ESPECIAL
Francisco Álvarez
PINTOR DE PINTURERIAS
Pa´ quien dude que los genes llaman, sobraría ver como el taurinismo del maestro Francisco Álvarez va agigantándose al grado que el caballete, los pinceles y los pigmentos se han convertido en su cuadrilla de arte con los que está logrando la explosión pictórica que con espectacularidad abre lienzo a lienzo ‘La Puerta Grande’.
Y es que quien rubrica como Fco. Alvarez está colgado ya en los carteles de las monumentales, sitio que ha logrado en base al atrevimiento creativo que en sí es el alma de los genios que se atreven a ser no solo diferentes sino únicos, irrepetibles e inimitables, razón para que el maestro Álvarez pinte como se torea, es decir; como se es.
Por ello el pintor logra en cada obra un testimonial de alta originalidad que como las grandes faenas solo nacen una sola vez y mas aún cuando por aliado tiene el colorido de la seda torera que lo reafirma como maravilla natural que en cada aparecer, brilla hasta el infinito.
Algo que no puedo dejar de soslayar en la creatividad del heredero de la sangre colombiana, es el lograr un amalgamamiento entre dos polos como lo son el engarzar la bravura del burel con el trazo arquitectónico de la modernidad y lograr que ‘ambos dos, a la par juntos’ comulguen en el crisol mágico en el que solo lo excelso fragua y aún más, como no deslumbrarse en asombro cuando el toro es bañado de luna en azul aterciopelado que se convierte en poema pictórico y como imaginar esa erupción solar que con su encendido colorido de anaranjados desparramados enciende desde el infinito el dorado de la arenilla en donde el tauro en vertiginoso tropel cobra vida en el lienzo de bravío iluminado.
Y como no caer en el éxtasis cuando el maestro Francisco Álvarez conquista la cumbre ante los peldaños mayores del arte torero que son las expresiones del ‘Divo’ de Valencia Enrique Ponce, quien una tarde notario en letras de oro ante el toro ‘Notario’ su ‘Poncina’ que es en si, la pureza del toreo que quedo para la inmortalidad cuando nuestro personaje engarzo a pinceladas la belleza, la filigrana y el temple supremo y ya por ese tenor Fco. Alvarez se tiro al ruedo del encanto a replicar a Morante y en el vértice del embrujo de artista a artista, nació una obra que en si es un canto al delirio gitano.
Sin más solo resta ondear en albo homenaje los pañuelos o más a la mexicana echar a volar las palomas blancas en tributo de admiración al artista pintor Francisco Álvarez, por lo que está brindando al mundo de la tauromaquia y por ende, al del arte cuyas pinceladas los aficionados podrán compartir en www.franciscoalvarezarte.com / alvaga38@hotmail.com
Que muestra de arte!! la poética del Bardo y la pictórica del maestro Francisco Álvarez, Felicidades!!!!
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