Ante tres cuartos de plaza se llevó a cabo la corrida de feria en Tlahuelilpan Hidalgo, corrida que marcaba la despedida del Zotoluco de esta plaza.
Se lidió una corrida de la ganadería de Marrón, de buena presencia y buenos en términos generales.
Abrió el rejoneador potosino Jorge Hernández Gárate quien castigó con lucimiento al de Marrón con dos rejones. En banderillas anduvo variado y haciendo las suertes muy de frente, rematando con galopes de costado que pronto conectaron con el público. Remató la faena con dos banderillas cortas y desafortunadamente se puso pesado con el rejón de muerte acertando al cuarto intento y escuchar palmas.
El maestro ha tenido una actuación muy completa ante dos toros de distintas condiciones, su primero tuvo nobleza pero no le sobró la fuerza, Zotoluco le tuvo paciencia y el toro terminó por entregarse al torero quien lo despachó de tres cuartos de estocada en buen sitio y le fue concedida una oreja.
El maestro ha tenido una actuación muy completa ante dos toros de distintas condiciones, su primero tuvo nobleza pero no le sobró la fuerza, Zotoluco le tuvo paciencia y el toro terminó por entregarse al torero quien lo despachó de tres cuartos de estocada en buen sitio y le fue concedida una oreja.
Su segundo tuvo mucha calidad, lo lanceó a la verónica rebosándose en la suerte y abrocho la serie con una media de pintura. Con la muleta lo toreó muy despacio por ambos pitones en tandas con mucho reposo, solera y arte al son de las golondrinas y entre gritos de torero, torero. Finalizó su labor con una estocada entera en buen sitio, entregándose en la suerte suprema lo que le valió el corte de dos merecidas orejas.
Alejandro Martínez Vertiz anduvo voluntarioso con su primero al que le pegó buenos muletazos que emborronó con la espada tras pincharlo en una ocasión y descabellarlo al tercer golpe con el descabello.
Alejandro Martínez Vertiz anduvo voluntarioso con su primero al que le pegó buenos muletazos que emborronó con la espada tras pincharlo en una ocasión y descabellarlo al tercer golpe con el descabello.
Su segundo fue el toro menos potable del encierro y de nueva cuenta anduvo mal con la espada pinchándolo hasta en seis ocasiones por lo que escucho un aviso.
Al término del festejo el Zotoluco salió a hombros, en una tarde más de su emotivo adiós de los ruedos.
Al término del festejo el Zotoluco salió a hombros, en una tarde más de su emotivo adiós de los ruedos.
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