El Toro en México
- Por Bardo de la Taurina
El hecho de que Pablo
Hermoso de Mendoza sea el más extraordinario rejoneador que haya parido el
orbe, no le debe permitir costumbristamente pasarse por el arco del triunfo a las autoridades, a los empresarios,
ganaderosy a sus compañeros de
alternancia atropellando los órdenes preestablecidos de la lidia pasando con
ello por sobre el respeto y la dignidad de la que deberían gozar el gremio
taurino. Más por si eso no fuese suficiente, recién en Cd. Valles S. L. P. llegó al reprobable acto
primero de darle a la plaza la categoría de Table Dance al quitarse la
chaqueta, remangarse la camisa como si estuviera en la sala de su casa y pa'
rematar, no sé bien si porque por aquí andaba de Spring Breaker uno de sus
hijos al que un día bautizo con el nombre de Guillermo y que se hallaba en la
plaza vestido obviamente de paisano que es lo mismo que con ropa de calle, eso
sí, seguramente comprada en El Corte Inglés o en algunas de las lujosísimas
boutiques de la calle Serrano, el caso es que Hermoso en un acto horroroso le
chiflo a su crio pa’ invitarlo a lo que el seguramente considero una pachanga y
que en realidad era una corrida de feria.
El chaval le ha de haber
preguntado ¿Qué onda papito? – pos métase al ruedo pa’
echar relajo aquí con el torito – pero no traigo botas – que importa si
ya ve que el torito esta rete mocho – pos entonces si apa... y como lo que iban
hacer padre e hijo a todas luces era
disparatado pues que el escuincle se monta en los lomos del caballo ‘Disparate’
y a darle que es mole de olla, la gente pensó primero que estaba siendo testiga
de un acto jamás visto el que un espontaneo a caballo saltara al albero, luego ya
se dieron cuenta que estaban viendo era dos Hermosos bueno en esencia porque
en realidad las suripantas y meretrices
de la región comentaron que el chiquillo no es tan hermoso como su famoso
padre.
Ya con los centauros
montados sobres sus cuacos ¿qué cree usted que sucedió? que el torito que aunque
era bravío y de casta valiente dijo – ‘no la chiflen que es cantada’, a mí me
trajeron pa’ que le embistiera al Hermoso mayor y ahora se quiere pasar de
lanza pidiéndome que divierta a su criaturita.
Ante esa desventaja de
dos caballos contra un toro, pues el burel decidió no hacerles el caldo gordo y
se pintó de colores y yéndose a rumiar
su coraje a las tablas, al ver esto Pablo le dijo a Guillermito aguánteme mijo,
ahorita lo saco de su refugio y echándole habilidad con ayuda de la maestría de
‘Beluga’ lo encelaron con brinquitos y coletazos hasta que logro sacarlo de las
tablas y como no lo iba a hacer si pa’ eso es no nada más, el más hermoso si no
el más poderoso de todos los caballeros y como muestra la maestría con que se
llevó al torito pintado de amapola y aceituna y lo dejo justo donde al rejoneador se le dio la gana que era el
sitio donde embestiría sin pretexto.
Como lo reprobable
continuaría, pues ahí seguía el navarro traicionando a la corrida y alentando a
un rejoneante pirata, pues sacaron unas cabalgaduras que fueran acordes con el
bochornoso acto y fue así que los Hermosos aparecieron montando a ‘Barrabas’ y
a ‘Pirata’, el de mayor edad tomo un par de banderillas y le dio una al de
menor edad, los palitroques eran cortos pues el torolullo por su inconformidad
con lo que estaba pasando o más bien de lo que estaba siendo cómplice y hasta
víctima, se negaba a embestir, una vez que le colocaron las orejillas de palo,
Pablo el hermoso al percatarse que en su cajón de hierros no venía ningún
esmeril pa’ rebanar en dos la hoja de peral, se tiro a matar solito, pa’
después repartirse una orejita por piocha.
Lo acontecido sin
quererlo esta sirviendo para subrayar lo aquí escrito la semana pasada, en el
sentido que las ferias de España nada tienen que ver con las de México y por si
hiciera falta todavía algo más horroroso, la prensa local tomó el hecho como un
pasaje rosa, aplaudible y hasta histórico, lo que colaboró a mancillar más la
fiesta que estamos tratando de defender, siempre lo he sostenido los peores
enemigos de la misma están dentro de ella.
¡Ah colegas ibéricos! ahí
les encargo en el improbable caso de que esto suceda en alguna feria me avisen,
mientras tanto me voy sentar pa’ no cansarme.
Ni duda cabe cada quien tiene la fiesta y la
feria que se merece y esto sucede porque el público que pago carísimo por ver
al rejoneador número uno del mundo, no nada más se quedó callado, sinoconsecuente
y hasta aplaudió el fraude.
¡Mecachis en la mar salá!
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