21 de Abril del 2009
Por: Jorge Raúl Nacif
El triunfador numérico de la feria es Ignacio Garibay, quien paseó cinco orejas y un rabo. Sin embargo, más allá de las cifras, Nacho fue el diestro que mejor toreó en Texcoco, llegando a cuajar dos extraordinarias faenas: la primera, el día del festejo denominado “Los Grandes del Toreo Mexicano”, que le redituó dos orejas, y la segunda, aquel trasteo que le valió el rabo.
Garibay se abandonó en su tauromaquia y demostró lo que es el temple, dejando fluir todo el sentimiento que lleva a dentro y deteniendo el tiempo en innumerables pasajes. Dice una frase que “de lo bueno, poco”, pero Nacho dos dio mucho del arte que atesora.
También Zotoluco cortó un rabo en la feria, pero de una forma totalmente diferente. Más que por el calado artístico, lo consiguió gracias a una labor bullidora que conectó con el tendido por el dinamismo presentado. Vamos, una faena no muy elegante, sino a base de desplantes e, incluso, actos tremendistas, como tirar la muleta y encarar al toro de rodillas.
Arturo Macías volvió a dejar de manifiesto la entrega y el carisma que mueve a las masas. Por momentos toreó reposado y con clase, muy asentado y ligando los muletazos, pero en otros instantes se llenó de arrebato para pasarse muy cerca los pitones y dejar de lado aquel toreo de solera. Las cinco orejas cortadas son fiel reflejo de la entrega mostrada y del cariño que le manifestó la afición.
Muy grato fue ver a Fermín Spínola superarse cada día y estar llegando a un sitio importante, pero, sobre todo, esforzarse por hacer a un lado su timidez y conectar con el tendido. El de Atizapán cortó cuatro orejas en la feria, todas con mucha fuerza, y se manifestó como un fácil banderillero, un muletero recio y un implacable estoqueador.
Joselito Adame cortó dos orejas en su primera tarde, tras aprovechar a un estupendo toro de Arroyo Zarco. El de Aguascalientes estuvo soberbio, sobretodo al correr la mano con la derecha, pero tal vez pudo haber cuajado una labor extraordinaria, cosa que no logró.
Mención especial merecen Alfredo Gutiérrez y El Pana. El primero sorprendió a todos por el reposo con el que está toreando y por lo sólido de su tauromaquia, sobre todo en su primera tarde. El Brujo de Apizaco salió del anexo en el que está recluido para cumplir con su compromiso, en lo que fue la anécdota de la feria. El Pana toreó muy a su estilo, creando momentos de gran belleza, y cortó una oreja de ley por una de las mejores estocadas del ciclo.
Hay otros matadores que sobresalieron, como Rafael Ortega, Fernando Ochoa y Miguel Abellán, pero sin lograr el impacto necesario pese a que cortaron orejas. Ruiz Manuel dejó buen sabor de boca y hubiera sido interesante verlo otra tarde, al igual que César Delgadillo y Leopoldo Casasola, quienes cerraron la feria apenas el domingo pasado.
Los encierros estuvieron bien presentados, salvo el de Vistahermosa y el de Joselito Huerta, a los que les faltó cara y remate. Cumplían, sí, pero apenitas. En cuanto a juego, hubo toros extraordinarios, pero el mejor fue “Capicúa”, de Fernando de
Entre los puntos negativos destaca la escasa asistencia, con un promedio de media entrada por corrida. La plaza se llenó sólo en una ocasión, en el festejo de preferia donde tomó parte Pablo Hermoso de Mendoza.
De ahí en más, la mejor entrada fue el día de los “Siete Grandes”, en el que el aforo de la “Silverio Pérez” se ocupó en tres cuartas partes, misma cantidad de público asistente para el festejo del 11 de abril, en el que partieron plaza Zotoluco, Garibay y Spínola.
Para la primera corrida, la segunda, la última y la novillada, la plaza registró apenas un cuarto de asistencia, si no es que menos, algo realmente lamentable si consideramos el esfuerzo loable que hizo la empresa para confeccionar carteles interesantes.
Otro punto negativo fue el continuo cambio de encierros, que se dio en tres ocasiones: Arroyo Zarco sustituyó a una corrida de Medina Ibarra que fue rechaza por las autoridades; Vistahermosa sustituyó a
Dejó un tanto que desear que los festejos, anunciados a las 17:00 horas, dieran inicio, en su mayoría, hasta 20 minutos después. Se entiende que se realiza para dar tiempo a la entrada de más público, pero todo tiene un límite y no es lo correcto para las personas que llegaron a tiempo a presenciar la corrida.
Así pues, esta Feria del Caballo
MundotoroMéxico
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