30 septiembre 2008

..en honor al derecho de opinar

300908


De Purísima y Oro.

Título: Epístola a los adefesios.

Fecha: Martes 30 de septiembre del año 2008.

José Antonio Luna Alarcón.

publicado en el diario Intolerancia. Puebla

Se ha armado un revuelo marca Acme y anda el cotarro taurino a machetazos gracias a una carta abierta que circuló por Internet. En ella, se pone del asco a Eloy Cavazos. El airado autor de la misiva le enumera toda la gama de triquiñuelas, trampas, ardides, timos, estafas, fullerías, pasteles, dolos y demás actividades que mi primo echa a andar cuando torea. El molesto escribiente del mensaje, en un resumen bien redactado, nos pone al tanto de lo que ya sabemos. Dice con enojo que escribe porque esta hasta la coronilla de la burla sistemática que el torero de Guadalupe, Nuevo León, viene haciendo en lo que el de la pluma llama “publicitada cuanto nefasta campaña de despedida”, sugiriéndole la bautice como “la caravana de la desvergüenza”. Me gusta, bien por la composición, el manejo del lenguaje y los sinónimos. Aunque para ser exactos diremos que la epístola contiene tres errores garrafales. El primero, la burla sistemática no es cosa sólo de la campaña de despedida, sino que ya se daba desde los tiempos en que la trilogía del plátano dominico, o sea, Manolo, Curro y Eloy, partían el bacalao repartiéndose orejas y rabos a granel, que le cortaban a becerrines estúpidos y sin mueble en la cabeza, anunciados como cuatreños en corridas formales. Estampa pobre e irrisoria a la que desde entonces se le denominó el toro achaficado.

El de la carta continúa con su reclamo al pequeño gigante espetándole lindezas, entre otras, que es un “asesino de animales indefensos” y que “no merece ser llamado matador de toros”. Además, le grita varios ya basta. Uno a la sensiblería y luego le larga con otro. Un hasta aquí al cuento de la edad, reprochándole que Curro Romero y Antoñete con muchos más años que el rey de las despedidas y el cuartito de pase, toreaban animales muy serios en plazas de primera y no eran unos farsantes en pueblos ubicados allá donde Juan amarraba la mula. También, le recrimina el robo descarado y vulgar, y lo de los jóvenes a los que con toda la malaleche del mundo les cerró el paso y les truncó la ilusión. El que firma este artículo conoce a dos, que desde luego, ya no son jóvenes. La arenga escrita termina con mayúsculas pidiéndole a Cavazos ya se largue de una buena vez. Por no faltar evidencias, añade cuatro fotografías en las que en tres de ellas, el gran maestro vestido de luces le hace caritoñas y adefesios a un becerro de las mismas proporciones al que en la cuarta imagen, un niño le arrima tremenda verónica a otro ejemplar. Aquí va el segundo error, aunque supongo que fue utilizado sin el afán de plagio, el último recuadro tiene los derechos de autor a nombre de la fotógrafa Laura Reséndiz, que ya clamó justicia.

En fin, yo que comparto la opinión del escritor de la carta de marras, me sentiría mal si no me solidarizo con él. Sin embargo, según y cómo. Es verdad, Eloy Cavazos no conoce la dignidad ni por asomo, lo han echado de todas las plazas concurridas por el público docto. A su vez, lo que ha hecho con la afición es insultante. Ha abusado de la sensibilidad y la ignorancia del público, y de la podredumbre de las autoridades. Algo que no es difícil entender si uno mira alrededor. El país en que vivimos, la ley del más fuerte, la corrupción a todos los niveles incluido el taurino, los atropellos en cada escalafón y en cada actividad. Lo del mensaje virtual muestra el juego de ajedrez de la existencia en el que en alguna casilla perdida aparece un peón alzando la voz para denunciar la corrupción de los reyes, las puterías de las reinas, los caballitos de madera, las torres insensibles y la mansedumbre de los otros peones. Lo que a final de cuentas no es nada nuevo. Los hombres seguimos perdidos desde el principio de los tiempos. La infamia se nutre de la complicidad, la ignorancia y el silencio, por eso, la esquela tenía su valor, mismo que perdió al no venir firmada. Es una lástima. La jiñó el colega. No dando la cara le faltaron el par de cojones que la hubieran validado.

Correo electrónico: textosjal@hotmail.com


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