04 agosto 2011

De Negro y Azabache (Apunte: José Tomás y Twitter)

Posted: 3 agosto, 2011 by mauromero in Uncategorized          

  • Por Mauricio Romero

Twitter pareciera estar aplastando el poder de opinión de los analistas taurinos. Si lo que afirmo no es verdad, por lo menos el caso de José Tomás (JT) haría dudar a más de uno.

“No admira por su técnica ni seduce por su estética”, escribió –no en Twitter– el catedrático Andrés Amorós. “No sabe torear; el toreo se trata de que no te cojan y no al revés”, sentencia Ernesto Navarrete, Don Neto. Al enterarse de comentarios de este tipo, sería natural pensar que se refieren a cualquiera, pero no a una figura, sin embargo, al torero de Galapagar se le trata –paga– como si fuese un dios. Quizá la respuesta se encuentre en el número de personas que leen o escuchan a quienes analizan lo ocurrido en el ruedo, y no fuera de él, y la cantidad de tuits y retuits originados por los esnobs adictos a JT.

La minoría de gafas y canas que sabe de toros, contra la masa con Blackberry que no conoce a Fermín Espinosa, Armillita.

Twitter es lo mejor que le pudo pasar JT. El interés personal por el torero predilecto se convierte en epidemia de 140 caracteres. “Sus devotos pueden peregrinar con comodidad y luego contar maravillas puesto que para eso hacen el camino de catecúmenos fervorosos. A la vuelta, sólo expresiones laudatorias: increíble, fabuloso, indescriptible, un sueño, lo nunca visto”, apunta Benjamín Bentura.

Antes, cualquier papanatas podía asegurar que vio a Manolete en fenómeno sin haber estado en la plaza. Hoy pasa lo mismo, sólo que la diferencia estriba en que al mentiroso de los años cuarenta lo escuchaban unos cuantos, mientras que al embustero del siglo XXI lo puede leer un número indeterminado de personas y retransmitir por ene sus patrañas. Cuántos aficionados presenciaron in situ la vuelta de JT en Valencia; cuántos opinaron, con todo y adjetivos, sobre la actuación de El Príncipe de Galapagar.

Más grave aún, son los casos de los periodistas enfrascados en discusiones sobre faenas no vistas, bueno, alguna analista defendió su visión con el argumento –es un decir–  de los tres minutos de video permitidos por el torero. Al día siguiente, a miles de kilómetros de la Comunidad Autónoma, se imprimieron crónicas basadas en lo dicho por la radio y lo comentado en Twitter, pero escritas como si el reportero hubiera estado en el tendido. Incluso, algunos medios informaron al instante gracias a los tuits de alguien que a su vez los tomó de la cuenta de un tuitero más. Caos informativo, delirante, hasta convertir a JT en Trending Topic (TT). El juego de `teléfono descompuesto´ en su máxima expresión en favor del ídolo.

José Tomás torea poco, lo hace en plazas pequeñas y las imágenes de sus actuaciones son mochas enfocadas a su figura, no al toro, con lo cual se dificulta saber si realizó una lidia adecuada. Los pocos afortunados asistentes gastan lo necesario para convertir el boleto en un insulto en tiempos de crisis. ¿Cree que los faranduleros oportunistas, similares a los asistentes del 5 de febrero en La México, hablarán negativamente de su evento exclusivo? No sólo eso: ahora sus sensaciones y asombros se multiplican en segundos.

No habla, no dice lo que piensa. La imagen del madrileño se ha basado en el rumor, ahora potenciado por la Internet. Twitter representa la mejor herramienta para esparcir el mito. Y ni siquiera tiene una cuenta.

“La mayoría de los seguidores de José Tomás son una pandilla de esnobs que hace cinco años no habían visto una corrida de toros (…) José Tomás es una excusa para fardar de poderío económico en el tendido y para presumir de que saben de lo que no saben (en Twitter)”: Domingo Delgado de la Cámara.

mauromero@comunidad.unam.mx

(Artículo publicado en SDP Noticias y Chicago Deportivo: http://bit.ly/oe8GwA, http://bit.ly/lBx7Mn)

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