06 febrero 2008

CRONICA







EN EL LXII ANIVERSARIO
DE LA
PLAZA MÉXICO

Mucho pundonor

Humberto Flores, José Tomás e Ignacio
Garibay estuvieron por encima del ganado

Adiel Armando Bolio


Una vez más se cumple el viejo adagio taurino, que dice: “corrida de expectación, corrida de decepción”. Sin embargo, el festejo de ayer, en que se celebró el LXII aniversario de nuestra bella Monumental Plaza México, tuvo matices que hicieron del acontecimiento algo más que atractivo, además de lo intrínseco del cumpleaños del gran coso, que fue, por ejemplo, la gran entrada que se registró en día laboral y en horario diferente. Sin duda, la mejor de la temporada que, ayer, precisamente terminó.
El ambiente era estupendo, el viento que amenazó terminó dispersándose y el clima finalmente se portó benévolo para ver cómo los diestros encartelados derrocharon pundonor a lo largo del festejo, a pesar de las dificultades que mostraron los astados.
Se lidiaron seis toros, tres y tres, de las ganaderías queretanas de Xajay y Los Encinos, que no dieron el juego que se esperaba. Sólo uno, el corrido en cuarto lugar, de Los Encinos, fue el que más destacó.
Humberto Flores, quien a ley se ganó su inclusión en el cartel grande, a su primero, un ejemplar que salía suelto, lo lidió con voluntad para ser aplaudido. En su segundo se hizo ovacionar con el capote, sobre todo en un quite de su invención, por capullos. Aquí cabe mencionar la salida al tercio del banderillero Christian Sánchez por dos estupendos pares de rehiletes. Con la franela, el de Ocotlán, confiado en su buena disposición, le largó ajustados y templados muletazos por el lado derecho. Sufrió una cogida sin consecuencias y malogró el trasteo con la espada para terminar saludando en el tercio.
El español José Tomás tuvo la oportunidad de imponerse al primer burel de su lote. La faena tuvo un mérito enorme desde que abrió de capa para lancear a la verónica con majeza y quitar angustiosamente por gaoneras. El toro se quedaba corto y el de Galapagar cuajó una labor importante por ambos lados, hasta sufrir un susto que no pasó a mayores. Terminó de estocada desprendida y el público demandó, con justicia, la oreja para el torero, pero el juez de plaza simplemente se la negó y todo se redujo a una salida al tercio. Y en su segundo, luego de veroniquear y quitar por ceñidas chicuelinas, comenzó su faena en los medios con cuatro estatuarios pases por alto, sin enmendar el terreno, para después ejecutar al soso astado series brillantes de naturales y sacar derechazos meritorios. Concluyó con emocionantes manoletinas y falló a la hora buena para ser ovacionado en el tercio con fuerza.
Y el tercero en el cartel, Ignacio Garibay, le puso mucha voluntad y torerismo a su actuación en el primero que le tocó en suerte. Expuso, se la jugó y la gente se lo agradeció con sonoras palmas en el tercio. En este toro, el banderillero Raúl Bacelis se desmonteró tras clavar lucidos pares de garapullos. Y en el que cerró plaza, el diestro capitalino se topó con embestidas descompuestas, lo que provocó que le echara más que empeño a su quehacer en el ruedo. No acertó al matar y recibió un aviso. En fin, que el gozo se fue al pozo.

Balance de trofeos
A lo largo de los 16 festejos de que constó la Temporada Grande Internacional 2007-2008 en la Monumental Plaza México, se cortaron 19 orejas, además de haberse indultado un toro. Los diestros que más apéndices obtuvieron fueron “El Zapata” y Humberto Flores, con tres cada uno, seguidos de José Tomás, “Morante de la Puebla” e Ignacio Garibay, con dos trofeos auriculares.

(PUBLICADA EN OVACIONES VER...)

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