- por Luna TURQUESA
El Payo. Ora si lo vi concentrado |
Lunes, 7 de febrero
2da Corrida de Aniversario, Plaza de Toros México
Diego Ventura
Garfias
Miguel Ángel Perera
Octavio García “El Payo”
Arturo Saldívar
Barralva
Diego Ventura.
En términos generales me gustó. Con su caballo Nazarí hizo alarde de temple y torería. En su primero con el rejón de castigo francamente mal, perforando un pulmón y causando un horrible derrame al toro. En el segundo, recibiéndolo a porta gayola, lástima de la colocacion del rejón. Entre remates por dentro, elegantes cites, quiebros y banderillas cortas se hizo del público, mató bien y cortó dos protestadas orejas.
Yo no se qué problemas se traigan Pablo y Diego, pero es una tristeza que siendo tan buenos los dos, tan diferentes de estilo, y habiendo tanta gente a la que nos alcanza la admiración para ambos, estén entre chismes más propios de un mercado que de un arte tan puro y con tanta verdad. Las cosas arréglenlas frente a frente en un ruedo, con la rivalidad propia de la gente grande, y déjense ya de tanta tarugada.
El Payo.
Ora si lo vi concentrado. A la que no vi en el tendido fue a la damita, la chica TD, que le llaman, y que bueno, porque la tarde anterior en la México el güerito andaba que no sabía ni cómo, ni pa’ dónde, ¿pero ora qué tal? haciendo arte, haciendo cosas bonitas, que ya sus derechazos, que ya sus trincherazos, que si un desdén. Y sin que nadie agarrara feo a nadie, ni el toro al Payo, ni El Payo al toro de los cuartos traseros. Así nos gusta y así debe seguir, seriecito y a lo suyo, que es el toro. Cortó una oreja, protestada.
Arturo Saldívar
Reconozco que la primera vez que lo vi no me gustó, pero con su anterior tarde en la México, una tarde llena de arte y ayer, me ganó totalmente. Tiene ganas de ser figura, y si sigue así llegará lejos. Conciente de la importancia de este día, estuvo muy valiente ante toros que no cooperaban.
Perera
No cortó ninguna oreja, pero la faena que le hizo al toro de regalo, Brujo, va más allá de toda estadística. Lo que este señor realizó ayer, es de lo que se habla hoy y se seguirá hablando por mucho tiempo, una faena histórica. Un toro quedado, un toro que cualquier otro torero hubiera matado rápido por no saber qué hacerle. Pero cayó en manos de este pedazo de torero, que lo supo entender y le supo dar la lidia adecuada. Que entendió cuáles eran las distancias a las que se tenía que poner, y se puso. Que tuvo la suficiente cabeza y serenidad para no arrugarse y la suficiente maestría para, a un toro descastado, sacarle pases, para otros imposibles. Perera, con su seriedad característica descubrió en esta faena nuevas distancias, o más bien nuevas cercanías. Redimensionó a su manera el arte de torear y se puso a los milímetros justos como para darle a Brujo el gusto de olerle la taleguilla. El desencanto vino después. Pero el grito de ¡Torero! ¡Torero! Nadie se lo quita.
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