24 agosto 2009

La novillada de Sergio Rojas les quedó grande

EDUARDO Navarro, banderillero, gran ovación por su excelente labor con los palos. Foto: José Luis García / ESTO

24 de agosto de 2009

  • Miguel Ángel García

POR FIN terminó el ayuno taurino en la Plaza México y la respuesta del público no se hizo esperar, ya que la gente realizó una excelente entrada bajo inmejorables condiciones climatológicas. Y, como base principal para el deleite de los asistentes y el triunfo de los toreros, la empresa puso en la mesa el ingrediente vital para el repunte del espectáculo taurino en la capital, como lo fue el ganado, el cual procedió de la dehesa de Sergio Rojas, que tuvo todas las posibilidades para que los espadas salieran cargados de trofeos. Sin embargo, lo único que faltó y que ya no depende de nadie, más que de ellos mismos, ha sido el hambre y las ganas de triunfar por parte de los novilleros Ernesto Sánchez, José Antonio Guerra y Pepín Vega, quienes se retiraron del coso entre abucheos, mientras que la novillada, toda, fue ovacionada en el arrastre y al final, en representación del ganadero Sergio Rojas, salió a hombros su hija, Paulina, de tan sólo 14 años.

NO MÁS NO QUIEREN

Al parecer la mayoría de novilleros (existen muy buenas excepciones) no se animan a dar el paso hacia delante y lejos de por lo menos tener una actuación decorosa, vienen a estamparse de meritita frente con su nefasta actitud. Aún no les queda claro, a algunos, el compromiso que significa pisar la Plaza México y el respeto que se le debe de merecer al coso que los puede consagrar. Y, por el contrario, con su falta de afición y ganas de querer "ser" queda claro que para algunos novilleros la gran plaza es simple y sencillamente para verse anunciados y luego colgar el cartel en su vitrina y presumirlo. Qué pena.

La empresa está realizando un gran esfuerzo porque nadie se quede sin torear y seguramente seguirá dando oportunidad a nuevas caras para esperar, como todos, que surja un nuevo torero. Sin embargo, antes de pensar en pedir una oportunidad para torear en la Plaza México, deben de hacer un examen serio de conciencia para saber con certeza si están aptos para este escenario, pues de lo contrario y de venir inexpertos, lo único que lograrán serán más piedras en su camino. Como fue el caso de los tres novilleros que actuaron ayer y que para colmo, han estado fatales con el acero, como si no entrenaran esta parte tan importante de la lidia.



SERGIO ROJAS, POR ENCIMA

Ayer hemos visto seis novillos totalmente desperdiciados que fueron óptimos para lograr triunfos grandes, ya que literalmente llevaban las orejas pegadas con pegamento del más barato. Todos fueron claros en la embestida, sin malas ideas y que se dejaban meter mano sin ningún problema. Planearon en su recorrido ante la muleta llevando la cabeza abajo, con calidad. Y de presencia no pudieron estar mejor para dejar estar a gusto a sus lidiadores. Todos, los seis novillos, fueron ovacionados en el arrastre y al final, en representación del ganadero, su pequeña hija Paulina dio vuelta al ruedo cargada a hombros, en reconocimiento por el compromiso de Sergio Rojas que supo cumplir cabalmente con su parte y muy bien. El quinto astado sobresalió en el castigo de varas, ya que empujo más que los demás, llevándose al caballo hasta prensarlo en tablas y recibió dos puyazos; antes, había saltado al callejón. El cuarto, que cumplió bien ante el piquero, también recibió dos puyazos. En verdad, qué lástima de novillada, ya que merecía mejor suerte. Sus nombre, en orden de salida: Abuelo, Pescador, Colaborador, Tirador, Pancho y Paulino. Que el Dios Uro los tenga en su santa gloria.

EDUARDO NAVARRO

En el quinto astado sobresalió la actuación del banderillero Eduardo Navarro, por su excelente labor al poner las banderillas la gente lo sacó al tercio para rendirle una sonora ovación. Además de los novillos, Eduardo fue el único torero aplaudido.

ERNESTO SÁNCHEZ

En un principio el novillero Ernesto Sánchez, que ya piensa en tomar la alternativa y al parecer ya está concretada para la próxima feria de Texcoco, parecía que venía con todo y de regreso al buen camino, sin embargo, sólo fue polvareda. Logró dos tandas con la mano diestra que emocionaron a la clientela, jalando bien la embestida del toro, largo, de buen trazo. Luego intentó por izquierda sin conseguir mayor eco por los derrotes que le pegaba el astado y tampoco le quiso intentar más. Regresó por el lado derecho y el novillo ya no le fue como en un principio y mejor ahí la dejó. Mató de tres pinchazos y una media que bastó. Ovación al toro, silencio para el torero.

Con su segundo, que fue un tanto áspero en la embestida, sin ser peligroso, no consiguió mucho eco, más que una voltereta. Mal con la espada y abucheos. Ovación al toro en el arrastre.

JOSÉ ANTONIO GUERRA

Ante su primero, Pepe Toño Guerra, como le dicen, logró verónicas más con el corazón que precisas. Con la muleta, ante un toro con raza, que tuvo mucha transmisión y claridad, Pepe tuvo sus dudas y le costó trabajo hacerse por momentos del astado. A pesar de ello, el coleta consiguió una tanda milagrosa que emocionó mucho, luego ya no se acomodó y únicamente logró trapazos, lo mismo por el lado izquierdo. Volvió la muleta a su mano derecha y nuevamente surgió el milagro, ya que volvió a hacer una tanda bien hecha y hasta ahí, ya que perdió por completo la distancia. Terminó pésimo con la espada, de un bajonazo. Ovación al toro, silencio al torero.

Con su segundo solamente brillaron algunos detalles que tuvo al principio y la salida al tercio del subalterno Eduardo Navarro luego, el torero terminó aburriendo y se retiró abucheado por la espada que dejó delantera. Ovación al astado.

PEPÍN VEGA

Definitivamente adelantó su presentación en la Plaza México y lo único que mostró fueron sus carencias; es una pena, ya que, como mencionamos arriba, lejos de irse con un futuro prometedor, se retiró con una mancha bastante negra. De su actuación, mejor nos ahorramos el espacio. Silencio y pitos; sus astados, ovacionados en el arrastre.

ESTO


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