16 agosto 2010

DIEGO: RABO y a Hombros

Domingo 15 de Agosto 2010.
Blanca, Murcia.
La plaza se monta con gradas en el centro de la ciudad.
Lleno a reventar.
Novillos de La Quinta, de juego regular. El primero devuelto por poca fuerza, salió un sobrero de Nazario Ibañez, malo. Destacó por mucho el cuarto, premiado con la vuelta al ruedo.

Diego Silveti: (ovación y dos orejas)
Mario Alcalde: (oreja y dos orejas y rabo)

El novillero Mario Alcalde ha salido a hombros junto con su compañero, el mexicano Diego Silveti, en el mano a mano sostenido el día de hoy, en una festejo triunfal para esta novillada de la Virgen de la Asunción y de los Reyes.
Esta fecha es una fiesta Nacional en España.
El mexicano paró con el capote de manera muy lucida, en primer lugar, a un novillo con mucha clase pero con poca fuerza, que fue devuelto después de picado.
En reposición salio un sobrero de Nazario Ibañez, malo, con el que Diego estuvo muy firme y valiente, ligando pases de mérito por ambos pitones. Mato de media y dos descabellos. Recibió una ovación.
Al corrido en tercer lugar, lo recibió con buenas verónicas, fue un novillo que se volvía pronto y que se quedaba corto. El mexicano lo entendió muy bien con la muleta, muy puesta y muy por delante, para tirar de él despacio y con temple. La gente le respondió con fuerza, pues el toro se movía y tenia peligro, contrastando la fuerza y el sentido del novillo, con el temple de la muleta del Mexicano.
El torero se vino arriba y cerró la faena con espaldinas que calaron fuerte. Mato de buena estocada y le otorgaron las dos orejas, recorriendo el anillo en una triunfal vuelta al ruedo.
Mario Alcalde tuvo mas fortuna en el sorteo al llevarse al extraordinario cuarto de la tarde,  y lo aprovechó para salir a hombros al cortarle los máximos trofeos.

El novillero manejó muy bien los aceros toda la tarde.
A su primero lo toreo bien por ambos pitones, a un toro que se dejó y al que lo finiquitó de buena estocada. Una oreja.
El cuarto, lo cuajó y ligó por los dos lados, en una faena que fue de más a menos con un novillo encastado, que acabó ofeciendo las dificultades de un toro que por su bravura tuvo. Cerró con ayudados por alto y después de matar bien, el público pidió el rabo, que fue concedido por el Presidente. Siendo así el máximo triunfador del festejo.
Al final de la novillada, ambos toreros salieron en hombros.

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