Cátedra de Enrique Ponce y valentía de Arturo Macías que cortaron el rabo 121 y el 122 en la Plaza México
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Alfredo FLOREZ | 09/02/2009 | ||
Tarde brillante con lleno en los tendidos numerados de sol y sombra, caras conocidas de artistas, empresarios y políticos de las esferas nacionales, que presenciaron el corte de cinco orejas y dos rabos, uno protestado el de Macías y le negaron una oreja pedida por mayoría a Joselito Adame quien confirmó su alternativa de matador de manos de Enrique Ponce y testigo su paisano Arturo Macías, ante toros de San José que estuvieron bien presentados y de los cuales al segundo y quinto les aplaudieron en el arrastre, al segundo con arrastre lento y pitados el resto.
Toriles.com
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9 de febrero de 2009
Ponce y Macías cortaron rabo en la México
Miguel Ángel García
AYER la afición de la Plaza México ha presenciado una de las mejores tardes de la temporada grande y que lamentablemente dejaron de ver los aficionados que no estuvieron presentes. Ante un lleno en los asientos numerados del gran coso capitalino y un tercio en el tendido general, la tarde ha de
jado extasiados a todos los que ahí estuvieron, a cada uno de los que fueron testigos de la gran tarde de toros. Fue una auténtica tarde de toreros y toros, vimos una gran faena de Enrique Ponce ante su primer toro y que culminó con el corte de un rabo; de igual forma atestiguamos un extraordinario trasteo de Arturo Macías, quien también cortó un rabo, aunque dividido por las opiniones del público. También se dejó observar un Joselito Adame en todos sus aspectos, que cortó una oreja en su primer toro, mientras que en su segundo el juez le negó los trofeos que el público exigió, cerrando la tarde con una vuelta al ruedo.
El ganado, punto y aparte, don José Arturo Jiménez Mangas, propietario del hierro de San José,
mandó un encierro bien presentado y que prácticamente todo tuvo calidad, nobleza y recorrido, al cual le cortaron cinco orejas y dos rabos. Injustamente, al final del festejo, nadie se acordó de que el ganadero también tenía que salir a hombros con Ponce y Macías.
En resumen: éxito para todos los que ahí se dieron cita.
EJEMPLAR ENCIERRO DE SAN JOSÉ
Decíamos que don José Arturo Jiménez Mangas envió a la Plaza México seis toros muy bien presentados, bonitos de lámina y de encornaduras serias. Nadie les puso el pero, por el contrario, algunos fueron aplaudidos en el arrastre, sobre todo los li
diados en primero y segundo lugar, que merecieron arrastre lento. Y el quinto, que rumbo al destazadero fue fuertemente ovacionado. Estos tres astados, que nunca abrieron el hocico, fueron los mejores del encierro, ya que mostraron calidad y nobleza de la más cara, así como un recorrido largo que permitió a los toreros sumar centenares de muletazos. Los otros tres toros desentonaron; el tercero y cuarto fueron pitados en el arrastre, puesto que fueron parados y el sexto cumplió. El ganadero debió haber salido a hombros junto con los matadores, no obstante fue una infamia que todo mundo se haya despistado. Pero el triunfo de San José ahí queda.
EL MAGNÁNIMO ENRIQUE PONCE
La divinidad del tore
o se hizo presente una vez más a través del matador de toros español, Enrique Ponce, quien realizó una faena en su primer toro de verdadero maestro de la calidad del toreo. El diestro hispano volvió a bajar la luna y las estrellas a un público que siempre lo ha amado sin reserva y que ahora mismo ya lo ha puesto en un pedestal de oro, alto y radiante. Ponce dibujó una de las obras de arte más bellas y armónicas en la arena de la plaza más grande del mundo, y aunque un poquito tarde, no ha habido mejor regalo para "La Señora de Insurgentes", en su 63 Aniversario, que la fina y pura tauromaquia de Enrique Ponce, en su máxima expresión. El sentimiento y entrega del torero valenciano dejó más que agradecida y desquiciada de alegría a la máxima plaza del país, tan así, que ésta le retribuyó con un rabo, el segundo que corta Ponce en este ruedo. La actuación del espada español pasará a la historia del monumental coso como una de las mejores y quedó impresa en la pupila de miles de espectadores para
toda su vida, como un recuerdo indeleble de quien fue y seguirá siendo uno de los más grandes expositores de la torería mundial. El torero Enrique Ponce irradió valor, temple, arte y sentimiento ante su primer toro, un astado que fue fenomenal, el conjunto de esta pintura. Ante el morito, Enrique pintó lances de una naturaleza pura, impecable, que desbordaron la pasión en los tendidos. Con la muleta, tela roja o franela, como usted quiera llamarle, Ponce dio vida correcta y hermosa a lo que conocemos como muletazos y creó majestuosos trazos que a su paso dejaron un camino pintado en oro. El pincel de su sabiduría taurina apuntó líneas de índole maravillosa por ambos pitones del toro, con la mano diestra y con la izquierda, de estética inconfundible y lentitud asombrosas, casi eternos. Y deleitó hasta lo más profundo con sus poncinas, que las ejecutó elegantes a cada centímetro. Lástima que todo en es
ta vida se termina. El maestro de la tauromaquia firmó su obra de arte con una soberbia estocada que hizo rodar de inmediato al toro de San José. El público, en el paroxismo de la tarde, pintó de blanco los tendidos del gran coso con los pañuelos que hondearon y así permanecieron hasta que el juez concedió el máximo trofeo, el rabo, junto con las dos orejas.
En este toro, Ponce inició su faena con verónicas que remató de una revolera de fantasía y quitó de la misma forma, pero rematando con una media. Con la muleta inició a su mero estilo, flexionando las piernas con suma elegancia, luego se plantó en la arena y comenzó ha ejecutar música celestial con las series que ligó con ambas manos. Pero sin dudas, las poncinas fueron las que resonaron con más fuerza en los tendidos y con toda seguridad, los "!olés¡" retumbaron hasta Valencia.
Con su segundo toro, que no permitió mucho por lo aplomado que fue, el diestro estuv
o entregado, pegándose el arrimón y obligándolo a embestir, extrayendo pases que no existían. Lo mató y salió al tercio.
CONTINÚA EN SU LÍNEA ARTÍSTICA
Arturo Macías volvió a ratificar el toreo de arte y calidad que atesora. Es admirable cómo ha cambiado la forma de interpretar su toreo y más verlo con tanta serenidad, calma y cabeza. Macías desborda afición y también lo quieren mucho en la capital, pues no olvidan las salidas a hombros que ha dejado para el recuerdo en tardes pasadas. Lo mejor de su intervención se dio en su segundo astado, ya que colaboró de una forma excepcional y el torero lo supo entender de maravilla.
Con la capa, Arturo se dejó ver en los quites, los cuales los realizó por gaoneras, ante las que acudió el toro bien pegadito a los muslos del torero. Con la muleta inició con un péndulo muy expuesto, pases por alto y otro péndulo más, para rematar con el de pecho que le salió pintado. Cuajó otra tanda igual, pero que remató de péndulo y lo mejor vino en la siguiente serie. Macías se dio a torear con la mano diestra casi en redondo, logrando pases largos, templados, de muy buen gusto. Y sin perder el ritmo, Arturo cambiaba la muleta de mano para proseguir toreando, ahora al natural y también en redondo, para luego volver a rematar con el pase de pecho, de cabo a rabo. La gente gritaba, "!Viva Aguascalientes¡", haciendo un hervidero de emociones al límite. Y así continuó Arturo, ligando tandas de suma calidad que enloquecieron al público, con ambas manos y yendo a más, ahora rematando con desdenes.
Se perfiló para matar
al toro y dejó una estocada de la cual salió rebotado, gritos de "!Torero... torero¡" y la petición del rabo que se concede. Aunque a la hora de que el alguacilillo se lo entregó, algunos se lo abuchearon, otros se lo continuaron aplaudiendo.
Ante su primer toro, tras brindar su astado al señor Juan Pablo Bailleres, Macías tuvo muy bonitos detalles ante un toro que fue soso y con poco recorrido. Concluyó con arrucinas bastante comprometido con el toro, pero que le fueron coreadas con fuerza. Previa estocada dejó un pinchazo y salió al tercio.
ENTREGA Y DISPOSICIÓN
Joselito Adame, que confirmó su alternativo con el toro Sueño, marcado con el número 96, ha tenido dos actuaciones de mucha valía y méritos relevantes. Por ganas y actitud no quedó en el torero, prueba de ello fue como en su primer toro, el de la confirmación, lo recibió a portagayola, para luego recetarle dos largas
cambiadas, aunque en las tres suertes siempre tuvo que aventarse a un lado, de lo contrario hubiera sido arrollado por el toro. Lanceó a pies juntos ante su primer toro y quitó por zapopinas que remató de media verónica. En las banderillas, a pesar de no clavar el segundo par, fue ovacionado. Luego, tras las palabras de su padrino de confirmación, llamó al ruedo a su director artístico, "El Quitos", a quien brindó su faena. Comenzó con estatuarios por alto y desdén, luego consiguió hasta cuatro tandas, dos con la mano diestra y dos al natural, pero con escaso eco en los tendidos. Vino lo mejor en la quinta tanda, la cual la cuajó con pases en redondo y que desparramó el coro del ¡Olé¡ en los tendidos
. Repitió la dosis en una sexta tanda, con más temple y calidad y fue donde el toro mostró más su calidad. Joselito decidió matar al astado, lástima que pinchó, de lo contrario corta las dos orejas. Sin embargo, cortó una.
Con su segundo toro, nuevamente hizo una faena completa. Dejó verónicas y bregó su toro al caballo con chicuelinas andantes; quitó con un abanico de lances de calidad, muy bien realizado. Y, ahora sí, fue verdaderamente certero con las banderillas, llevándose las carretadas de ovaciones. Previo a su faena de muleta, Joselito brindó su faena a la señora Margarita Zavala, esposa del presidente Felipe Calderón, que fue bastante aplaudido. Adame, ante un astado que poco colaboró, estuvo empeñoso y dispuesto agradar en todo momento, hasta cinco tandas ejecutó y circurrets de buena calidad. L
uego el toro se fue a menos. Dejó una estocada y tuvo cerrada petición de oreja que el juez no concedió.
Al final, Ponce y Macías salieron a hombros.
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Este rabo era para mí.- Ponce
Triunfadores... Ponce (izq.) y Macías (der.) cortaron los rabos 121 y 122 en la historia de la Plaza México.
Foto: Etzel Espinosa
Arturo Macías valoró su primer trofeo máximo en la Plaza México
Guillermo Leal
Ciudad de México (8 febrero 2009).- El rabo que cortó Enrique Ponce estaba predestinado para él, aseguró el feliz valenciano al término de su tarde de reencuentro con la Plaza México.
"Estoy feliz, este rabo era para mí, el destino no quiso que viniera antes a torear porque me tenía predestinado este trofeo. Si mi primero que esperé once años fue importante, ésta mucho mejor, porque fue un reencuentro con el público", señaló Ponce.
El maestro español estaba muy
contento que Margarita Zavala, esposa del Presidente Felipe Calderón, hubiese estado en el festejo.
"Ha sido un honor que la señora Margarita haya estado aquí presenciando la corrida y que se haya divertido con una tarde tan bonita conmigo y mis compañeros", apuntó.
Quien se despreocupó por las protestas fue Macías tras haber cortado su primer rabo como matador en la Plaza México.
"La concesión de un rabo siempre es polémica. Yo creo que la faena fue de altos vuelos, que el público lo iba a pedir y como sentí que lo merecía por ello no me lo guardé. Estaba yo esperando este momento y una faena así es difícil de hacer", afirmó el aguascalentense.
Citarán al juez
Las autoridades en la delegación Benito Juárez citarán al juez Gilberto Ruiz Torres para conocer el por qué de su proceder. Concedió rápidamente un rabo sin seguir el protocolo; no premió siquiera con un arrastre lento al mejor toro de la corrida, el quinto, al que Macías toreó espléndidamente y para colmo negó una oreja de mucho valor a Joselito Adame.
Las mentadas, los insultos y el haber echado a perder un festejo que pudo ser aún más triunfal deben ponerlo a pensar en su capacidad para presidir un festejo en la México.
REFORMA
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Rubén González, México, 2/9/2009 |
De ensueño fue la tarde de este domingo en la Plaza México en la que Enrique Ponce y Arturo Macías cortaron un rabo cada uno y salieron a hombros; Joselito Adame, que confirmó alternativa, debi ó acompañarles, pero el juez le robó la oreja del sexto. |
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