08 mayo 2008

Garibay, a 10 mil metros de altura

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Luego del triunfo en Aguascalientes

Horacio Soto Castro

Ignacio Garibay se encontraba ya a 10 mil metros de altura. Efectivamente, pues venía en el vuelo procedente de Aguascalientes, pero también traía su estado de ánimo a esa altitud, o más, por el estupendo triunfo que obtuvo en la plaza Monumental con motivo de la feria de San Marcos.

Ya se sabe que Ignacio Garibay le cortó las dos orejas al toro número 417, Galán, con 453 kilos, luego de una faena de altos relieves, de temple y artística. Faena que era para ser premiada con el rabo, pero la actitud mezquina que ha mostrado el juez a lo largo del serial le impidió lucir los máximos trofeos. El público lo estuvo exigiendo, más que solicitando, y la autoridad se mostró impávida, pero le pegaron la enésima bronca.

La faena de Garibay fue completa, y como decíamos estuvo bañada por las festivas y alegres dianas de la banda de música, que por lo que se ve conoce más de toros que el juez.

Su labor de muleta fue excelente, primero con aterciopeladas verónicas y luego con lentas tafalleras, y con la muleta tuvo una estructura difícil de derrumbar, de una actitud prepotente. Siguieron las dianas en honor de Nacho por la variedad de suertes que ejecutó con gran plasticidad, y más que pinceladas eran paisajes completos, de los caros que se cuelgan en los museos.

La gente se volvió loca con lo que realizó Ignacio Garibay, la que considera el diestro la mejor que hace en esa plaza.

Afortunadamente el juez ordenó la vuelta al ruedo a ese Galán, que fue extraordinario, con todas las cualidades para ser pie de simiente de una ganadería con ambiciones. Bien cortado, bravo, noble, con fuerza, y emotivo, lo que se necesita para las faenas de antología.

Hace mucho tiempo que en la plaza Monumental, y en la feria, no se dan esos honores a toro alguno, hasta que vino Galán.

Dice el dicho y lo menciona Ignacio Garibay: "Toro bueno, descubre a torero malo. Y yo le hice lo que se le tenía que hacer, y bien hecho. Fue una faena que considero fue de rabo. Respeto la decisión del juez, pero no estoy de acuerdo con su proceder".

En realidad así fue un faenón que muy pocas veces se ven y más en ese coso, que mucho tuvo que ver el toro. "Sin toro no hay torero" dice otro dicho e Ignacio Garibay lo aprovechó al máximo.

"Lo entendí bien desde que salió -expresa Ignacio- y lo toreé bien. No hubo ventajas. Muletazos largos, con la muleta muy abajo y la faena iba a más. Le exigí mucho al toro porque no quería que se escapara el triunfo y él respondió, pero no tenía más pases. Y luego le di un estoconazo. Qué más quiere el juez para que se corte un rabo".

Nacho Garibay señaló que antes de empezar a torear a Galán, "pensé en que era una corrida muy importante, en una plaza importante y en una feria importante; consecuentemente que era una gran responsabilidad la que tenía y había que dar el mayor esfuerzo".

Ignacio ya tiene 8 años de formar parte del elenco de la feria taurina de San Marcos, pero "esta faena ha sido, sin duda, la mejor que he realizado y estoy muy contento por ello. Fue una faena especial, que no todos los días se puede hacer".

En su segundo toro quería asegundar, "pero al ejecutar las chicuelinas el toro se fue directo hacia mí y me dio un fuerte golpe, que me sacó el aire y ya no pude centrar. Fue un golpe muy fuerte y todavía me duele", y se toca la parte dolorida.

Ignacio Garibay tiene varias fechas y considera que la faena de Galán tendrá mucha repercusión en el medio taurino mexicano.

Publicado en el ESTO


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