Torero británico en España vuelve a los ruedos y triunfa
Por DANIEL WOOLLS © 2008 The Associated Press
Aug. 18, 2008, 9:51AM
El matador británico Frank Evans durante una corrida en Villanueva de la Concepción, España, el domingo 17 de agosto del 2008. Evans tiene 65 años y volvió a los ruedos tras ser operado de una rodilla y un cuádruple desvío coronario. (Foto AP, Miguel Angel Morenatti)
El único torero británico en España volvió a los ruedos a los 65 años y de manera triunfal: quedándose con la orejas del toro que despachó.
Fue un impresionante retorno para Frank Evans, que pasó un tiempo alejado de los ruedos después de ser operado de una rodilla y un cuádruple desvío coronario.
"Fue fantástico. Aquí es donde soy el más feliz", dijo un sudoroso Evans, más conocido como "El inglés", durante una entrevista el domingo después de torear por primera vez en tres años.
El escenario no fue muy espectacular: una plaza de toros de un pequeño pueblo en medio de la nada, en el sur de España, y con un público de 600 personas. Nada que ver con las famosas corridas de Madrid y Sevilla, que atraen a miles de espectadores.
Aún así, allí se plantó Evans, un padre de dos hijos y abuelo de cinco nietos, frente a un toro de 420 kilos (925 libras) y un sol andaluz abrasador.
Después, los jueces le ofrecieron las orejas como muestra de haber lidiado bien el toro y Evans mostró el premio al público caminando a lo largo de la plaza con una enorme sonrisa. El torero regaló las orejas a un amigo y saludó con sus manos llenas de sangre.
El matador es el primero en admitir que no ha llegado a lo más alto en su carrera, sin nunca haber pisado las plazas principales.
Sus 40 años en los ruedos han sido una continua lucha por ganar respeto y quitarse de encima la etiqueta de rareza cultural. Para los aficionados españoles es quizás extraño ver a un torero llamado Frank.
Aún así, Evans es el único británico que ha llegado a la categoría más alta de la profesión: matador.
Los matadores lidian toros que pueden llegar a pesar 700 kilos (1.500 libras), a diferencia de los novilleros, que matan astados más jóvenes y con menos arrobas, que estoquean y en caso de no tener suerte, dejan que un peón de brega termine con el animal descabellándolo con la puntilla, una especie de puñal corto utilizado para despachar rápidamente a las reses.
Evans participó el domingo en una corrida benéfica con toros jóvenes. Técnicamente, hasta que no lidie con un toro adulto, no habrá vuelto de manera oficial a los ruedos. Sin embargo, el británico se sintió satisfecho con su hazaña.
"Para mi, esto confirma a todos aquellos que dudaron que soy totalmente capaz de hacer esto", dijo.
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