Luis Ignacio Escobedo vuelta al ruedo y cornada a Miguel Alejandro
(31 julio 2010)
- Alejandro Escárcega
Abrió el festejo Miguel Alejandro ( obispo y oro) con Aniversario, número 25, negro listón bragado meano, brocho tocado del derecho con 416 kilos, el cual fué picado en tres ocasiones; nada con el percal, pero se lució Christian Sánchez con los rehiletes, para desmonterarse en el tercio. El leonés le brindó al cónclave tlalpense y al dar el tercer muletazo al natural fué prendido y recibió una cornada en el muslo derecho, regreso calado a darle muletazos de castigo, para con la toledana dejar dos estocadas y dos descabellos para escuchar aplausos y retirarse a la enfermeria de la cual ya no regreso.
Cayó de pie Luis Ignacio Escobedo (azul rey y oro) con otro mal novillo de Sergio Rojas, Sese, número 99, cárdeno obscuro bragado meano y brocho con 424 kilos, verónicas cargando la suerte y rematadas con una media de cartél; tumbo espectacular al varilarguero David Leos y quite con una garbosa chicuelina. Con la pañosa, pases de tanteo y al tercer natural es prendido el novillero zacatecano recibiendo un fuerte rayón en la cara posterior del muslo derecho, sin verse la taleguílla rota, derechazos en los medios y una buena serie de naturales, para terminar con una certera estocada, para dar la única vuelta al ruedo.
El de Ápan, Hidalgo, Rodrigo Ochoa (azabache y oro) con Marianito, número 24, cárdeno obscuro listón y cornivuelto con 400 kilos, verónicas aguantando las embestidas con la cabeza alta del novillo zacatecano. En el tercer tercio, largos muletazos de tanteo del tercio a los medios para hacer una buena faena con la diestra al son del pasodoble Novillero de Agustín Lara y otra por naturales en la querencia. Con el estoque, cinco pinchazos y dos descabellos con un aviso entreverado que le envió el juez de plaza Gilberto Ruiz Torres y aplausos al novillo en el arrastre.
Cerró el festejo el mexiquense Leonel Olguín (azabache y plata) con Buen Amigo, número 18, cárdeno obscuro bragado meano y brocho con 402 kilos, verónicas gustandose y le brindó su faena a Pepito Arroyo y al son Silverio, derechazos a la noble embestida del burel al igual que con la siniestra, manoletinas y muletazos de alíño, para con la espada perder la oreja que ya cási tenía en la espuerta; cinco pinchazos y una estocada con un aviso, para saludar en el tercio y ovación al novillo en el arrastre.
Antes de la salida del tercer novillo se rindió un minuto de aplausos en memoria del varilarguero Venustiano Pacheco recientemente fallecido.
La Fiesta Brava, Valor, Técnica y Sentimiento
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Toros en Arroyo
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