida misma, la que han elegido al convertirse en toreros, y para ello, hay que entregarse y dar la cara en cualquier compromiso, como lo están haciendo los que dignamente, están en España.
jlornelas@reforma.com
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