06 marzo 2009

Herrerías y la culpa es de otros.


en los medios


Por óscar MEJÍA.

A Rafael Herrerías se le puede imputar una lista larga de calificativos negativos: golpeador, prepotente, arbitrario, equivocado, sometido, berrinchudo, malinchista, irrespetuoso, falso y más. Ninguno de estos es útil para operar la plaza más grande del mundo.

De sus características como persona y como funcionario no hay nada bueno que decir, su gestión en La México durante más de 10 años ha constituido el peor periodo en los 63 de existencia del coso. Ningún empresario de los que le precedieron, incluyendo a Curro leal, ha generado tan mal ambiente para la fiesta brava en México.

Como taurino es muy malo, sus conceptos de la fiesta son indefinidos y perniciosos, baste observar la enfermiza predilección por el español Enrique Ponce, que le ha llevado a tomar esquemas de acción para beneficiarle, pasando por encima de los intereses genuinos de los toreros y la fiesta nacionales.

Pero como empresario es mucho peor, en más de 10 años se han logrado muy pocos llenos totales, como aquellos que se veían frecuentemente, que vivimos, cuando Manolo Martínez se anunciaba 7 tardes en una sola temporada y las 7 se llenaba La Monumental; y no solo con Martínez: con Eloy, Curro, Mariano, Valente, El Pana, y antes Capetillo, Huerta, Silveti, Leal y muchos, que no necesitaban extranjeros para cuajar llenos hasta la bandera. Además tomando en cuenta que hoy en el D.F y zona conurbada habitan alrededor de 20 millones de habitantes y no es capaz Herrerías de convocar 45mil personas para que asistan a su negocio.

Y ahora resulta que la culpa de su falta de respeto al público, de su incompetencia, de su nula capacidad para dirigir una empresa en armonía con su entorno, la tienen las autoridades.

Es muy fácil abrir la boca para negar lo que es evidente, que como empresario es un fracaso y poner en otros los pretextos. Y diría la autoridad… ¿yo porqué?

El reglamento en sus conceptos básicos es claro: en corrida de toros se deben lidiar toros, así dice la regla, no hay de otra, toro es toro no hay duda. Las características que debe reunir un toro están claras para todos: edad 4 años cumplidos, peso 450kilos al llegar y trapío, que se vea toro, con la seriedad que le caracteriza a la res adulta.

Y es ahí donde siempre empiezan los problemas entre empresa y autoridad, en los corrales. Varios ganaderos mandan cualquier cosa sin ese orgullo que debe tener un criador por su producto. El registro de nacencias es una vacilada que ganadero y empresario utilizan a conveniencia, pero en la práctica es inoperante porque en realidad no se certifican las nacencias con todas sus consecuencias.

Un buen empresario debe saber por vista propia lo que está comprando antes de meter los animales a los corrales de la plaza y hacer berrinches con el juez y veterinario; porque no le vendieron lo que compró y pagó (espero) bien caro y quiere que lo acepte, a fuerza (literalmente) la autoridad, Tiene derecho a exigir toros cuando paga toros, pero todo hace suponer que no saben ver toros en esa empresa, que Herrerías no sabe comprar toros, que siempre se quiere pasar de listo y presionar al juez. O será que su costumbre e idea del negocio es dar gato por liebre sin atender el interés del publico?, nomas por el gusto de hacer trampa.

La empresa es quien debe cerciorarse que al camión se suban toros y no esperar que se equivoque el juez, o que lo presionen con faramallas y amenazas para que acepte lo que está ahí, sin pensar en los intereses del público.

La cosa se agrava al negarse empresa y ganaderos a que se cumpla el examen post mortem, se haga publico el resultado y se sancionen las infracciones que lleguen a ocurrir. Siendo que el empresario debe, como prioridad, cuidar de su clientela y llevar a cabo conductas que la favorezcan, está obligado a utilizar cuanto esté en sus manos para garantizar la calidad del producto que vende y no evadir el control de la autoridad para no cumplir con su oferta, protegiendo a algunos ganaderos indignos.

Es muy sencillo: Cuando se anuncien TOROS, que se lidien TOROS.

Primero; que la empresa sepa ver los toros que compra y que lleva a la plaza; es cuando se debe controlar la calidad del producto…antes de. Si la empresa compra toros y se cerciora que así sea, el primer choque con la autoridad se evitaría.

Segundo; instrumentar el examen post mortem, coordinado y consensuado con y por las partes: ganadero empresario y autoridad. Ante Notario y en el laboratorio adecuado en calidad y confianza. Dar a conocer los resultados y generar confianza en el público acerca de la verdad de la oferta.

Tercero; aceptar y someterse los interesados a cualquier decisión que se tome a partir del resultado del examen.

Así de fácil.

Si, pero para eso hace falta buena voluntad, amor por la fiesta, honestidad, taurinísimo, trabajo, creatividad y muchas otras cualidades que evidentemente están ausentes en Rafael Herrerías, en algunos ganaderos y algunos toreros; que carentes de auto crítica y vergüenza prefieren culpar a los demás de sus fracasos.

Por esta vez, remato En Los Medios

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...a quién quieren engañar?



...res de Barralba no aceptado por el juez Miguel Ángel Cardona
.
...el herrado del número da la apariencia de estar manipulado.
este no parece toro


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1 comentario:

  1. Oscar Mejia, porque en lugar de escribir no te metes de Empresario, ya que como dices es ASI DE FACIL.
    Dices que hace falta buena voluntad, amor por la fiesta, honestidad, taurinísimo, trabajo, creatividad y muchas otras cualidades que están ausentes en Rafael Herrerías, pero que seguramente tu si las debes de tener.
    Si no me equivoco ahora que Herrerias regreso a la Plaza, la gente empezo a ir otra vez. (Dera por los malos carteles que estaba poniendo), tambièn se sabe que es el Empresario que mas corridas a dado en la Mèxico, pero claro que gente como tu siempre tiene que andar buscando el pelo en la sopa.
    Admiro de Herrerias que no se deja de nadie.

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