Durante
28 años, El Relicario inmortalizó a figuras de la tauromaquia

- JOSÉ ANTONIO MACHADO
@jamsmilan
25,
OCT 2016 A LAS 22:44
El
coso de Los Fuertes descubrió a Rafael y a Alberto Ortega, a Jerónimo y
perpetuó a David Silveti, Arturo Gilio, Pablo Hermoso de Mendoza, Enrique
Ponce, Eloy Cavazos y a Manolo Martínez.
La
fiesta brava en Puebla ha vivido un día infernal porque el morenovallismo ha puesto
a la venta El Relicario, el inmueble de 8 mil 867.35 metros cuadrados. Así, el
coso de Los Fuertes ha pasado a la historia de la tauromaquia nacional como una
de las principales plazas, después de 28 años imborrables por las
extraordinarias faenas de “El Rey” David Silveti, Eloy Cavazos, Manolo
Martínez, Jorge Gutiérrez, El Pana, Zotoluco, Rafael Ortega, El Zapata, Enrique
Ponce, El Juli, Pablo Hermoso de Mendoza, Joselito Adame, Arturo Gilio y
Sebastián Castella.
Jorge
Gutiérrez, David Silveti y Vicente Ruiz "El Soro", realizaron el
primer paseíllo la tarde del 19 de noviembre de 1988 para lidiar toros de la
inmortal ganadería de Reyes Huerta. Los tendidos del coso superaron las 5 mil
entradas. El primer toro de nombre fue Fundador fue para Silveti, quien cortó
la única oreja de festejo.
Así,
los poblanos comenzaron a vivir la más bella de las fiestas con festejos
promovidos por los empresarios José Ángel López Lima, Alberto Bailleres, José
María Arturo Huerta, Javier Marroquín, Mario del Olmo, Alberto Ventosa y Juan
Huerta.
En
el redondel la fiesta se enriqueció con las ganaderías de Reyes Huerta, José
María Huerta, Piedras Negras, Begoña, Mimiahuapan y Los Encinos.
El
primer rabo cortado en El Relicario Joselito Huerta fue para Rafael Ortega
Blancas, el 13 de mayo de 1989, al toro Flamenco del hierro de Huichapan. Así,
el tlaxcalteca comenzó una carrera ascendente hasta convertirse en el ídolo de
los taurinos poblanos, que lo hicieron suyo y lo encumbraron como una de las
principales figuras del plano nacional.
Alberto
Ortega también probó las mieles del éxito al lado de su hermano Rafael en los
primeros años de El Relicario, pero fue Rafael quien terminó por convertirse en
una de las principales figuras. El torero hecho en Puebla tuvo noches
memorables, pero también probó la hiel de las tardes y noches sin fortuna. La
misma fortuna acompañó a Fernando Ochoa
El
Zapata, también hecho en Puebla, el tlaxcalteca recibió en El Relicario sus
primeras oportunidades hasta afianzarse como una de las figuras nacionales.
Rodolfo
Gutiérrez, El Pana, cautivó también a los poblanos al final de su carrera. El
diestro de Apizaco con la picardía que lo caracterizaba se convirtió en un imán
de taquilla.
Dentro
de los ídolos creados en El Relicario no puede pasar de largo el nombre de
Jerónimo, el diestro de la Ciudad de México fue formado en El Relicario como un
torero de carácter, así Jerónimo también se encumbró en la plaza México.
Las
noches de Arturo Gilio con su toreo colmaron el tendido innumerables ocasiones.
El de Aguascalientes salió varias veces en hombros y, una vez, en camilla al
recibir una grave cornada que lo trasladó al Betania, donde permaneció por una
semana.
Esas
noches dramáticas cuando Gilio, los hermanos Rafael y Alberto Ortega, El Cuate
Espinosa y El Zapata recibieron cornadas de pronóstico reservado no se
apartarán de las mentes de los taurinos, porque su vida dependió de los buenos
oficios del doctor José Alberto Vázquez, en la mayoría de los casos.
El
primer rejoneador en partir plaza en El Relicario fue el hijo del Ciclón
Arruza, Carlos Arruza, el 6 de mayo de 1989.
La
primera novillada ocurrió el 25 de diciembre de 1988 con Julio Sánchez, Rafael
Ortega, Marco Antonio Camacho, Hugo García Méndez, Saúl Acevedo y Ángel García
El Chaval, con novillos de Rancho Seco. La primera oreja de un novillo la cortó
Hugo García Méndez.
El
primer festejo nocturno en el coso de Los Fuertes fue la novillada del 9 de
septiembre de 1989 para Alfredo Lomelí, Marco Antonio Camacho y Arturo Gilio.
Cerrojazo
El
jueves 5 de mayo de 2016, El Relicario tuvo un cerrojazo de lujo con Eulalio
López Zotoluco y Joselito Adame con toros de Campo Real.
Españoles
José
Tomás, El Juli, Enrique Ponce, El Soro, Morante de la Puebla y El Fandi,
maestros de la tauromaquia española, fueron aclamados y, también abucheados,
como Julián López en una de sus últimas corridas.
Pablo
Hermoso de Mendoza con Cagancho (el caballo torero) vivió tardes y noches
pletóricas. El rejoneador navarro toreó en la grupa del inmortal Cagancho
principalmente excelentes ejemplares de la ganadería de Reyes Huerta y José
María Arturo Huerta.
El
francés Castella
El
francés Sebastián Castella llegó muy joven a El Relicario, pero con un toreo
elegante y temerario se ganó a los taurinos poblanos que lo hicieron suyo.
Castella
con el trascurrir de los años se convirtió en una verdadera figura en España y
en la México, el regreso del francés a El Relicario se reflejó en un entradón
en el tendido y con un gran triunfo.
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