“HABLEMOS DE TOROS”
Por: Ing. Elesban Solano Trujillo
El día domingo la afición taurina de Orizaba y la Región, recibió la fatal noticia de la muerte del torero orizabeño, Moisés Murguía “Monaguillo, pilar de la Tauromaquia en la región y en el sureste.
Moisés Murguía, nació en la ciudad de Orizaba hace aproximadamente 80 años, cerca del antiguo Rastro Municipal donde desde niño veía el desembarco del ganado que se sacrificaría, de donde le nació la afición por los toros, se inició con varios amigos como; Isidro Hernández Rul “El Mexicano”, Alberto Ortiz “El Chaval”, Víctor Hernández y la torera Esperanza Gil “La Macarna” entre otros.
“El Monaguillo” fue un torero muy estimado por el periodista español que cubría la fuente taurina del Diario “Esto”, Don Enrique Bohórquez y que lo apoyó durante su vida de torero, fue un torero muy cotizado en todo el sureste y en su tierra, fue un torero de mucha clase y muy vertical que si no llegó a mas altura, fue por falta de apoyos, tuvo solo una oportunidad de torear en la Monumental Plaza México, esto sucedió el 9 de julio de 1961 en una novillada de selección alternando con; Andrés Díaz, Manolo Chacón, Jorge Ortega, José Diosdado y Jesús de Anda, el salió en cuarto lugar con ganado de “Piedras Negras”, su toro pesó 388 kilos de nombre “Pepetero”. Como empresario en la antigua Plaza de Toros “El Toreo de Orizaba”, organizó como nadie una temporada de más de 18 festejos consecutivos con toros criollos, dándole oportunidad a todos los toreros de la región, apoyó a su hijo del mismo nombre, que se inicio como becerrista y posteriormente como novillero, finalmente desistió de seguir su carrera y se fue a los Estados Unidos, Moisés no volvió a saber de él. Ya retirado se hizo cargo de la Plaza de Cancún y posteriormente la de Isla Mujeres, por su buena amistad con los matadores; Manolo Espinosa, Jesús Solórzano y Jorge Ávila.
“El Monaguillo” fue un “icono” taurino en Orizaba y siempre se le veía como lo que fue… TORERO… por su andar, su físico, su don de gente y su manera de hablar. ¡Descansa en paz, Amigo!
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