01 agosto 2009

Mariano Ramos, la postrimería del "Torero Poderoso" - El legado y sensibilidad de Mariano Ramos



En la expresión de Pancho Flores. Foto: Archivo ESTO


31 de julio de 2009



Entrevista exclusiva para ESTO


Miguel Ángel García


(Primera parte)


Desde 1976, el matador Mariano Ramos no pisaba la redacción de ESTO. Hoy, 33 años después, el llamado "Torero Poderoso" regresa al periódico que lo ha visto nacer y que ahora lo está viendo despedirse de su profesión como matador de toros.


Con 37 años con la alternativa (los 38 los cumplirá el próximo noviembre) y 1,570 corridas de toros en su andar, Mariano Ramos, el también conocido "Torero de La Viga", se retirará de los ruedos el próximo año y lo hace por la Puerta Grande, como los toreros grandes, como los que han dado lustre y grandeza a nuestro toreo mexicano. Y, además, Mariano se retirará de los ruedos, si así se lo permite la Divina Providencia, con únicamente cinco puntazos y ni una sola cornada.


Charro desde los dos años, como él dice y torero desde los seis, Mariano Ramos ha sido otro ejemplo vivo del respeto y profesionalísmo que los toreros deben de tener por el toro y por la fiesta brava. Su mote de "Torero Poderoso" lo comenzó a adquirir desde los seis años y lo maduró en la dehesa de Ibarra, de don Agustín Chávez.


¿Su historia? Interminable y aunque este tema, la entrevista, la trataremos en dos partes, hace falta más espacio para hablar sobre la vida y obra de este gran matador de toros llamado Mariano Ramos, apodado "El Torero de la Viga", "El Torero Charro" y "Torero Poderoso".


Su campaña de retiro hubiera comenzado este mismo año en Aguascalientes y Texcoco, sin embargo no hubo arreglo y ahora, su apoderado Alfredo Gómez "El Brillante", se encuentra delineando lo que será su retiro en ruedos nacionales, con el propósito de culminar su carrera en la plaza más grande del mundo, la Plaza México.


El maestro Mariano llegó a ESTO en compañía de su apoderado, Alfredo Gómez "El Brillante"; es sobrio y recto. Se toma sus pausas para hablar, cruza una pierna, cruza la otra y de vez en cuando pone "end" al timbre de su celular cuando éste llega a sonar, que por cierto lo hace con la tonada de, "Ojo de Tigre".


Como es su costumbre al vestir, el matador luce pantalones pegados, estilo de charro, botines vaqueros y camisa por igual. Y dice antes de comenzar a charlar: "¡Caray, cómo ha cambiado el ESTO!".


"Mi ilusión es retirarme en la Plaza México, todo dependerá del señor empresario, Rafael Herrerías. Antes, el plan es hacer una campaña en ruedos de la provincia y cosechar un poco de dinero". Así es como el diestro de La Viga inicia la entrevista, quien tomó la alternativa de manos de Manolo Martínez y "Paquirri", con el toro Campanero, de Santacilia.



-¿Cuántos años de carrera, matador?

"Pues... ya 37 y en noviembre cumplo 38. Fíjate que, con la corrida donde di la alternativa a Juan Luis Silis, llegué a 1,570 corridas".

-¿Qué subraya de todas éstas?

"¡Híjole...! ¿Qué será? Fíjate, siempre le decía a mi antiguo apoderado, don José Abedrop, que llegando a las mil corridas me retiraba. Pero, es tan difícil dejar esta profesión, que, por ejemplo: al platicarle de mi retiro a mi esposa, me dijo, "¿cómo que te retiras?".


-¿Y en verdad ya se quiere retirar?

"Sí. Ya me quiero ir y bendito sea Dios sin ninguna cornada y bien física y mentalmente, con todas mis facultades en plena forma. Pero mi esposa dice que debería torear como Antoñete, hasta los 70 años. Sin embargo, mi principal objetivo es irme sano de la fiesta".


-¿Cuál es la fórmula para lograr tantas corridas de toros y mantenerse físicamente bien?

"Es un gran sacrificio, ya que se dejan los mejores años de la vida en esta profesión. A la fiesta hay que respetarla, tener vocación plena, privarte de muchas cosas y no sólo llegar, sino sostenerse".


-¿Cómo lo hizo usted?

"Imagínate que, cuando me hice matador, estaba en activo Manuel Capetillo (padre) Alfredo Leal, Manolo Martínez, Eloy Cavazos, Curro Rivera, Antonio Lomelín... fueron unos figurones del toreo y a mí me costó mucho trabajo entrar a ese grupo. Dicen que el que persevera alcanza, y creo que para lograr estas metas, como muchas, la clave fue la dedicación plena, entrenar diario y estar metido en ganaderías. Y claro, un gran apoderado".


-¿Usted lo tuvo?

"Siempre me achacaron que mis apoderados, el primero, Everardo y luego don José, me llevaron muy mal administrado. Yo considero que no fue así, pues llegar a 1,570 corridas no es fácil... quizás era tímido y para que me hicieran hablar en alguna entrevista me costaba mucho trabajo. La mala administración no fue culpa de mis apoderados, sino mía".


-¿Cuál fue su principal rival en su carrera?

"Ahí te va: fueron el matador José Antonio Gaona y Curro Leal. Con ellos llegué a alternar seis veces y realmente eran unos novilleros extraordinarios. Don Nacho García Aceves los quería mucho y ellos torearon más de 20 novilladas en el viejo Progreso de Guadalajara; yo compartí muchas tardes con ellos".


-¿Qué circunstancias adversas se encontró en su camino?

"Fíjate que ahora me las vengo a encontrar, ya al final. Cuando entré al grupo selecto, del que te platico, ningún torero me quitó de carteles. En lo personal jamás rechacé a un torero; le di la alternativa al 'Pana', al 'Glison', luego de que nadie se las quería dar. Nunca eché para atrás una corrida de toros, ahora, en estos dos últimos años, sí trato de escoger corridas de primera".


-¿Cómo se describiría Mariano Ramos?

"Qué te diré... Me pusieron la etiqueta de torero poderoso, desde novillero, entonces creo que ese ha sido mi título profesional: Torero Poderoso. Platicaba hace unos días que en la Plaza México, con mis 78 corridas de toros, he matado 11 corridas de Piedras Negras, 16 de San Marcos; dos de Corlomé, seis de Rancho Seco... o sea que me han tocado corridas de las que podemos llamar difíciles. Creo que por eso me pueden decir el Torero Poderoso".


-¿De dónde sacó ese poder?

"Mira, tuve un torero (maestro) que fue don Paco Aparicio Ramos, padre de mi prima Juanita Aparicio; cuando yo tenía nueve años, el señor, mi tío, me ponía a entrenar, allá, en el lienzo charro de La Viga, realizando puros doblones con ambas manos, primero con la derecha y luego con la izquierda. No me dejaba pegar ni un derechazo. Cuando llegué a la ganadería de don Agustín Chávez, en 1970, el ganadero acostumbraba a echarme dos vacas toreadas y ante estas vacas se aprende a lidiar, a ser poderoso. Se adquiere una intuición importante y creo que con las enseñanzas de mi tío y de las vacas toreadas de don Agustín Chávez, agarré el poder ante los toros".


-¿Dónde queda el toreo de clase de Mariano?

"Bueno... por ahí tengo algunos videos de faenas mías y se me ve algo de arte. Mi primera faena importante la realicé en 1972, una tarde en que se despedía Joselito Huerta; ese día indulté el toro Bigotón. Creo que esa ha sido mi faena con más arte y me concedieron una pata; más que poder, fue una faena de calidad".


-¿Y faena de poder?

"Ahí pongo a Timbalero, de Piedras Negras, eso ni hablar".


-¿Cuántas patas ha cortado?

"La primera fue en Irapuato al toro Bigotón; la segunda fue en Mérida, alternando con Jesús Solórzano y Adrián Romero, a un toro de Suárez del Real. Esta pata me la entregó el público, ya que el juez no quiso indultar el toro, me tocó los tres avisos y yo seguí toreando. Lo maté y el público me dio la pata, pero al salir de la plaza ya tenía siete policías para arrestarme. La tercera pata la corté en Mexicali a un toro Coquito, de José Julián Llaguno, en el último mano a mano que toreé con mi padrino Manolo Martínez. Estas han sido las tres que he cortado".


Tomamos una pausa y le pregunto al matador, qué bebida es su preferida, si el vino tinto o el pulque y dice con suma seguridad:

"¡Por supuesto que el vino tinto y con coca cola, como lo toman en España!"... (Continuará)




Mariano Ramos regresó a ESTO luego de 33 años.


Foto: Laura Ramírez / ESTO


1 de agosto de 2009


Miguel ángel García


(Segunda y última parte)


EN la entrega anterior, que el matador Mariano Ramos concedió en exclusiva a ESTO, hablamos de los principios de la carrera del "Torero de La Viga", de sus apoderados, del porqué fue llamado "Torero poderoso" y de cómo logró penetrar en el grupo de los toreros "selectos" de su época. Y claro, lejos de preferir el pulque, es asiduo al vino tinto, "y con coca cola, como lo toman los españoles, remató Mariano la primera parte de esta entrevista.


En esta segunda parte que le presentamos, el diestro habla sobre su renacimiento tras confirmar su alternativa, del porqué quiso ser torero y de la influencia taurina que tuvo de su prima, Juanita Aparicio. De igual forma, Mariano Ramos nos señala por qué ha sido un diestro respetado por los toros, sobre la filosofía de su vida y acerca de la espinita que le dejó su paso en Las Ventas de Madrid.


Y, recapitulando, Mariano Ramos ha entrado a su etapa de despedida de los ruedos. Dice adiós para siempre y en resumidas cuentas, se quitará el traje de luces para jamás volverlo a calzar.


¿Y qué hará una vez retirado? Mariano tiene la firme convicción de dedicarse por completo a su rancho, éste que guarda ganado bravo y que algún día podrá llegar a ser una ganadería importante.

Mariano sigue platicando muy a gusto. Con la claridad de los hechos como si éstos hubiesen sucedido ayer.


El tiempo no importa, quién sabe cuantas vueltas han dado las manecillas y el maestro continúa su plática.


En ciertas ocasiones cuando habla, Mariano se toma la barbilla y mira hacia arriba... respira hondo, o deja la mirada clavada en un punto X. Los recuerdos se le agolpan en el pecho, mas no muestra ímpetu por decirlos todos al mismo tiempo.


Y, a veces, aprieta los labios antes de seguir respondiendo a las preguntas. Existe nostalgia en sus palabras, alegrías, tristezas y muchos, muchísimos recuerdos que, quizás, el maestro se llevará intactos tras su retiro.


CONTINÚA SU RELATO


En la primera parte, la penúltima pregunta que le hicimos a Mariano fue, ¿cuántas patas ha cortado?

En esta segunda parte, retomamos (proseguimos) y le preguntamos:

-¿Luego de su alternativa, cuál era el reto de Mariano Ramos?

"Fíjate que era confirmar mi alternativa en la Plaza México; recuerdo que al otro día de mi alternativa toreé en San Luis Potosí, con Curro Rivera, quien traía una campaña importantísima, creo que de 60 ó 70 corridas. Además, estaba mi padrino Manolo Martínez en el cartel, ante toros de Garfias. Al término de la corrida me dijeron los apoderados, en ese entonces don Javier Garfias y don Everardo: 'Confirmas en quince días en la Plaza México'".


-¿Y se cumplió la cita?

"Sí, claro. Pero déjame contarte una anécdota muy simpática: El día de mi confirmación iba muy feliz y contento a la plaza, pues imagínate, con tres orejas en mi alternativa y dos al otro día, pues lo veía todo muy fácil. Ese día matamos una corrida de Tequisquiapan, entre mi padrino Manolo Martínez y Antonio Lomelí, que estuvo de testigo; la corrida no salió fácil, si acaso un toro de mi padrino se dejó y al cual le cortó dos orejas. De ahí en fuera, todo el encierro salió muy duro. En mi último toro, un astado complicado, las porras me gritaban: '¡regrésate de novillero!'. Ahí se estrellaron todas mis ilusiones, al escuchar esos gritos y al ver que mi toro casi se me iba vivo a los corrales".


-¿Qué aprendió de esa tarde?

"Que todo sirve para hacer conciencia y estuve pensando mucho tiempo por qué no le pude a los toros. Al otro día mataba una corrida de San Martín, en la confirmación de José Luis Galloso y como padrino Manolo Martínez, y tuve la suerte de cortar una oreja. Ahí comenzó otra vez Mariano Ramos".


-¿Por qué quiso ser torero?

"¿Por qué? Bueno, mi padre fue maestro de charrería, en el viejo Rancho del Charro de Ejército Nacional y le daba clases al hijo de don Gabriel Ramos Millán y éste era socio de don Pablo Ochoa, dueño del Toreo de Cuatro Caminos. A este coso asistí desde los cuatro años, ya que nos daban boletos del palco de don Gabriel Ramos. Entonces, viendo entrenar a mi prima Juanita Aparicio, a mi tío Paco y a mi padre, que rejoneó; además ver toros desde los cuatro años, pues yo creo que por eso soy torero".


-¿Tuvo mucha influencia de su prima, Juanita Aparicio?

"La última vez que la vi torear yo tenía seis años y me impresionó mucho su manera de torear. Ella fue la que me regaló un capote y una muleta. Mi madre decía, cuando no teníamos televisión, que cuando se escuchaba un vals en la radio me ponía a florear la reata y cuando se escuchaba un paso doble tomaba una toalla y según me ponía a torear. Doy gracias a mi padre por inculcarme la charrería y a mi tío por inculcarme la tauromaquia".


-A lo largo de todos estos años, ¿cuál es la filosofía que ha adquirido y que aplica en su vida?

"Ante el toro es el respeto. Me dijo don Agustín Chávez: 'El toro no es tu enemigo, sino tu amigo'. Mi filosofía es prepararse a conciencia y estar dedicado en cuerpo y alma al toro".


-¿Está logrando o ha logrado su objetivo en la vida?

"Los he conseguido. Con el primer dinero que gané les compré una casa a mis padres y los quité de trabajar; otro de mis objetivo fue tener un rancho y gracias a Dios lo tengo. Pero de los que nunca logré, fue cortar una oreja en Las Ventas, en las cuatro tardes que fui a torear a Madrid. Sin embargo, han habido más pros que contras".


-Por supuesto lo han respetado mucho los toros, ¿por qué será?

"Dicen que los toros dan las cornadas, pero Dios las reparte. He tenido cinco puntazos y fracturas muy molestas. Por eso digo que esta profesión es de respeto y de preparación. Y, si respetas al toro, él hará lo mismo".

Mariano Ramos no sólo podría en ruedos mexicanos, sino alrededor del mundo. Y, además de Europa, el "Torero de La Viga" se hizo notar en Venezuela, Barquisimeto, Maracay. Cali y Colombia; en esta última plaza toreó 47 corridas. También estuvo presente en Manizales, Medellín, Cartagena, Duitama y gran parte de Colombia.


Y prosigue:

"En Lima sólo toreé una vez. Pero déjame te digo que de la mano de Domingo Dominguín, apoderado que tuve en Ecuador, abrí muy fuerte las puertas de Quito. De ahí me traje el Cristo Jesús del Gran Poder. Fue un mercado que adquirí gracias a la bendición de Dios".


-¿Y cómo llegó a España?

"Eso fue gracias a don Javier Garfias, quien me recomendó para poder actuar en Madrid. Y mira, que sin haber triunfado en esa plaza, pude confirmar mi alternativa de la mano de Curro Romero y Paquirri, en 1974".


-¿Qué más logró hacer en Europa?

"Gracias a don Alberto Alonso, empresario de Las Ventas en ese entonces, toreé al otro día de mi alternativa nuevamente en Las Ventas, con Manzanares y "El Capea". Luego vino Sevilla y 42 corridas entre España, Francia y Portugal".


-¿Qué subraya de su paso en la Iberia?

"Sin lugar a dudas un triunfo que obtuve es en Valencia; mi prima Conchita habló en su libro, 'Por qué Vuelven los Toreros' de esta faena como una de las mejores que realicé en España".


-¿Eso fue lo mejor?

"Bueno, déjame agregar que me traje tres rabos: uno en Ciudad Real, otro en Guillena y uno más en Almendralejo. Y también salí a hombros en Pamplona y corté una oreja en Bilbao. Y tú has de saber que alzar un trofeo en Bilbao es de mucha valía. En verdad que me traje muy bonitos recuerdos, pero también una espinita por no cortar nada en Madrid".

-¿Se arrepiente de algo?

"No, porque las faltas que cometí fueron por inmadurez. Reconozco que cometí mucho errores, pero fueron sin darme cuenta y ahora ya son meras anécdotas".


-¿Cómo cuáles?

"Ahí te va: te decía que por 25 años tuve la gran oportunidad de torear en la ganadería de don Agustín Chávez, fue una persona importante en mi carrera y cada vez que yo toreé en México, siempre le brindé a él. Una vez me dirigí para brindarle, pero debajo de él estaba el maestro Joselito Huerta; al ver que me acerqué el matador se levantó de su lugar, supuso que el brindis era para él. Y, yo, sin malicia, le dije: Siéntese, el brindis es para don Agustín. Por supuesto que puse en ridículo al maestro y por esa acción me odió por siempre".


-¿Qué hará de retirado?

"Me dicen que ponga una escuela taurina, pero no tengo carácter para eso. Tengo un rancho y mejor me dedicaré a él y hacerme ganadero, esa es mi tirada".


-¿Cuál es el legado que ha dejado Mariano Ramos a la fiesta de toros mexicana?

"Ante mis compañeros, que mi línea siempre ha sido recta, que nunca quité un torero o eché para atrás una ganadería. Ante el público... no encuentro las palabras. Para los taurinos... tampoco. Y para los novilleros, ojalá que dijeran: Yo quiero ser como Mariano Ramos".


-¿Ha sido bondadoso?

"Mira, una vez le pregunté al matador 'Ranchero Aguilar', quien me ayudó mucho también: ¿Oiga maestro, por qué trae tantos novilleros con usted? Me daba envidia. Él me dijo: 'Ayuda que Dios te ayudará'. Y toda mi vida he llevado esas palabras conmigo y siempre he traído como unos 40 muchachos, a los que siempre he ayudado. Y eso he hecho, ayudar".

-¿Lo malo que haya probado de la fiesta?

"Nada. A lo mejor envidias".


-¿Es feliz?

"Mucho, gracias a Dios. En esta profesión se atraviesa por momento duros; no obstante, creo que probé cosas más bonitas. Tengo una esposa que es mi brazo derecho y que me ha aguantado, con todo y mis defectos. Ella es la que me ha sostenido en que no decaiga en los momentos difíciles, es una mujer excepcional y muy trabajadora. Es a la que le debo todo", concluyó.


El maestro culminó así esta entrevista, luego posó para nuestro fotógrafo y se retiró de ESTO.

¿Volverá? Sólo el tiempo lo sabe.

Nosotros esperemos que sí.


ACLARACIÓN

Nos llamó a esta redacción el aficionado taurino Salvador Juárez "El Mosco", para rectificar que la faena que logró Mariano Ramos al toro Bigotón, de Torrecillas, fue el 21 de enero de 1973, y no 1972, en León, Guanajuato. Ese día alternó con Joselito Huerta y Eloy Cavazos. Salvador, aficionado desde hace 77 años, califica esta faena como de las más perfectas y bellas que Mariano ha hecho.

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