31-DIC-08
Por: Ing. Elesban Solano Trujillo
Con mis mejores deseos a toda la afición de Orizaba y la Región para este año 2009, que espero este lleno de satisfacciones y realizaciones, que las malas noticias sean las menos y que la Fiesta Brava, nuestra linda fiesta, llena ahora de advenedizos y gente mentirosa, fatua y aprovechada, dejen ser a los auténticos aficionados y dejen de molestar a nuestras autoridades pidiéndoles hasta para su sustento y diversiones.
Por otro lado se desea que Orizaba vuelva a ser lo que fue, antesala de la Plaza México, que la “indultítis” y “jueces de mantequilla” dejen de regalar trofeos y la fiesta tengas la seriedad de antaño.
Hace poco leía una columna en mi archivo periodístico, de una querida amiga ya desaparecida, la Sra. Rosa Rivera Alarcón, viuda del matador Ricardo Torres y madre del extraordinario critico taurino Ricardo Torres, donde comentaba una entrevista que le realizó al Contador Jesús Dávila, que durante muchos años fue Juez de la Plaza México y que fue uno de los Conferencistas del primer Ciclo de Conferencias “Hablemos de Toros” de la Peña Taurina la Concordia de Orizaba A.C., donde comentaba que había sido invitado por el empresario amigo suyo a presidir hace algunos años los festejos de la Feria de Texcoco, por la amistad aceptó presidir esos festejos, durante el pesaje de los toros, al Juez Dávila no le pareció ni el trapío ni el peso de los bureles por lo que no los aceptó, en ese momento los organizadores fueron por otra corrida con mayor presencia y fue aceptada, el siguiente festejo fue una novillada, cuando el Juez la vio, la rechazó inmediatamente, el empresario no quiso cambiarla y por lo que Don Jesús Dávila, renunció en ese momento a presidir el festejo, que se dio con otro Juez que si aceptó esas sabandijas. Posteriormente comentó que no volvería a presidir festejos que no fueran de la México, pero al poco tiempo el empresario Jesús Arroyo, lo invitó a presidir unos festejos y aceptó, ponderando que Chucho si era una persona que hacía bien las cosas, es por eso que a este Juez se le recuerda, junto con el Dr. Joel Marín (qpd) que presidió el festejo organizado por el que esto escribe en la Plaza de Toros “El Toreo de Orizaba”, festejo a beneficio de la Generación 68-72 de Ingeniería Química y Química Industrial de la F.C.Q. de la Universidad Veracruzana el domingo 18 de junio de 1972, con el siguiente cartel; Manuel Capetillo, Alfredo Leal, Lalo Azcué, Chucho Arroyo, Luis Martínez Vértiz y Vicente Pérez Avellá con toros de “Begoña”.
Otros jueces que se recuerdan son; el Lic. Juan Pellicer (Juan de Marchena), Dr, Pérez y Fuentes, Lic. Pérez Verdía, Ing. Pedro López Anaya, Don Luis Corona, etc., y una autoridad de callejón modelo, me refiero al Dr. Samuel Rosete, al que tanto se extraña en nuestro coso máximo.
Volviendo a la plaza de toros la Concordia de Orizaba, es necesario que se le de la categoría que tiene como inmueble y darle la categoría como PLAZA DE TOROS y eso no es fácil, se debe empezar con un REGLAMENTO, que desgraciadamente no tiene y si me atrevo a comentarlo, es que cualquier espectáculo, llámese como se llame, tiene su normatividad, sus reglas, su reglamento y gente preparada que la aplique y sepa aplicarla, olvidándose querer ser protagonista. Se necesita un Juez de Plaza, que sea eso, Juez en toda la extensión de la palabra y que debe ser designado por la máxima autoridad de la ciudad, el Juez debe estar presente en el desembarque de los encierros y que estos tengan, el peso y trapío requerido, además tenga la preparación, la cultura taurina y el criterio para manejar el espectáculo de la mejor manera. Se que esto es como una carta a los Santos Reyes, pero esta inquietud por parte de la afición, esta vigente y aunque esto moleste a los incondicionales de siempre.
“EL TOREO ES LA DESTREZA Y EL VALOR, CONVERTIDOS EN ARTE”
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