10 noviembre 2008

Deja ir Casasola gran triunfo


No le perdonaron haber pinchado y por ello lo regresaron cuando quiso dar la vuelta al ruedo


Guillermo Leal


Ciudad de México (9 noviembre 2008).- Las fallas con la espada que tuvo Leopoldo Casasola le privaron de obtener el que hubiese sido el triunfo más importante hasta el momento de su ascendente carrera.

El texcocano, quien atraviesa por un gran momento de madurez personal y profesional, toreó muy bien a un estupendo toro de Rancho Seco, que tuvo bravura y, sobre todo, mucha nobleza. Hubo quienes pidieron el indulto y, por fortuna, la seriedad del juez Roberto Andrade, evitó que se le perdonara la vida al astado, cuyo lado izquierdo no fue lo bueno que el derecho.

Lo premió con la vuelta al ruedo, y fue más que suficiente para el mejor toro de un encierro desigual en juego, que tuvo bravura para los picadores y en general, salvo el sexto, nobleza para los toreros. Salió uno de regalo de Medina Ibarra que fue claro, pero deslucido.

Lo de Casasola importa porque es uno de los toreros, relativamente jóvenes, que pueden tirar del carro. Es valiente y demostró que, sin ser artista, sabe templar y siente el buen toreo. No le perdonaron haber pinchado y por ello lo regresaron cuando quiso dar la vuelta al ruedo.

Uriel Moreno "El Zapata" estuvo mejor con capote y banderillas que con la muleta en sus tres astados, incluyendo el regalo. Salió al tercio y oyó un aviso.

Mientras que la mala suerte persiguió al tapatío Guillermo Martínez con un toro chico con el que nada le dejaron hacer y el lunar del encierro jugado en sexto, oyendo dos avisos.

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