TOROS Y CATEDRAL
En el libro ‘Centro Histórico, Charlas Inéditas
de ayer y hoy…’ que será presentado el 16 de abril en la Plaza del Seminario
frente al Sagrario Metropolitano bajo la divisa del empresario también Dr., el
Dr. León Bailón Urioste, el del hierro de la Distribuidora y Librerías Tauro,
nos enteraremos que en 1526 o sea a
cinco años después de que los hombres rubios y barbados habían llegado al
territorio de la aguilucha y la culebra, tras abrir la Puerta Grande en la
plaza de Las Higueras, pa’ celebrarlo, mando construir una plaza de toros,
frente a su casa que era donde hoy funciona el que le hace el avío a todas las
cuadrillas, el Monte de Piedad, o sea el albero quedo instalado en el sitio en que hoy se
halla La Catedral Metropolitana, este dato histórico y relevante nos fue confirmado
en el mismísimo lugar por el erudito Don
Carlos Lorenzo Hinzpeter quien enfatizo que el coso fue bautizado como ‘La Plaza del
Voladero’ y cómo ‘Leer es vivir aprendiendo’el
miembro de los Bibliófilos Taurinos de México informa que será
presentada pasada la Semana Mayor la obra ‘El Toreo entre libros’, la cual está conformada por 35 comentarios de
los propios bibliófilos, esto ocurrirá el 5 de abril en el Foro Cultural
Chapultepec.
TERNOS Y
CASULLAS
Uno
de los temas que paradójicamente causan polémica, es el que va del atractivo
terno de luces a la casulla, vestimentas éstas, que usan los toreros para
oficiar en la plaza de toros y los prelados en la iglesia, ¿por qué estas
prendas, que dicho sea son primorosas, causan admiración en lo taurino e inconformidad en lo religioso?, sí, en el
caso de los que usan los toreros, la respuesta la hallaríamos en que las que
usan los matadores son aceptadas,
admiradas y hasta exigidas. Esto obedece entre otras cosas a que en la mayoría
de los casos son adquiridas mediante el trueque de exponer la vida, jugársela
literalmente a riesgo de salir heridos y hasta muertos en ocasiones, mientras
que las que se ponen los presbíteros son adquiridas con la lana y no de los
borregos, sino de limosnas que los clérigos de las iglesias se las ingenian
para ordeñárselas a los feligreses y esto hay que reconocerlo, aunque no
faltará quien nos salga con el camelo de que las limosnas son voluntarias y
puede que así haya sido en un principio, pero lo que se hace costumbre termina
por ser casi imposición, eso sí hay que reconocer lo hermoso que lucen las
vestimentas de los oficiantes, lo mismo de los de las monteras, que los de los
solideos y entre esos atuendos destacar los confeccionados en telas color
obispo y recamados con hilos de oro y
que decir delas vestimentas en rojo cardenal bordados en plata o los ternos ajustados u
holgados en seda Macarena y áureos bordados, sin olvidarnos del sobrio nazareno
y luto,¡que viva la elegancia!, y mientras más opulenta mejor. ¡Que caray! Lo
que sí hay que decir que no lucen igual Ponce que Norberto y es que como en
todo, en la belleza y en las clases sociales, hay niveles.
LA CRUZ
Y EL DEMONIO
Y siguiendo con el mano a mano entre los
toreros y los confesores, encontraremos algunas aristas que podrían ir al
alimón verbo y gracia, la Espada con la Cruz pues en la tauromaquia a la suerte
suprema también se le conoce como hacer la cruz, luego la Fiesta Brava así se
denomina por los toros bravos y de cuernos dignos, mientras que en el catolicismo
se atemoriza con una figura mitológica que la pintan con cuernos y hasta le
ponen un largo rabo como los que los toreos cortan en tardes triunfales, y ya
que andamos en esa temática como no recordar que uno de los más grandes dioses
de la torería paradójicamente lo fue un ‘Demonio de Pasiones’ y como anillo
papal nos viene subrayar que es de todos los feligreses sabido que en la fiesta
torera un de los personajes mayores lo es un ‘Satanás’.
¡Alabado sea el Santísimo!
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