El Payo y Rubén Pinar han salido en hombros

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Pulcritud de Payo y oficio de Pinar, en hombros en el inicio de San Fermín

05/07/08 (21:53)

PACO ROMERA

Pamplona (España). El Payo y Rubén Pinar han salido en hombros de la novillada que esta tarde se ha celebrado en la plaza de toros de Pamplona. El mexicano ha dejado escrita una primera faena con mucha pulcritud marcada por la condición de su novillo, ejemplar que no transmitió en exceso y pecó de falta de fuerza a pesar de humillar con calidad y fijeza. Quitó por saltilleras de manera lucida y su faena se caracterizó por su largo metraje.

Mostró un buen manejo de capote con el cuarto al que inició el trasteo vistosamente con un muletazo cambiado a un animal que no se entregó totalmente. La faena fuerematada con adornos y con una estocada arriba que por sí sola valía una oreja.

Por su parte, Rubén Pinar desorejó a un quinto novillo, ovacionado en el arrastre y con tranco, con el desde el comienzo pudo mostrar su poderío con tandas de muletados muy bien ligadas. La faena, con gusto y clase, la realizó en corto por las características del animal y al toque que fue firmada con una estocada que propició que el animal muriera en los vuelos de la muleta. Con el primero de su lote ha cuajado un quehacer muy intelgiente marcado por la solvencia y oficio del novillero que se enfrentó a un ejemplar con calidad que se dejó torear y al que él dejó coger aire. Su faena se vio malograda por la falta de acierto con la espada.

Cerraba cartel, José Manuel Mas que pechó con el lote de menos opciones de la tarde. Se encontró con un primer novillo más deslucido que nunca llegó a emplearse y que se rajó pronto, condición que impidió lucirse al madrileño que solo pudo ejecutar una faena aseada. Al sexto le recibió con navarras y tafalleras y ejecutó un comienzo esperanzador con ayudados por alto pero el novillo no se entregó nunca.

Primera de abono. Más de tres cuartos de plaza. Novillos de Miranda de Pericalvo. El Payo, oreja y oreja con petición de segunda; Rubén Pinar, ovación y dos orejas José Manuel Mas, silencio y palmas.

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Pinar acompaña a hombros a El Payo, la ilusión de México

ZABALA DE LA SERNA

PAMPLONA. Anocheció la última tarde antes de que Pamplona se vuelva insomne. Las calles desiertas y limpias esperan una horda cuyos cascos (de botellas) se oyen a galope ya en el horizonte. La plaza respiraba tranquilidad sin peñas ni cánticos reiterativos. El ruedo se merendó a los novillos de Miranda de Pericalvo como un pamplonés un bocadillo de ajoarriero: los tres primeros eran de becerrada sin caballos. No se trata de exigir una barbaridad para los chavales en una apertura siempre amable, pero sí de que se respeten los mínimos de la categoría de la plaza y cierta coherencia proporcional con lo que ha de venir.

Además de chicos, los becerrotes se movieron con las fuerzas justísimas y el motor escaso, pero con bondad. El Payo fue quien más prometió en la primera mitad de la novillada. Tiene sentido del temple y de la colocación. Voló bien el capote a pies juntos a la verónica y replicó a un quite de Pinar por chicuelinas con otro con el acento de su tierra por saltilleras.

Y luego anduvo muy centrado y clásico, especialmente brillante sobre la izquierda. Resolvió como un cañón con la espada después de unas apretadas bernadinas. Fue el perfecto uso del acero lo que le puso en bandeja también la oreja del cuarto por una faena más novilleril que le valía la salida a hombros. En ella le acompañó Rubén Pinar, cuya estética dista un abismo de la afinada prestancia del mexicano. Pinar resuelve técnicamente mucho. Torea pero no lo dice bien. Templó a media altura a su esmirriado segundo y se creció con el más rematado y noble quinto. Muy despatarrado y encajado, corrió la mano por ambos pitones con largura, limpieza y holgura... Agarró una estocada corta, fulminante llave de la puerta grande.

José Manuel Mas debería, para empezar, torear con una muleta menor. O manejar la amplia suya mejor. Duró poco el colorado tercero, pero en ese tiempo de duración debió embarcarlo más puro: si se empieza ya tan pronto con el pico, se puede acabar con la pala. Abusa mucho de tocar por fuera. El sexto manseó y después se movió sin clase y terminó por defenderse.

El mexicano Octavio García -suena con más fuerza y personalidad su nombre de civil que el apodo de El Payo- es torero a seguir. ¡Qué importante e ilusionante sería para México! Valor, variedad, buen concepto, una espada incontestable... Que la suerte lo proteja.

Publicado e ABC.es

EL MEXICANO, FELIZ POR EL TRIUNFO EN PAMPLONA

El Payo: 'La gente ha quedado contenta en mi debut en Pamplona, eso me llevo'

REDACCIÓN - 05/07/2008 22:39

Trincherazo de El Payo en Pamplona. - Foto: JF

El novillero mexicano El Payo revalidaba esta tarde en Pamplona el triunfo cosechado el pasado San Isidro, y salía a hombros después de cortar una oreja a cada novillo de un manejable lote de Miranda de Pericalvo al que Octavio García reconocía parte del mérito: "El novillo ha tenido mucha calidad y me ha gustado mucho aunque quizá le ha faltado algo de transmisión", declaraba el joven diestro a los micrófonos de Digital +.

El torero azteca, que hacía su debut en Pamplona, se felicitaba porque "la gente ha quedado contenta y con eso es con lo que me quedo". Sin embargo, del cuarto novillo no habla Payo cosas tan buenas como del primero: "El novillo no ayudó pero la actutud de la gente fue buena y pidió la oreja que me ha permitido salir a hombros", aunque no fuera por la Puerta Grande puesto que una descordinación en el personal de plaza que no encontraba la llave, impidió que tanto él como su compañero Pinar abandonaran la plaza por esta puerta y sí por otra.

Publicado en mundotoro.com