01 mayo 2009

Estilos de torear



Algunos de sus exponentes


Francisco Lazo

Amigos, los recuerdos nos señalan datos interesantes de dos toreros charros que tuvieron fama por su desenvolvimiento en los ruedos del mundo, uno Juan Silveti Magnon llamado "El Tigre de Guanajuato" y quien sería padre de Juan Silveti Reynoso "El Tigrillo", torero de arte y prestancia quien vive con su familia y sus evocaciones en su rancho de Salamanca y padre de dos diestros reconocidos, Alejandro hoy en el retiro y David fallecido trágicamente.

El otro es Jorge "El Ranchero" Aguilar de recias características en el toreo y quien nació un 29 de abril y murió hace 28 años víctima de un infarto. Hicieron historia por su valor y particularidades que impactaron pronto a los públicos y acarrearon seguidores y triunfos que les dieron categoría de figuras del toreo.

Juan Silveti, el tronco de la dinastía, solía vestir el traje campero y también el de lujo negro con botonadura de plata y un mechón de pelo en la frente y siempre apretando entre los dientes un cigarro puro. Torero decidido que iba al toro allá en los primeros años del siglo pasado causando gran impacto por su arrogancia y valor y luego de larga y destacada vida profesional que le dio el sobrenombre de "Juan sin Miedo", viajó por el mundo taurino particularmente a España donde revalidó su alternativa que había tomado en la Plaza El Toreo de la Colonia Condesa de esta capital el 16 de enero de 1916. Después de 29 años de actividad, siete de ellos radicando en Colombia y seis viajes a España, se retiró el primero de mayo de 1942 en la plaza El Toreo del D. F. cortando una oreja en su segundo y dando cuatro vueltas al ruedo acompañado de su por entonces pequeña hija Marisela. Esa tarde alternó con la rejoneadora peruana Conchita Cintrón de gratos recuerdos en México y a pie Paco Gorráez cortándole el rabo al quinto del festejo, así como Carlos Vera "Cañitas".

Juan Silveti Magnon falleció el 10 de septiembre de 1956. Su hijo Juan Silveti Reynoso ha sido una de las figuras más distinguidas que ha producido el toreo universal y su historial así lo demuestra pues no sólo triunfó en nuestro país sino también en España.

Nacido en esta capital el 5 de octubre de 1929, vistió por primera vez de luces a los 15 años en Aguascalientes y en 1950 se doctoró con todos los honores en la Monumental Plaza México a los 21 de edad, apadrinado por el potosino Fermín Rivera y como testigo el portugués Manolo Dos Santos con toros de La Laguna, cartel de lujo como correspondía a la ocasión. Confirmó en Madrid el 17 de junio de 1951 con Antonio Bienvenida como padrino y de testigo el mismo Manolo Dos Santos, jugándose toros de Manuel Sánchez Cobaleda cortándole una oreja a "Pavito" el del doctorado y al año siguiente regresó a España y toreó 20 corridas ganando cuatro orejas el 25 de mayo en la capital española.

Juan dejó de torear en 1968. Posteriormente sus hijos Alejandro y David alcanzaron la borla de matadores de toros haciendo gala de valor y de indudable calidad y David a pesar de sus lesiones en las rodillas llegó a ser un torero fino, de clase. Finalmente falleció en noviembre de 2003 cuando ejercía aún su profesión. La historia pues de la dinastía de los Silveti forma parte de los sucesos taurinos destacados en nuestra fiesta.

Y JORGE AGUILAR "EL RANCHERO" nacido en la Hacienda de Piedras Negras ahí en Tlaxcala el 29 de abril de 1927, murió el 27 de enero de 1981 toreando una vaquilla en la plaza de la ganadería de Coaxamaluca.

Fue un torero empeñoso que tomó su alternativa el 13 de marzo de 1949 en Tlaxcala de manos de Diamantino Vizeu, pero un año después renunció y volvió a tomarla en la Gran Plaza México el 28 de enero de 1951 apadrinado por Manolo Dos Santos y de testigo Jesús Córdoba con toros de La Laguna.

Confirmó en España el 13 de julio de 1952 con Manuel Navarro, Luis Briones y Jaime Malaver con toros de Aleas y en 1953 regresó a la península y toreó 40 corridas sufriendo dos cornadas graves. En febrero 11 de 1968 se retiró de los toros en la Monumental México.

En su momento estelar hizo valer las características que le distinguieron y se le recuerda también por su valor sin aspavientos como si ir al toro no le causara ningún apremio.

El devenir pues en nuestra fiesta está nutrido de muchos toreros de excelencia con una particularidad que les identifica por su estilo al hacer el toreo, más reposado y emocionante aprovechando las condiciones de nuestro ganado bravo que genera las preferencias de los grandes públicos.




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