- Por Jesús Ferrer Guzmán “El Teniente”
En Verdad, es inexplicable que los que escriben de toros con, o sin conocimientos para hacerlo, últimamente hayan omitido criticar en su justa medida, hechos que rompen con varias tradiciones taurinas, desorientando a las nuevas generaciones de espectadores que, sin saberlo, se convierten en villamelones y no en aficionados, como debería ser. Para no irnos muy lejos, se vieron y escucharon cosas muy negativas en el último festejo que hubo el día 2 del mes en curso en la Plaza de Toros “El Relicario” JOSELITO HUERTA, que no entiendo el motivo por el cual, quienes ayer aceptaron que así se llamara el Coso de los Fuertes hoy, con su silencio se unen a quienes ya no lo llaman con el nombre del mejor torero poblano que hasta la fecha ha existido. Esa tarde se vieron y escucharon cosas de no grata memoria.
Veamos: a las 4.30 p.m. un alumno del Instituto Oriente y aspirante a novillero, que por cierto llevó mucha gente, a nivel familiar, partió plaza, vestido de corto, lo mismo que los tres de su cuadrilla, al son de “Cielo Andaluz”. Después de su actuación y pasaditas las cinco de la tarde, tras de una guapa china poblana, los tres toreros de la tierra hicieron el paseillo, ¡ Oh sorpresa !, con las notas del paso doble “El Relicario” que, muy a pesar de su jacarandosa alegría, le restó cadencia, ritmo y solemnidad, al tradicional despeje que hasta hoy, en mi más de setenta años de aficionado, nunca lo había visto relegado a segundo término.
Todo obsequio es bienvenido, pero amigos, si no se le enseña a la gente a usar la enorme cantidad de pañuelos que han regalado en los festejos de la nueva empresa, y los concurrentes lo agitan hasta cuando estornudan en el callejón, por “quítame estas pajas” los tendidos blanquean, poniendo en predicamento a quien esté en el Palco de la Autoridad, y más si junto con sus “Asesores”, siempre han demostrado su ineptitud taurina.
Eso provoca las escandalosas y majaderas manifestaciones que, hasta con descaradas mentadas de madre para el juez, se oyeron el Sábado 2 de Julio pasado, causando molestia, desencanto y arrepentimiento de muchos padres de familia, por haber llevado a sus hijos. Desgraciadamente, por culpa de unos cuantos barbajanes que gritan sus majaderías escudados en el anonimato de la multitud, La Fiesta Brava, nuestra querida Fiesta, “paga los platos rotos “
Por último, ¿ cómo es posible que se permita que se amenice una faena con algo tan bello, sí, pero tan antitaurino como “El Sauce y la Palma”, que es casi un himno del solar sinaloense. ¡ POR FAVOR !.
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