08 noviembre 2008

Ignacio Garibay, a corazón abierto

8 de noviembre de 2008


Recibió a ESTO en su casa

Miguel Ángel García

El matador Ignacio Garibay, convertido hoy en un matador a punto de conseguir la etiqueta de figura y considerado uno de los mayores exponentes a la verónica, recibió a ESTO en el calor de su hogar. Ahí, donde el coraje por estar frente al toro bravo se transforma en amor hacia su hijo, Ignacio, y de su gentil esposa, Claudia. Ahí, donde el único ser viviente que anda en cuatro patas y es color negro se llama Mariachi, su cobrador de labrador.

Ignacio, aún convaleciente de las dos cornadas que recibió el domingo pasado en Guadalajara, abrió de par en par su corazón para contarnos acerca de su carrera y del momento que atraviesa; sobre su familia y su posible ausencia de la Plaza México en esta temporada. Y, ahí, en un cómodo sillón, dio suelta a su sentir.

"NUNCA HE FALTADO EN LA GRAN PLAZA"

Nueve años presente en la México

CON nueve años de alternativa, el diestro Ignacio Garibay no ha faltado una sola temporada en este tiempo, ya que han sido más tardes en las que ha dado la cara cabalmente ante las figuras hispanas y mexicanas, sumando grandes triunfos que lo han colocado en el gusto del público capitalino. El espada no sabe si este año será su primera ausencia, ya que las negociaciones con la empresa aún no definen nada, aunque nadie ha dicho la última palabra.

CONSENTIDO DE LA AFICIÓN CAPITALINA

-¿Existen posibilidades de que torees en la Plaza México en esta temporada?

"Me encantaría, ahí he triunfado muchas veces y siento que los aficionados me ven con mucho gusto; en este momento te digo que, tristemente, no lo sé. No está en mi calendario, sin embargo, si le intereso a la empresa, ahí estaré. Y si no, el que más lo sentirá seré yo".

-¿Cuántas temporadas has toreado en la México?

"En los nueve años que llevo de matador, no he faltado a ninguna temporada".

-¿Significa que nada está dicho?

"Claro, las negociaciones con la empresa no están cerradas".

-¿Cuáles han sido tus mejores tardes en la gran plaza?

"El día de mi confirmación, que corté una oreja a un toro de Teófilo Gómez. Recuerdo otra tarde a lado de El Juli y 'Zotoluco'; ese día un toro de Fernando de la Mora me partió el peroné y seguí toreando hasta cortar dos orejas. Otra más, junto al El Juli y Óscar San Román, salí a hombros; y no olvido el mano a mano con César Jiménez, me pegó una cornada un toro de Barralva y me quedé a matarlo hasta cortarle dos orejas. Y la última tarde, que salí a hombros, sin olvidar mi tarde en la feria torista, día en que me puse la etiqueta de buen capotero".

-¿Y las malas tardes?

"Claro, no han faltado y he sufrido mucho con los petardos. Cada tarde que he toreado pasa algo importante... la México es la más importante que tenemos y todo lo que me ha sucedido ahí me afecta mucho", finalizó.

EL SABOR DE 2008

Un año de triunfos y satisfacciones

SIN duda, para Ignacio Garibay, 2008 ha significado un ciclo importante por los triunfos obtenidos a lo largo y ancho de la geografía taurina nacional. Los lauros que ha alcanzado en las principales plazas de México lo han situado en un matador a punto de colocarse en un pedestal de oro, no obstante de la factura que cobra el toro: las cornadas.

CONTENTO, MAS NO SATISFECHO

-¿Qué sabor te ha dejado este año?

"En resumen ha sido el año más importante de mi carrera en cuanto a triunfos. El común denominador ha sido la regularidad que he tenido con la espada, ya que se están matando los toros y por consecuencia los triunfos han sido contundentes. Este año ha sido relevante porque se ha triunfado en las principales plazas: México, Aguascalientes y Guadalajara, ante mexicanos y españoles".

-¿Cómo se consigue esta etapa de madurez?

"Siempre he echado para adelante y esta transición me ha llevado al torero que quiero ser. Desde que llegué de España sabía que mis alternantes serían duros, sin embargo, sabía que por ganas nadie podía ganarme. El camino del cambio me llevó a probar varios matices del toreo y al final me fui inclinando a lo que hoy soy".

-Respecto a tu carrera, ¿cómo resumes este año?

"El más importante de mi vida".

-¿Qué torero te defines?

"Alguien que deja gratos recuerdos a los aficionados delante del toro. Me gusta que la gente recuerde faenas, con temple y despaciosidad".

-¿Te dio coraje la cornada que sufriste en Guadalajara, dado el ritmo que llevabas".

"No, pero tampoco me da alegría. Lo asumo y sé que aún me quedan muchas por recibir... quiera Dios que sean menos".

-¿Cuál es el siguiente objetivo?

"Seguir en todas las ferias, en los mejores carteles y continuar en la línea que me he propuesto".

-¿Qué responsabilidad conlleva una carrera con triunfos a más?

"Mucha. Es muy bonito estar en los carteles de primera, no obstante, representa no defraudar a nadie".

-¿Estás satisfecho?

"Estoy contento, mas no satisfecho. Eso lo estaré hasta el día que me retire y por eso lo haré; por ahora, la guerra continúa", concluyó.

UN EQUIPO SIN IGUAL

Nacho, Claudia y Nachito

ATRÁS de un gran torero, siempre hay una gran mujer. O bien, a lado de Ignacio Garibay, siempre está su esposa, la señora Claudia Quijas, quien es la encargada de dirigir la orquesta. Y lo más importante, de saber entender la profesión de Nacho y de tener la sabiduría de sostener un hogar repleto de amor y armonía.

LA FAMILIA

-Con tanto ritmo en el año, ¿cuánto tiempo te queda para la familia?

"Siempre queda y debe. La vida de los toreros no es fácil, por lo que el apoyo familiar es vital, ahí es donde radica la verdadera fuerza para salir adelante. Claudia, mi esposa, ha sido maravillosa porque ha entendido mi carrera y ha sabido ser la esposa de un torero".

-¿Y cuando llegas con cornadas?

"No es fácil... no obstante, Claudia mitiga los momentos de dolor con su comprensión".

-Tu hijo, a pesar de estar muy pequeño, ¿entiende de tu carrera?

"Pienso que sí. Es un niño alegre y platicador, pero fíjate que el día que lo llevó mi esposa al hospital, donde me recuperaba de la cornada en Guadalajara, se puso serio y no quería acercarse a mí... siente algo... lo entiende en su corazoncito".

-¿Quisieras que fuera torero?

"No me gustaría ver a mi hijo herido, pero sólo él lo decidirá. Por mi parte, no".

-¿Eres feliz?

"Mucho. Me encuentro con salud, una familia preciosa y mi profesión a tope. Decir que no, es como si escupiera hacia arriba", concluyó.

LA BELLEZA DEL CAPOTE

La verónica y el torero

EN la actualidad, el espada Ignacio Garibay es considerado uno de los mejores expositores de lancear los toros a la verónica, puesto que como pocos, el diestro lo hace con cadencia y gracia. Pareciera que Nacho oprime el botón de cámara lenta, ya que sus lances los traza despacio y largos, con el temple que la divinidad le entregó y la magia de las musas. Dicho sentimiento inspiró a que uno de nuestros mejores cronistas taurinos, que ESTO ha dado al mundo del toro y decanos del mismo, don Francisco Lazo, escribiera prácticamente una crónica completa de las verónicas que Garibay ejecutó, allá, cuando éste hizo su debut en la Plaza México y que tituló el escriba: "Feliz reencuentro con el ritmo".

ÓLEO, FLAMENCO Y CLAUDIA

-¿Se nace con este don?

"Sí, el ritmo y estética se van mejorando".

-Si fueras pintor, ¿cómo pintarías una de tus verónicas?

"Con trazos largos, de un colorido armonioso".

-¿A partir de cuándo te brota el sentimiento?

"Siempre. Me acuerdo de una crónica que me hizo don Francisco Lazo, cuando me presenté en la Plaza México, la cual tituló: Feliz reencuentro con el ritmo. Y la mayoría del escrito fue dedicado a mis verónicas".

-¿Gusta a la gente?

"Siendo una de las virtudes que tengo, me enorgullece decir que cada tarde siento que la gente espera ver qué hago con la capa; eso me obliga a trabajar más".

-¿Con qué notas musicales se podrían comparar tus verónicas?

"Con un flamenco puro".

-Si la verónica fuera una mujer, ¿cómo la describirías?

"Con la mía, no hay más. Ese lance me ha distinguido y de igual forma lo ha hecho mi mujer", remató.



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