30 septiembre 2008

EL FUNDÓN

Hace unas horas se firmó el contrato para que
Octavio García "El Payo" tome la alternativa en Pachuca.


Al revés

Por: Francisco Tijerina E.

Martes, Septiembre 30, 2008

La verdad que los antitaurinos no ocupan de muchos esfuerzos para hacer mella, de hecho son tan pocas y tan endebles sus acciones que ni escozor provocan. El verdadero daño lo hacen los propios taurinos, que se empeñan en hacer las cosas al revés.

Dos ejemplos pueden dar clara cuenta de que los taurinos se empecinan en buscar la forma de que nada funcione.

Hace unas horas se firmó el contrato para que Octavio García "El Payo" tome la alternativa en Pachuca. La intensa campaña del queretano en ruedos ibéricos y la noticia de que recibiría el doctorado en nuestro país, generaron una amplia expectación, misma que en un santiamén tiraron por la borda la empresa y sus representantes.

Si el cierre de la fecha fue un acierto de Pedro Haces, la forma en que se anunció la firma del contrato fue un desacierto absoluto que en lugar de sumar termina restando. Por principio la hora elegida para realizar la ceremonia fue pésima, porque hay que decirles a la empresa y la administración del torero, que a las 8:00 de la noche las redacciones de todos los medios están en pleno cierre; hay que añadirles que las cuatro personas que sí acudieron con interés y afición a su convocatoria, merecen un respeto, por lo que no es correcto hacerles esperar durante una hora y 15 minutos "para ver si llega alguien más".

Obvio, no iba a llegar nadie más, simple y sencillamente por la pésima elección del horario para realizar el evento. Habrá que enseñarles a ambas partes que si su interés (y claro, su necesidad de difusión) está apoyado en la promoción mediática, deben ser ellos los que se adapten a los horarios y dinámica de los medios de comunicación y no al revés.

Dados los acontecimientos no se puede esperar otra reacción que un airado reclamo por la falta de atención de los medios, cuando en realidad quienes han cometido el macro error han sido los taurinos.

Otro ejemplo.

En días recientes un grupo de entusiastas aficionados se dio a la tarea de organizar un serial de novilladas en el Cortijo San Felipe de San Pedro Garza García, Nuevo León. La intención era dar varios festejos y cerrar con una novillada de triunfadores en la que estaría en disputa un traje de luces.

En el toreo, como en pocas cosas de la vida, no vale aquel viejo refrán de "querer es poder", porque a veces no bastan las buenas intenciones. La afición de los organizadores se topó con la escasa respuesta del público y todo por errores de organización, de comprensión de un mercado, de una estrategia. Así, los noveles empresarios reventaron más pronto que un globo.

No puedes pensar en tener éxito cuando se buscan, de entrada, novillos baratos. Es como si en un restaurante quisieras tener filas de comensales cocinando los platillos con ingredientes de baja calidad.

No se puede pensar en el éxito cuando pretendes cobrar las entradas en 200 pesos, el equivalente a cuatro salarios mínimos, igual que aquel viejo mercader que entre dientes gruñía: "O bien vendido, o bien podrido". Es preferible apostar a buscar la cantidad que pueden darte muchos aficionados a un precio económico, que pretender el tener a pocos de precio alto, sobre todo cuando la materia prima (me refiero a los astados), son de ganaderías que poco garantizan el éxito, como ocurrió a final de cuentas.

En la estrategia, la promoción, la difusión, la sensibilidad de entender al mercado, están las bases de un futuro promisorio de la Fiesta. Mientras los taurinos sigan empeñados en hacer las cosas al revés, seguiremos padeciendo el ínfimo nivel que en muchas de las ocasiones nos caracteriza, y todo, por no escuchar.

Publicado en burladerodos.com


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