26 mayo 2010

«El torero es último héroe épico y se sacrifica en nombre de los demás»


Carlos Marzal presentó ayer su libro en Sevilla.

Reúne textos de Benítez Reyes, Caballero Bonald, Luis Alberto de Cuenca o Ignacio Sánchez Mejías, amén de ilustraciones de Barceló o Gaya, entre otros


Publicado Miércoles , 26-05-10 a las 08 : 23

El poeta Carlos Marzal (Valencia, 1961) es un gran aficionado a la Fiesta Nacional ya que hace casi treinta años codirigió la revista taurina «Quites». 
Su enorme pasión y conocimiento por el mundo del toro ha hecho que ahora reúna en un libro algunos de los artículos e ilustraciones más destacados que aparecieron en dicha publicación, amén de otros nuevos, en la obra «Sentimiento del toreo» (Tusquets).

No se trata de una simple recopilación, ya que en este ejemplar conviven textos de Felipe Benítez Reyes, José Bergamín, Antonio Bienvenida, Caballero Bonald, Vargas Llosa o Fernando Quiñones, entre otros, con ilustraciones de Barceló, Luis Gordillo, Ricardo Cadenas o Ramón Gaya.

Según palabras de Marzal, «los filósofos, poetas y narradores se acercan a los toros porque son un ritual o una ceremonia poco usual en el mundo». Además lo taurino reúne «lo plástico. lo heroico, lo épico y lo simbólico».

Marzal, que es colaborador de ABC en Valencia, comenzó a aficionarse al mundo taurino gracias a la influencia de su padre: «Mi padre era un aficionado extraordinario y tenía dos pasiones, la lectura y los toros, por eso desde pequeño tengo recuerdos de asistir a las plazas y de rebuscar también en la biblioteca de mi padre en busca de alguna página del Cossío y de la revista “El ruedo”».

Marzal es consciente de que ahora mismo hay un gran sentimiento antitaurino en Cataluña, por eso no espera que «este libro vaya a convertir a nadie, pero lo que sí confío en que los aficionados profundicen y descubran cómo la pintura y la escritura han tratado lo taurino, además a los que no le gusten los toros podrán acercarse al universo taurino si son sensibles a la literatura y la pintura».

Para Carlos Marzal la obra cumbre de la literatura taurina en prosa es «Juan Belmonte, matador de toros», del sevillano Manuel Chaves Nogales. «No sólo digo esto, sino que también confieso que es una de las mejores novelas del siglo XX». Tampoco olvida este poeta, por supuesto, la figura de Ernest Hemingway, ya que su novela «Muerte en la tarde» es «una obra extraordinaria, sobre todo su segunda parte, ya que está llena de emoción y de intensidad». 

Por eso, Marzal afirma del creador de «Por quién doblan las campanas» que «esel gran embajador de lo taurino en el extranjero y fue capaz de crear aficiones hacia lo taurino sanferminero, y aún hoy día los lectores de Hemingway acuden todos los años a España al calor de sus libros.

En cuanto a la poesía, para Marzal han sabido reflejar mejor que nadie el mundo del toro Manuel Machado con «La Fiesta Nacional»; García Lorca con su «Llanto por Ignacio Sánchez Mejías»; Gerardo Diego, con «La suerte o la muerte», y José Bergamín, por su libro «El arte de birlibirloque».

Del libro que él ha preparado, el poeta valenciano destaca artículos como el de Francisco Brines, la conversación entre Esplá y Barceló —«Un ejercicio de deslumbramiento»—, o los textos de Benítez Reyes sobre Rafael de Paula. Además se incluye el pregón taurino que Vargas Llosa ofreció en Sevilla en el año 2000.

Respecto a la espeluznante cogida que padeció la semana pasada el torero Julio Aparicio en Las Ventas, Carlos Marzal confiesa que «el peligro a la muerte existe y que el torero intenta conjurar esa muerte». También piensa que «los medios no debían haberse cebado tanto con la reproducción de la fotografía por respeto al torero y su familia, ya que se ha creado una situación de morbo», por eso aclara que los toreros «son el último héroe épico y se sacrifican por todos en nombre de los demás, por eso hay algo de eucarístico en su figura».

A.G.B. SEVILLA


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