NOVILLADAS EN LA PLAZA MÉXICO
Aquel bombón madrileño que lo fue Roció Dúrcal, por estas fechas nos regalaba algo así como ‘Todas las noches busco y ¡si! encuentro cuando por ‘Junio’ llega San Juan, un trébol verde de cuatro hojas, que a mi me sirva, de talismán’ tonadilla que hoy nos viene al dedillo cuando la dupla empresarial ‘Herrerías & Castañeda’ empiecen a cumplir con el trámite de dar una temporada de novilladas que es algo así como pagar la tenencia pa’que luego arranque el tren grande, mas como quiera que sea la Plaza México va a abrir sus rejas para que los novilleros meritorios en algunos casos reafirmen y en otros casos los debutantes demuestren que tienen el babero puesto para jamar de este mole, mas ello implica algo muy serio en todos los ordenes por ello es oportuno hacer un llamado de conciencia a todos aquellos que por méritos propios, por visión empresarial o por cosas del azar vayan a aparecer por el albero mayor, lo que significa un paso que debe de ser afrontado con dignidad y sin engaños pues chavales antes que nada deben de estar conscientes que la Plaza Monumental es eso y no un kínder a donde sus miedos los lleven a orinarse, donde sus inexperiencias se les toleren, donde su falta de entrega se les comprenda, donde su falta de academia sea un disfraz, donde un terno de luces esconda a unos padrotillos de luces, ¡no jovencitos!, la fiesta de toros es mucho más que eso, es el comulgar a la de a ‘wilson’ con la máxima del maestro Pepe Alameda ‘El toreo no es graciosa huída si no apasionada entrega’ así que antes de enfundarse el terno más les vale hacer un examen concienzudo pues reitero a la México no se va a aprender, se va a demostrar que nacieron para ser toreros, no se va cumplir un capricho se va a entregarse y si lo logran Don Rafael y Don Juan sabrán recompensarles pero si engañan al público la afición deberá de manifestarles su repudio, desaliento y marcarlos para siempre como unos advenedizos pajones que timaron a la empresa y al público y hablando de aficionados vaya también un exhorto para apoyar las novilladas volcándonos en las taquillas para así darle calidez al tendido venga ¡Vamos a los toros!.
EL MANGARRIAZO DE APARICIO
El toreo que es el arte más honrado que pueda haber, pues su exposición se da a costa del drama y esto viene por que recién la tragedia paso su factura en la Feria de San Isidro cuando un toro jabonero le pidió la constancia de plenitud física a un torero llamado Julio Aparicio y como este ya ha rebasado los cuarenta otoños pues no se encuentra pleno y ante la cara de ‘Opíparo’ le fallaron los remos y los reflejos impidiendo que se rodara por la arena con la agilidad que se requiere y más aún la destreza no le fue suficiente como pa’ que el diestro ya caído sacara en la suerte al toro y si en cambio esos instantes bastaron para que el burel le impusiera una multa dolorosa que fue desde el cogote hasta el paladar convirtiéndola en la escena más dramática de muchos años y hablando de años atrás me viene a la memoria aquel otro drama que en el Toreo en 1958 escenificaran el toro ‘Escultor’ de Zacatepec y su victima Antonio ‘Corazón de león’ Velázquez, quien fue perforado en forma similar a Julio Aparicio con la agravante que al mexicano pendió o más bien fue arrastrado por el pitón del toro por unos cuatro metros causándole destrozos que incluso afectaron al cerebro, y ante estos dos dramas se confirma aquello de que ‘Pa’ el toro de cinco yerbas (años) el torero de veinticinco’.
EL CIGALA CHANELA DE TOROS
Apenas días atrás el Lic. Zabludovsky se acreditó las ‘peludas’ con un mano a mano que sostuvo con Dieguito ‘El Cigala’ gitano de pura raza cale quien tras un pokar de años regresó a la capirucha y con ese motivo chanelo en torno a nuestra pasión, la Torería, charla en la que el amo de la radio expreso su remenbraza por dos gitanos de alamares, Joaquín Rodríguez ‘Cagancho’ y creo que también ‘Gitanillo de Triana’ a lo que el gitano de ‘Lágrimas negras’ respondió que para su menda, los más grandes lo han sido Rafael de Paula ¡Si señores! y allá atrasito Morante de la Puebla y siendo el ‘Cigala’ un charlista de lengua fácil, se dio de inmediato sacar a la palestra un encuentro que vivió en el hotel Wellington ese que se asienta sobre la calle de Velázquez cerquita del Parque del Retiro en el merito ‘Madri’ donde Diego le daba rienda suelta al ‘cante jondo’ cuando sin más ‘El Paula’ tomaba con su mano moruna una servilleta colorada y se da a torear de salón con ese toreo bendito tan de él, tan inmenso, tan despatarrado, torería que fue arropada con el palmear embrujado del ‘Cigala’, aquello debió de haber sido algo majestuoso que yo recordaría como de ‘gitano a gitano, de arte a arte’ y ya hilvanado cuestiono ¿con cuál torero gitano se queda usted?
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