Herido... Manolo Mejía no se fue limpio: lo operaron de una cornada, no grave, en la cara.
Foto: Angel Guevara
Manolo Mejía y Federico Pizarro cortaron una oreja cada uno
Guillermo Leal
Ciudad de México (30 mayo 2009).- Además de que se pudo entregar un cheque de 150 mil pesos para ayudar a niños con cáncer, recursos que se reunieron con en el festival celebrado este sábado, la tarde resultó muy seria y estuvo a la altura.
Ganaderos, matadores, subalternos y todos los que tomaron parte, lograron que los casi seis mil asistentes disfrutaran de una tarde emocionante, de variedad y con instantes de buen toreo, en la que Manolo Mejía y Federico Pizarro cortaron una oreja cada uno.
Desde que los matadores recibieron un reconocimiento de los niños, lamentablemente enfermos, y les regalaron una montera con la que dieron la primera vuelta al ruedo; pasando por el homenaje póstumo al matador Manuel Capetillo, fallecido hace 26 días, hasta el cierre a cargo de Juan Pablo Llaguno, quien con 13 años y un buen becerro de San Martín mostró actitud y aptitudes, pese a la tormenta.
Los astados de Barralva, con edad de toros, que fueron bravos y cuatro de ellos con mucha clase, permitieron ver detalles de verdadero arte de Guillermo Capetillo; una faena con hondura y personalidad de Jerónimo, quien pinchó; los muletazos profundos de Christian Aparicio, quien mostró poco sitio, y hasta el extravío de Guillermo Martínez, presionado por el público.
Y con los dos malos vinieron los triunfos. El de Manolo Mejía, después de una faena de técnica y valor con un toro manso de que saltó al callejón, que lo hirió en la cara y tumbó a un picador, así como el de Pizarro, quien con paciencia y firmeza mostró que quiere retomar el sitio.
REFORMA
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tus comentarios a esta entrada