Dan pálido inicio a la temporada chica

Canelo

Foto: Ángel Guevara

Destellos... 'El Canelo' parecía traer otra actitud, sólo que cuando se levantó ya nada fue igual.

El encierro de Vicencio mostró cuatro astados nobles

Guillermo Leal

Ciudad de México (18 mayo 2008).- Poco halagüeño fue el inicio de la temporada novilleril en la Plaza México, pues, en el escenario taurino más grande del mundo, ninguno de los tres novilleros le dio importancia a su actuación.

Antes, los torerillos —eso son los que inician su carrera— salían a darlo todo en la México. Hoy se visten de luces, y esperan un "chiripazo" que les permita encarar un toro bueno.

Este domingo, hubo cuatro astados nobles de Vicencio, uno de ellos muy bravo, el sexto, y todos desaprovechados.

También faltaron a su ética el ganadero Sergio Rojas y el veterano juez Ricardo Balderas, uno por enviar a la plaza un becerro con el que se inauguró la temporada, y el otro por aprobarlo y permitir que se lidiara.

En el paseíllo, en lugar de alguacilillos, aparecieron dos charros que no pudieron controlar a los imponentes caballos que montaban, dando un espectáculo poco serio.

Y por si algo faltara, algunos aficionados de la Porra Libre irrumpían a sonoras carcajadas mientras los toreros lidiaban sus astados.

Luis Manuel Pérez "El Canelo", novillero triunfador de la temporada pasada, mostró un serio retroceso. Pese a haber matado tres novillos, sólo tuvo detallitos, pero nada de fondo. En descargo tiene que su primero fue el mal becerro de Rojas, y el cuarto el lunar del encierro poblano de Vicencio.

El único que le permitió lucir fue el tercero, que mató en lugar de Jorge Zamora "Espartano" quien se fue a la enfermería con una herida superficial, pero grande, en la mano derecha; luego salió a matar al sexto de la tarde, que fue el mejor astado, y con el que oyó un aviso, al igual que "El Canelo".

La vasta figura de "Espartano" le hace ver menos torero de lo que pretende estar en el ruedo.

Miguel Ángel Roldán nunca toreó a sus dos buenos novillos, sólo los dejó pasar, pero eso sí los mató de bajonazos.

publicado en REFORMA