02 septiembre 2016

Las charlas con EL BARDO DE LA TAURINA

BELMONT Y LAS LUCES DE JUANGA

La fiesta nos une y por ello es oportuno recordar al  artista que en los más recientes cincuenta años alcanzó la máxima idolatría y fervor popular de todo un pueblo, como lo fue Juan Gabriel el de Parácuaro Michoacán, del que como artista y símbolo de la musicalidad mexicana, no se necesita subrayar más, pues bastaría con decir que el incienso se lo gano nota a nota, canción a canción y como interprete recordar aquella noche de gala cuando en Madrid se llevó las palmas en recompensa al sentimiento que le imprimió al Huapango Torero (Tomás Méndez) y ¿cómo no recordar? la admiración que el ‘Divo de Juárez’ sentía por ese torero significativo que lo es Ernesto Belmont y quien siempre será ejemplo, que en esto del toro, la enjundia y el carácter son simientes de la torería,  a la que Belmont sumaría su innegable personalidad y ese conectar con la gente en un suspiro, como sucedió aquella tarde de 1987  en la Feria de Uruapan, cuando con motivo de que en la plaza no cabía ni un clavel más, Juan Gabriel y ‘La Tariacuri’ tuvieron que acceder a las barreras por medio de una escalera que les colocaron en el callejón, recuerda el matador de la eterna sonrisa que ‘Juanga’ llegó con un sombrero michoacano y su rebozo ¡Faltaba más!, Ernesto Belmont le brindó el toro al que desorejo y previamente el sombrero purépecha rodara a sus pies,  la amistad había nacido como por arte de magia y de ahí con motivo de la presentación musical en la Plaza México, del amo del Noa – Noa, se le ocurrió a Ernesto, que la publicidad girara en torno a la tauromaquia y así Belmont dirigió las tomas fotográficas en las que Juan Gabriel, luciera aquel terno precioso de las tardes de gloria, el Obispo y Oro, de cuya casaquilla al portarla exclamó - Esto pesa demasiado- a lo que Belmont le contestó con un;-Imagínatelacon el miedo, no la aguantarías-, previo a la presentación el torero le explicó detenidamente al cantante la simbología y el respeto que merece la fiesta brava, el hijo pródigo de Juárez quedo vivamente impresionado al hallarse en el túnel de cuadrillas el cual el matador hizo que lo recorriera solo pa’ que sintiera el cante, lo que  impresionó de tal manera al artista que conforme se iba acercando a la boca de luz, tan  solo exclamó; - Siento que se me mueve el piso-, luego vendría la tarde de una Oreja de Oro en Texcoco 1989, en la que si un toro  de Armilla Hermanos con 600Kgno le perforo el pulmón, ni le quito la sonrisa a Belmont, fue por puritito milagro  y eso había que celebrarlo y pa’ la ocasión la mejor manera de hacerlo, era en barrera de primera fila del palenque, donde micrófono en mano Alberto Aguilera Valadez que era el nombre real del autor del ‘Amor Eterno’ le dedicara al toreador su actuación y ya después vendrían como en faena grande, una tanda y otra y otra de coñac, ni hablar las figuras, con las figuras.

QUE CHILLE EL MARRANO

 Me  preguntan ¿cómo los políticos controlan a los manifestantes anti toros? – Pues aventándoles sus ‘guajolotas’ de tamal verde o de molecon su buen trozo de carne de puerco, el que consiguieron  después de los mazazos que le metieron hasta reventarle el cráneo al marrano y luego con un cuchillote que más bien es un machete le atraviesan la yugular al cerdohasta desangrarlo en medio de los más espantosos chillidos y de ahí al tamalito, con los de mole la cosa es distinta pues esos los preparan con la carnita blanca y tiernita de los pollos que crían en estrechísimas jaulas y luego los pasan por una banda eléctrica, en donde los electrocutan hasta que sus ojitos se les ponen blancos y a darle que es mole de olla, y esto me lleva a pensar que si esos especímenes creen que los animales son sus hermanos, los quieren como tal y exigen el mismo trato igualitario que a los humanos, pues el hecho de comérselos en ‘guajolotas’, tortas o tacos los convierte en caníbales ¿O no?



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