Ricardo Balderas, juez de plaxa
Alfonso López
Según el ex juez Jesús Dávila, quien presidió cerca de 300 festejos, a veces premian de más y otras lo hacen de menos; han negado lo merecido y dado lo inmerecido
“Yo creo que hay una falta de criterio, a veces premian de más y a veces de menos, algo que se ha recrudecido; deben hacer una cosa y hacen otra, lo fácil lo hacen difícil, han negado orejas merecidas y han dado más trofeos de los que se merecían”, dijo Jesús Dávila, juez que fue de la México cerca de 300 festejos.
Y prosigió, “el rabo a Hermoso echó a perder un muy buen momento; a Joselito Adame, una oreja bien ganada, no se la dieron; un rabo a Manolo Mejía, igual, tampoco”.
Sobre los casos de Macías y Ponce, dijo: “Arturo me gustó por las condiciones del toro, que tenía genio, y lo que le hizo, con valor, además, lo mató muy bien y para mí estuvo bien otorgado, pero, claro, hubiera habido bronca si no lo da y, por darlo, la hubo, porque es difícil complacer a todo el mundo”.
Y el de Ponce, lo consideró bien dado, pero precisó que “el toro de él fue mejor que el de Macías”.
Muy sincero, como siempre, remató con un: “Yo metí la pata muchas veces, pero éstos se han pasado y, como son mis amigos, yo les digo: ‘Es tu criterio, pero creo que la regaste’.”
Sin duda, muchas circunstancias van cambiando en la historia del toreo y, claro, en la México, por ello, no es de sorprender que hoy, cuando se habla de un abaratamiento de los rabos, porque han sido concedidos cuatro en esta Grande 2008-2009 y tres en tardes consecutivas, son procedentes algunas precisiones:
De los 119 para toreros de a pie, 58 fueron entre el 5 de febrero de 1946 y el 31 de enero de 1965, es decir, menos de 20 años y de los restantes 61, han transcurrido 43 años.
También ha habido etapas de pocos cortes, pues entre el 18 de enero de 1998 y el 6 de noviembre de 2005, en siete años, hubo siete.
Pero, por otra parte, en la 48-49, nueve; en la de 52, ocho; en la 71-72 siete y en 1971 cuatro, como en ésta.
Y, en tardes consecutivas, como este año, en la 48-49 cortaron dos el 9 de enero, uno el 16 y otro el 23 y, en la de 1952, se otorgaron sendos rabos el 2, el 9 y el 16 de noviembre.
En lo relativo a premiar a toros, Dávila dio otra cátedra: “También, a veces, valoran más a un toro y menos a otro y no hay un criterio para premiarlos, porque la valoración debe hacerse desde que el toro sale al ruedo hasta que se muere.
“Así que, los toros nobles, pero mansos al castigo en varas, son sólo para aplausos, porque hay que ver cómo toman los puyazos, cómo van a las banderillas, qué hacen y cómo durante la faena y también cómo se les está toreando.
“Hay que estar atento a eso durante toda la lidia y, algo que se ha perdido, estar en constante contacto con el asesor, oyendo opiniones, un puesto que hoy está de más, porque los jueces no les hacen caso”.
“Sólo así puede saberse bien cuándo un toro merece un arrastre lento, una vuelta al ruedo o el indulto”, precisó Dávila.
Sin embargo, por desgracia, esa es otra enorme falla de los jueces actuales: la de que, de plano, no saben juzgar el rendimiento de los toros, para poder premiarlos.
En consecuencia como se trata de jueces, lo que debería imperar es la impartición de justicia, pero…
Del Reglamento Taurino del DF
Artículo 72
Cuando la labor del matador provoque la petición de apéndices por parte del público, el Juez de Plaza los concederá, sujetándose a las siguientes reglas:
I. Una oreja será otorgada cuando una visible mayoría de espectadores la solicite ondeando sus pañuelos u otro objeto visible.
II. Dos orejas serán otorgadas, luego de tomar en cuenta las condiciones de la res lidiada, la buena dirección de lidia, la brillantez de la faena realizada, tanto con el capote como con la muleta y la ejecución de la estocada.
III. Dos orejas y rabo serán otorgados si, cumplidos los requisitos de la fracción anterior, lo excepcional y emocionante de la faena y su culminación así lo ameritan.
Según el ex juez Jesús Dávila, quien presidió cerca de 300 festejos, a veces premian de más y otras lo hacen de menos; han negado lo merecido y dado lo inmerecido
“Yo creo que hay una falta de criterio, a veces premian de más y a veces de menos, algo que se ha recrudecido; deben hacer una cosa y hacen otra, lo fácil lo hacen difícil, han negado orejas merecidas y han dado más trofeos de los que se merecían”, dijo Jesús Dávila, juez que fue de la México cerca de 300 festejos.
Y prosigió, “el rabo a Hermoso echó a perder un muy buen momento; a Joselito Adame, una oreja bien ganada, no se la dieron; un rabo a Manolo Mejía, igual, tampoco”.
Sobre los casos de Macías y Ponce, dijo: “Arturo me gustó por las condiciones del toro, que tenía genio, y lo que le hizo, con valor, además, lo mató muy bien y para mí estuvo bien otorgado, pero, claro, hubiera habido bronca si no lo da y, por darlo, la hubo, porque es difícil complacer a todo el mundo”.
Y el de Ponce, lo consideró bien dado, pero precisó que “el toro de él fue mejor que el de Macías”.
Muy sincero, como siempre, remató con un: “Yo metí la pata muchas veces, pero éstos se han pasado y, como son mis amigos, yo les digo: ‘Es tu criterio, pero creo que la regaste’.”
Sin duda, muchas circunstancias van cambiando en la historia del toreo y, claro, en la México, por ello, no es de sorprender que hoy, cuando se habla de un abaratamiento de los rabos, porque han sido concedidos cuatro en esta Grande 2008-2009 y tres en tardes consecutivas, son procedentes algunas precisiones:
De los 119 para toreros de a pie, 58 fueron entre el 5 de febrero de 1946 y el 31 de enero de 1965, es decir, menos de 20 años y de los restantes 61, han transcurrido 43 años.
También ha habido etapas de pocos cortes, pues entre el 18 de enero de 1998 y el 6 de noviembre de 2005, en siete años, hubo siete.
Pero, por otra parte, en la 48-49, nueve; en la de 52, ocho; en la 71-72 siete y en 1971 cuatro, como en ésta.
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