09 de Febrero 2011
Hasta ahora, subirse al “maldito balcón”, ha sido tarea ingrata, para defender todos los intereses, que se unen las tardes de toros.
Muchos aficionados de probada solera, se echan las manos a la cabeza al contemplar perplejos como los presidentes de no pocas plazas llamadas “importantes” ponen, también no pocas tardes, boca abajo, el prestigio que tuvo la misma. Algo más serio de lo que en principio nos parece, le debe de estarle ocurriendo a esta Fiesta, para que se erijan en protagonistas y salvadores de la misma a los presidentes, con el fin de sacarla de la crisis y el caos, con el fin de salvaguardar los intereses creados. Hasta ahora, los presidentes no habían contado con las simpatías ni entre el público, ni mucho menos entre los toreros, sus apoderados y otros allegados al profesional. Pero a tenor de lo que viene ocurriendo, incluso en las ferias de primera categoría, que por nombre y por número de festejos le corresponde tal distinción; parece ser que esto comienza a cambiar, y los presidentes desde su púlpito, se unen al triunfalismo pueril y desorbitado de públicos festivaleros, dejando los cimientos de la “vapuleada” Fiesta a punto de desplomarse irremediablemente. [¿Qué tendremos que ver si se pasa a cultura? ¿Tendremos una federación de presidentes? ¿Saldrán como parece ser- se quiere de las Universidades? ¿Seguirán los mismos?... ¿Cómo será la cosa?...], hasta ahora, subirse al “maldito balcón”, ha sido tarea ingrata, para defender todos los intereses, que se unen las tardes de toros.
Su comportamiento, así como su falta de criterio a la hora de evaluar justa y serenamente las faenas, con el fin de no desnivelar los triunfos, según quien sea aquel que se suba al balcón. La cuestión parece irritante, y no es de extrañar, que las criticas en todos los foros taurinos de contrastada seriedad han puesto de manifiesto los errores mayúsculos que se cometen, poniendo en solfa los criterios y la responsabilidad de presidir plazas de relevancia, y, más aquellas con entidad y referente taurino, Debo decir en su descargo, que al menos, muchos de ellos van reconociendo sus desaciertos, con el fin de no caer en los mismos errores, otros han tenido la decencia de desistir en seguir presidiendo festejos taurinos.
Desprotegida se encuentra la afición, si esa máxima autoridad, no pone coto a todo aquello que algunos intentan, que se pierda la confianza en su criterio, que se devalúe la autoridad, que no sean competentes para evaluar y garantizar el desarrollo de la corrida, en definitiva que se pierda su integridad, para que el conciabulo taurinista, sea el que manipule aun más a, esta “Bendita Fiesta”. – Tomen nota por favor -.
Su comportamiento, así como su falta de criterio a la hora de evaluar justa y serenamente las faenas, con el fin de no desnivelar los triunfos, según quien sea aquel que se suba al balcón. La cuestión parece irritante, y no es de extrañar, que las criticas en todos los foros taurinos de contrastada seriedad han puesto de manifiesto los errores mayúsculos que se cometen, poniendo en solfa los criterios y la responsabilidad de presidir plazas de relevancia, y, más aquellas con entidad y referente taurino, Debo decir en su descargo, que al menos, muchos de ellos van reconociendo sus desaciertos, con el fin de no caer en los mismos errores, otros han tenido la decencia de desistir en seguir presidiendo festejos taurinos.
Desprotegida se encuentra la afición, si esa máxima autoridad, no pone coto a todo aquello que algunos intentan, que se pierda la confianza en su criterio, que se devalúe la autoridad, que no sean competentes para evaluar y garantizar el desarrollo de la corrida, en definitiva que se pierda su integridad, para que el conciabulo taurinista, sea el que manipule aun más a, esta “Bendita Fiesta”. – Tomen nota por favor -.
Fermín González, comentarista Onda Cero radio. Salamanca
Fotografía: archivo
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