03 agosto 2010

Nostalgia por los toros


3.ago.
  • Guadalupe Loaeza  
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Cuando me enteré que Cataluña prohibiría las corridas de toros en su territorio a partir del 1 de enero del 2012, a pesar de que el 57 por ciento de los españoles se declara en desacuerdo con la decisión adoptada por el Parlamento catalán, en la primera persona en que pensé fue en Agustín Lara, un taurino de hueso colorado. ¡Ah, cómo se hubiera enojado "el Flaco" con esta prohibición! No hay que olvidar que el gran compositor escribió seis pasodobles a sus toreros favoritos: "Fermín", "Gitanillo", "Novillero", "Valiente", "Silverio" y "El Cordobés".

El primero de estos pasodobles está dedicado al torero coahuilense Fermín Espinosa (1911-1978), conocido como "Armillita Chico". Éste fue uno de los toreros preferidos de Agustín a principios de los años 30. Es probable que haya presenciado gran parte de las 15 corridas que dio a lo largo de 1932 y 1933, cuando el joven torero aún contaba con 22 años. El "Novillero" se lo dedicó a Lorenzo Garza (1909-1978), a quien sus fans llamaban "El ave de las tempestades".

El otro torero homenajeado por la música de Agustín fue Luis Castro "El Soldado" (1912-1990), quien había nacido en la Ciudad de México, en el barrio de Mixcoac. Se le llamaba así porque jugaba cuando niño a ser soldado gracias a la ropa que le regalaban los soldados de un cuartel que quedaba a pocas calles de su casa.

Cuando "El Soldado" estuvo la primera vez ante un toro hizo una faena espléndida a pesar de que nunca antes había pisado un ruedo. "El Soldado" era considerado el torero mejor vestido de México. De él decían los cronistas taurinos: "El torero más caro del mundo". Fue en 1937 cuando Agustín le dedicó su pasodoble: "Tu estoque se vuelve bayoneta; bandera, tu muleta, soldado de verdad. España, doliente, en un beso te ha mandado la fama que te ha dado de 'Soldado' valiente".

Durante los siguientes seis años, Agustín no compuso pasodobles; sólo en 1943 se dejó llevar por la emoción de ver a Silverio Pérez (1915) en el ruedo. Silverio nació en el pueblo de Pentecostés, a un lado de Texcoco. Convivió con la muerte durante toda su existencia: a los 15 años ya había perdido a sus padres y a tres de sus ocho hermanos. Luego moriría uno de sus hijos y cuatro hermanos más. Entre ellos, Carmelo, quien muriera a causa de las cornadas que recibió del toro "Michín"; Carmelo, el mismo que se asoma a ver torear a Silverio en el pasodoble de Agustín Lara:

"Silverio Silverio Pérez/ diamante del redondel/ tormento de las mujeres/ a ver quién puede con él.

"Silverio torero estrella/ el príncipe milagro/ de la fiesta más bella/ Carmelo que está en el cielo/se asoma a verte torear".

A mediados de 1943, María Félix y Agustín Lara, cada domingo, se hacían presentes en la barrera de sol del Toreo de la Condesa. En la columna titulada "Farolazos", del 18 de enero de 1944, la novelista mexicana Josefina Vicens escribió:

"¿Qué harían los espectadores del sol si Agustín Lara decidiera no ir a las corridas de toros? ¿A quién le gritarían? Podemos asegurar que, hoy por hoy, las tres personas que tienen más cartel en el ambiente taurino son: Silverio Pérez, 'el Flaco' Valencia y Agustín Lara. El domingo no dejaron un momento de reposo al músico-poeta. Al verlo sin su María Félix, un asoleado le preguntó:

"-Agustín, ¿dónde dejaste a Doña Bárbara?".

Cuando las apariciones de María y Agustín se convirtieron en escenas cotidianas, el público taurino comenzó a tener confianza y a gritar: "¡Duro con él, María", "Allí van la Bella y la Bestia", "María, vas a acabar con el Flaco", "¡Mucha ensalada para tan poco pollo!", exclamaban los más "chistositos". Si Agustín llegaba con un traje negro, se escuchaba otra de estas voces: "¡María vino con su sombrilla!".

Uno de esos domingos, en los que el torero tuvo a bien brindarle un toro a la actriz, uno de los aficionados de la barrera de sol gritó: "¡Yo también tengo mi espada preparada para brindarte una corrida, María!...". Agustín no soportó el comentario, se puso de pie, tomo a María del brazo y le dijo terminante:

"Tú eres una reina y no voy a permitir que estos pelados te ofendan", aunque hay que decir que en realidad la víctima de todos los comentarios no era María, sino Agustín...

Hablando de nostalgias, cómo olvidar a Cantinflas toreando con su estilo inconfundible a un novillo; cómo olvidar aquella película de El Gordo y El Flaco donde este último de pronto aparece en el ruedo, muerto de miedo y vestido con traje de luces; cómo olvidar a Ava Gardner aplaudiendo a Luis Miguel Dominguín, el amor de Miroslava; cómo olvidar las trasmisiones de la Fiesta Brava con Paco Malgesto y Pepe Alameda, los domingos a las cuatro de la tarde; cómo olvidar las acaloradas discusiones de sobremesa entre mi abuelo paterno y su nieto Manuel y, por último, cómo olvidar en la película "Sangre y Arena" a un Tyrone Power guapísimo, vestido de torero con un traje azul y oro, dedicándole un magnífico toro a la bellísima Rita Hayworth.

Como la mayoría de los españoles rechazo los toros, pero no los prohibiría...
gloaeza@yahoo.com

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