30 julio 2011

DE TORO… UN POCO.

  • por Pedro JulioJimenez Villaseñor

ERA DE esperarse… José Ortega Cano ha salvado la vida, está recluido en casa acabando de recuperar su estado físico tan lastimado en el accidente automovilístico por todos conocido, ahora le espera algo peor, las autoridades harán su trabajo y el riesgo de un castigo penal está latente. En estos días será llamado a declarar y a que refute las pruebas que en su contra han presentado vatios vecinos de la localidad donde inicio el problema, panorama nada bueno le vemos, la ley es la ley y en este caso no lo salvara la fama de quien fue…


17 DE abril de 1960 en la plaza de Las Ventas, de Madrid. En la corrida que se celebraba ese domingo, un mano a mano entre Antonio y Juan Bienvenida, comienza a anunciarse el peso de los toros antes de salir del ruedo…

UN PAMPLONÉS llamado Etxepare inició en 1931 la costumbre de lanzar un cohete para comenzar la fiesta, fue retomada en 1939 por Joaquín Ilundáin e institucionalizada en 1941 en la forma que hoy lo conocemos. Javier Alonso dice que “Recuerda perfectamente, al igual que otros amigos suyos, cómo un conocido republicano y gran pamplonés llamado Etxepare fue el encargado de encender la llama desde 1931, fecha en la que se proclamó la República, hasta el año 1936 inclusive. Él fue testigo de ese primer txupinazo y recuerda que iba vestido a la moda de la época con su pajarita y su sombrero de paja”…

FUE EN 1947 cuando don Livinio Stuyck crea la Feria de San Isidro, “Feria de Madrid” su primer nombre, el serial de corridas de toros más importante del mundo taurino y que da en definitiva el rango y jerarquía que hoy en día tiene Madrid sin cuestionamiento alguno. El visionario empresario, de origen belga, confió su idea a varios taurinos y solo don José Flores, “Camará”, le ofreció respaldo moral para que iniciara el proyecto con cuatro corridas de toros y una novillada picada. Por cierto que al no llegar a un acuerdo económico con su amigo don José, Manuel Rodríguez, “Manolete”, queda fuera del primer San Isidro. “Manolete” moriría a tres escasos meses de esa primera feria. Ciclo corto que fue un desastre en lo artístico.
NINGUNA OREJA se concedió en aquel primer San Isidro, pero la afluencia de aficionados fue muy notable y eso acalló muchas voces que habían tachado a don Livinio de “loco”. El toro de la tarde inaugural se le fue vivo a Rafael Ortega, eran de don Rogelio Miguel del Corral y la terna la completaban Manuel Álvarez, “El Andaluz”, y Antonio Bienvenida que fue herido de gravedad. Cuando don Livinio deja la administración del coso venteño, en 1969, en ese entonces se daban ya de continuo 16 corridas, en la actualidad la cantidad ha aumentado hasta sumarse 28, 24 corridas, dos novilladas y dos con rejoneadores con llenos a reventar en todas las tardes, muchas de ellas con el boletaje agotado. Don Livinio fue un genio de lo hoy llamado mercadotecnia, Madrid estaría “frito” sin su anual feria, además marca el ritmo a seguir en lo que resta de la temporada, quien no lo crea así que se lo pregunte a un colombiano llamado César Rincón, ejemplo palpable de lo que da esa plaza a los toreros con valor, vergüenza, profesionalismo y amor a su profesión…     
MÉXICO NO tiene la suerte de contar con visionarios empresarios taurinos como el señor Stuyck, cuando los hay se nos va a Nevada el señor Haces a auto homenajearse y llenarse de estrellas. Además tenemos mala suerte, “el novillero sensación”, Michelito, corta orejas por toneladas en el sureste nacional y por tierras peruanas, en nuestras plaza el niño figura no da una, a esto sí que se le llama como decía, mala suerte, para “colmo” de nuestras desgracias el junior de Sebastián Palomo Linares no hará campaña por estas tierras. Palabra que un día de estos los enanos crecerán, así de salados estamos… Nos Vemos.   

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