¿La Fiesta En Paz?
Leonardo Páez
fiespaz@gmail.com
■ Escandalizante presentación
■ Hoy, segunda novillada en la Plaza México
Jorge López El Espartano Zamora
Los amigos se conocen en el hospital, en la cárcel y en las presentaciones de libros”, comenzó Carlos Hernández González, autor del libro Sin sangre, Pajarito, calificado de hereje por los fundamentalistas, la noche en que fue presentado en el Centro Cultural de la Tauromaquia, ante una nutrida asistencia de aficionados, pero no de antitaurinos ni defensores de mascotas, que desaprovecharon así una oportunidad invaluable de conocer los verdaderos puntos flacos del “enemigo”.
Como bien aclara en el breve y sustancioso texto de la contraportada del libro el ganadero de Zacatepec, Mariano Muñoz Reynaud: “Para que la cuña apriete ha de ser del mismo palo. Para juzgar a la fiesta brava hay que conocerla profundamente... No se vale poner un tache rotundo a las corridas de toros”... a partir de prejuicios, gustos, reacciones viscerales y antropomorfizaciones emergentes del toro de lidia, agregué yo.
“A la fiesta brava de México, añadió Carlos Hernández, le han sobrado comisiones taurinas, megapuyas y petomurallas, lo que se ha traducido en protagonismos sin sentido, en exceso de ventajas para el torero y en un aumento injustificado de castigo para el toro, que en los últimos años ha visto disminuida su bravura a causa de la complacencia interesada de algunos ganaderos con los toreros de cierto cartel. El resultado no ha sido positivo para nadie.”
Inició Mauricio Locken, cronista de radio y televisión, quien dijo que en la fiesta de toros ha habido cambios involuntarios, que los trajes de luces ya no son de seda; que los anunciantes, sobre todo de firmas gringas, se niegan a hacer publicidad en espectáculos taurinos o que en los medios se ha reducido al mínimo el espacio dedicado al tema. Concluyó con esta ecuación aplastante: “El toro chico y mocho, para corridas incruentas; el toro con cinco años y sus astas íntegras, para corridas tradicionales.”
Juan José Guerra, otro de los presentadores y cronista de amplios conocimientos, enfatizó el carácter didáctico y a la vez de denuncia que posee la obra, recomendando su lectura a pros y a antis, a tradicionalistas y a revisionistas. “Todos hemos contribuido al estancamiento de esta importante expresión de genuina mexicanidad.”
Hoy, en la segunda novillada de la temporada en la Plaza México hacen el paseíllo Arturo Saldívar y Manolo Juárez El Poeta, que tan grato recuerdo dejaron tras sus actuaciones en este mismo escenario el año pasado, y se presenta Manolo Olivares, para lidiar un encierro de San Antonio de Padua, propiedad de Mónica Hernández, sobrina precisamente del autor de Sin sangre, Pajarito.
Publicado en LA JORNADA
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