Miércoles, 26 de Noviembre del 2008 Ciudad Juárez, Chihuahua
Por: Manuel Ríos / Corresponsal
El picador retirado sigue en estado grave, aunque estable, a la espera de la segunda operación con la que los médicos que le atienden pretenden reparar los múltiples destrozos que presenta en el brazo izquierdo, como consecuencia del accidente de carretera sufrido el lunes pasado a las afueras de la localidad texana de Mount Pleasant.El médico que le atiende, Paul Chin, está a la espera de los útlimos estudios de corazón y cabeza antes de volver a operarlo, lo que podría ser este jueves, pues durante la primera intervención que duró cinco horas, El Loco sufrió una ligero ataque cardiaco provocado por el estrés del momento.
"Mi doctor de cabecera, Francisco Hernández Guevara, de Matamoros, vino a verme de inmediato y se opuso a que me amputaran el brazo. Y aunque me encuentro grave, creo que ya la libré. Espero que me puedan operar pronto para ver cómo arreglan todo el daño que tengo", afirmó Efrén vía telefónica desde el hospital donde está ingresado.
Acosta Baray mantiene la calma y se ha tomado con mucha filosofía este terrible suceso, del que confía salir con bien. No hay que olvidar que se trata de un hombre fuerte, acostumbrado, por su profesión de picador de toros durante varias décadas, a recibir los golpes en los tumbos.
El Loco está acompañado de dos de sus hijas, y en breve llegará también su hijo, el picador en activo Efrén Acosta López, que está tratando de conseguir un permiso especial para que le dejen cruzar la frontera y poder estar al lado de su padre en estas horas tan difíciles.
Foto: Sam Rowley
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