05 octubre 2008

FERIA DEL AFICIONADO PRÁCTICO 2008


primer fin de semana


En lo que va de la Feria, se han cortado ocho orejas y dado la vuelta al ruedo a dos bravos novillos.


Por Esteban Ortiz Mena



Los toros son una cuestión de fe. Y para entender la fe, hay que profesar un culto.


Héctor Abad Faciolince, comenta en una novela maravillosa (El olvido que seremos) que en asuntos de religión, creer o no creer no es sólo una decisión racional. La fe o la falta de fe no dependen de nuestra voluntad, ni de ninguna misteriosa gracia recibida de lo alto, sino de un aprendizaje temprano, en uno u otro sentido, que es casi imposible de desaprender. Si en la infancia y primera juventud se nos inculcan creencias metafísicas, o si por el contrario nos enseñan unos puntos de vista agnósticos, o ateos, llegados a la edad adulta será prácticamente imposible cambiar de posición. Los niños nacen con un programa innato que los lleva a creer, acríticamente, en lo que afirman con convicción sus mayores.

Es conveniente que sea así, pues qué tal que naciéramos escépticos y ensayáramos a cruzar la calle sin mirar, o a probar el filo de la navaja en la cara para ver si corta de verdad. Creer a ciegas lo que le dicen los padres es una cuestión de supervivencia, para cualquier niño, y en eso caben los asuntos de la vida práctica como también las creencias religiosas. No creen en fantasmas o en personas poseídas por el demonio quienes los han visto, sino aquellos a quienes se los hicieron sentir y ver (aunque no los vieran) desde niños. No creen en toros quienes no han experimentado esa transformación metafísica al involucrarse en una faena, ver un par de banderillas y contagiarse del espectáculo.

La Feria del Aficionado intenta crear adeptos, profesando el único culto al que veneramos: los toros. Creemos, a través de Somos Ecuador, que se debe pensar siempre en lo taurino: los convertidos, que sigan disfrutando del rito y los iniciados que aprendan de la profundidad del mismo.

Así fue el primer día de Feria, 4 de octubre, con Rodrigo Patiño, Santiago Terán, Santiago Bustamante, César Aulestia, Esteban Morales y Christian Franco, como curas en procesión, lograron con sus sermones más adeptos. ¡Qué interesante resultó ver a diversos aficionados con sus intensas maneras de torear! Los tres primeros cortaron una oreja cada uno. La plaza estaba llena para ver a estos aficionados. Quedó de triunfador del festival Santiago Terán por la forma como toreó y se hizo un merecido homenaje a Rodrigo Patiño que, con sus setenta y tres años cumplidos, se despidió de los ruedos.

Con el sermón bien aprendido, los adeptos acudieron al día siguiente para ver a José Ignacio Román, José Luis Luna, Renato Ponce, Javier Patiño y Miguel Ángel Iturralde. No se defraudaron. José Ignacio Román cortó una merecida oreja, al igual que Renato Ponce y Miguel Ángel Iturralde, que debutaba, a quien tocó en suerte un bravo novillo de San José del Quinto. Pero la tarde nos traería una sorpresa: el buen toreo de Patiño que cortó dos merecidas orejas a un extraordinario novillo de Ortuño. Sobra decir que el triunfador del festival fue Patiño. Se premió, además, a los dos buenos novillos y el jurado hizo una mención especial a José Luis Luna, por el valor demostrado y las ganas de agradar.

Fue un fin de semana maravilloso, queda otro, lleno de matices y contrastes, donde nos volvimos a encontrar los taurinos, amigos, aficionados y locos, alrededor de una afición.

Y todos salimos contentos.


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