07 agosto 2009

Rincón Taurino(06/09/08)



"El Toreo ha muerto"


  • Por: Antonio Casanueva


Si como lo habíamos intuido en nuestro artículo anterior sobre la plaza “El Toreo”(ver Momento 1182 de 02/X/08) sus herederos habían buscado afanosamente por diversos medios incluyendo firmas internacionales de comercialización a clientes potenciales a quienes vender el predio en donde se encontraba construido y a encontrarlos se dieron a la tarea de derribarlo total y precipitadamente, hasta que materialmente no quedara piedra sobre piedra. Hoy con toda seguridad y parafraseando el título del libro de Roberto del Río: "El Toreo ha muerto", el que fuera publicado en esta ciudad, por Premia Editora de Libros, S.A. allá por el año de 1980, esta en condiciones de decir, que "El Toreo ha muerto” y siendo mas explícitos que nos referimos a la plaza de toros que hace mas de un siglo fuera construida en la colonia Condesa de la ciudad de México y posteriormente trasladada a los límites del Estado de México, en donde se le conoció igualmente como "El Toreo” pero de Cuatro Caminos .

Así es, este recinto El Toreo que ha muerto, ha sido derruido o demolido, que lo mismo da, sin dejar mas huella de tan magna obra que los letreros que indican la estación del metro así llamada. Lo que para taurinos, aficionados e historiadores de la gran ciudad capital, resulta una verdadera tragedia la que se venía gestando desde hace mas o menos diez años cuando la familia Bernal, hasta entonces propietaria del Inmueble, se decidieron a dar pasos encaminados a venderlo y que una vez logrado su objetivo, tan solo nos queda decir a quienes por muchos años disfrutamos de las hazañas realizadas en su ruedo y por mas que las lágrimas nos broten de los ojos: "El Toreo ha muerto".


Una vez mas, solo nos queda refugiarnos en la historia y que por cierto tiene mucha, pues fueron muchos años de gloria, de faenas inmortales, así como el nacimiento y consolidación de grandes figuras de la tauromaquia mexicana y triunfos espectaculares de
los toreros extranjeros mas importantes de aquellos tiempos, tanto en su ubicación original en la colonia Condesa capitalina como posteriormente en Cuatro Caminos, para lo que nos hemos ayudado entre muchos otros títulos disponibles, del magnifico artículo del prestigiado investigador taurino Xavier González Fisher y que titulara con evidente nostalgia :”Requien por una plaza de toros”.


"Quien vea las barbas de su vecino cortar, que ponga las suyas a remojar" reza un dicho popular mexicano, y que ante la cruel evidencia, resulta mas que nunca no solo un oportuno refrán sino una absoluta y evidente posibilidad. Por lo que si no queremos que tanto a La plaza Monumental México como a su vecino el Estadio Olímpico, conocido ahora como El Estadio Azul, ambos por el MOMENTO, igualmente cerrados,

se les vea llegar al mismo destino del Toreo cuatro caminero y queden convertidos para sus actuales o futuros propietarios, tan solo en un valioso predio ubicado a escasos metros de la avenida de los Insurgentes del sur de la ciudad capital, que sus propietarios, las autoridades correspondientes, taurinos y público aficionado; “que pongan las suyas a remojar".

Porque estamos seguros que no faltará algún inversionista previsor que sueñe o quizá ya este pensando, en demoler ambos monumentales centros de espectáculos taurinos y deportivos, para construir en su lugar otro Centro Comercial que incluyera además, elegantes edificios en condominio para venderlos a familias pudientes del sur de nuestra ciudad capital a precios exorbitantes.


Pero volviendo a la historia de tan querido como olvidado coso: La sociedad EL TOREO, S.A. fue constituida a iniciativa del antiguo peón y banderillero y por aquel tiempo, empresario de la existent
e Plaza México, Ramón López, con el fin de construir la plaza de toros "El Toreo", sociedad que estuvo formada principalmente por los señores Lucas Alamán, José del Rivero, Carlos Cuesta y Carlos Quiroz, este último conocido en el sub-mundo de los toros, como "Monosabio", entre otros incluyéndose muy posiblemente al propio Ramón López.


La referida sociedad, pronto acometió la empresa para la que había sido formada, adquiriendo un predio en la Ex-hacienda de La Condesa, la que se encontraba en proceso de urbanización y que una vez terminada, quedaría comprendida entre las calles de Durango, Valladolid, Salamanca, Colima y Oaxaca de la colonia Condesa, sitio en el que se construiría la Plaza, encomendándose el proyecto de la misma al arquitecto Alberto Robles Gil, en tanto que su dirección quedó en manos del Ing. Eduardo Sabathé y que contaría con capacidad para 20,000 espectadores , mismos que se colocarían cómodam
ente en cuarenta filas de gradería, así como 85 palcos de contrabarrera y una amplia zona de lumbreras.


La construcción de El Toreo quedó listo para 1907, siendo el 22 de Septiembre de ese mismo año su inauguración en la que actuaron por un parte el matador español Manuel González "El Rerre" quien otorgó la alternativa al mexicano Agustín Velasco "Fuentes mexicano", en tanto que por la otra, los novilleros Samuel Solís, Pascual Bueno y Jesús Trenes, siendo tanto los toros como los novillos corridos en esa memorable ocasión procedentes de la ganadería de Tepeyahualco.


"El Toreo" funcionó normalmente tanto para corridas como novilladas hasta el año de 1946, actuando en su redondel las mas afamadas figuras del toreo tanto español como mexicano, siendo la última corrida celebrada en ese coso el 19 de mayo de 1946 con un cartel formado por Edmundo Zepeda, Andrés Blando y Miguel López torero colombiano quien recibió la alternativa, con toros de San Diego de los Padres.


El mayor accionista de la sociedad propietaria tanto de "El Toreo" como del país entero por los años cuarentas, era el Sr. Gral. Maximino Avila Camacho, quien encabezaba además y por partida doble y hasta triple, las principales carteras del gobierno de la Nación, el que era presidido por su hermano el también Gral. Manuel Avila Camacho.


Luego de la muerte poco clara e imprevista de Maximino, sus familiares donaron las acciones de El Toreo, coso del que era propietario, a la Salud Pública y esta dependencia su vez las vendió al señor Angel Urraza, quien al no poder fraccionar el poliedro en donde había sido construida la plaza, la vendió al Ing. Armando Bernal, quien la reubicó en límites del Distrito Federal con el Estado de México, en una área llamada de Cuatro Caminos y que por una cruel coincidencia de la vida, sus herederos, la han enajenado y a nuevos propietarios cuyos nombres son totalmente desconocidos por ahora para el público, pero que seguramente lo saldrán a relucir en cuanto aparezca el nuevo inmueble que se proyecta construir en dicho lugar.


Estos nuevos propietarios, quienes evidentemente carecen del mínimo interés por la Fiesta Brava y su tradición, que por mas de cuatro siglos ha sido parte de las tradiciones de nuestro país, han demolido el inmueble de inmediato sin respeto alguno, y se dice que pronto se iniciarán los trabajos de construcción en el mismo predio, de un nuevo centro comercial con cuya clientela, hará que pronto quede nuevamente bloqueada la zona, tanto en el tramo del Periférico comprendido entre las colonias Polanco de la ciudad de México hasta el llamado Circuito Interior, como el propio circuito. Esto a pesar de los segundos pisos que precipitadamente se construyen en la zona, con los que se pretende aliviar el intenso tráfico actual y que seguramente intensificarán los compradores del mencionado centro comercial.



(Continuará)

Antonio Casanueva

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