05 agosto 2009

RINCÓN TAURINO (30/07/09)



"El Volcán de Aguascalientes"


  • Por: Antonio Casanueva

Ahora que las impertinencias del empresario del coso capitalino provocaron deliberadamente una serie de dificultades con las autoridades del Gobierno del Distrito Federal. La temporada novilleril de este año, por tanto, se encuentra suspendida y al decir del propio Sr. Herrerías, en forma indefinida. Actitud, con la que quedan aún mas al descubierto sus maquiavélicas intenciones de privarnos y de manera definitiva de nuestro espectáculo favorito; La Fiesta Brava primero en la capital de la república y así progresivamente en el resto del país.


Por lo antes mencionado a taurinos y aficionados no nos ha quedado mas recurso que refugiarnos en la historia y sus recuerdos por lo que para esta semana, hemos seleccionado, la figura de Rafael Rodríguez llamado con toda justicia "El Volcán de Aguascalientes" quien como su nombre lo indica era explosivo y su toreo volcánico, poseedor de gran valor y entrega con la que vino a restaurar, hace mas de 60 años, a nuestra querida Fiesta la que como ahora, parecía estar destinada al olvido y su destrucción, por la decidía mal intencionada de quienes por su posición y jerarquía, mas deberían de apoyarla y defenderla.


Pese a que sus historiadores se han empeñado en negarlo, Rafael Rodríguez nació en la llamada tierra de la gente buena, la ciudad de Aguascalientes el 17 de agosto de 1926 y como pocos abrazó la fiesta brava por necesidad ya que procedente de sectores muy necesitados no encontró mejor camino para garantizar su subsistencia.


El 18 de julio de 1948 debutó en Aguascalientes vestido de luces, para que en menos de 60 días, el 5 de Septiembre del mismo año, lo hiciera en la Monumental Plaza México armando una escandalera durante toda la tarde, lo que le valió cortar oreja y rabo al novillo de su presentación de nombre "Panadero" y otra mas al último de la tarde "Gitano" ambos de la ganadería de Pastejé.


Al siguiente domingo 12 de septiembre, se superó a si mismo cortando la oreja y rabo a sus dos enemigos de aquella tarde; "Palomo" de Zotoluca así como al sustituto del quinto, éste último procedente de la ganadería de Zacatepec. Para refrendar sus triunfos en la siguiente aparición en el coso capitalino, el 3 de octubre obteniendo nuevamente los máximos trofeos de “Toledano” de Coaxamaluca y "Bolchevique" de Zotoluca el 12 de octubre, llegando a sumar hasta 6 actuaciones durante aquella inolvidable temporada, la que fuera llamada de “Los Tres Mosqueteros" tanto por los triunfos de Rafael como los de Jesús Córdoba y Manuel Capetillo.


Con tan significantes actuaciones durante la temporada de su debut como novillero, la empresa capitalina contrató a Rafael Rodriguez para tomar de inmediato, la alternativa en esa misma plaza y durante la primera tarde de la siguiente temporada formal, habiéndose efectuado la ceremonia el 19 de diciembre del mismo año, con Silverio Pérez actuando como padrino y el potosino Gregorio García como testigo.


En esa tarde y luego de una pésima actuación del "Compadre" Silverio, Rafael Rodríguez refrendó con creces sus triunfos novilleriles, al salir al tercio luego de su actuación con "Morisco" el toro de la ceremonia y realizar dramática faena al sexto "Collarín", ambos de Coaxamalucan, la que concluyó con una certera y sensacional estocada, obteniendo los máximos trofeos por petición popular.


Durante su segunda actuación en dicha temporada; al domingo siguiente, 26 de diciembre, alternando ahora con Luís Castro "El Soldado” y Fermín Rivera con toros de La Punta, Rafael Rodríguez realizó un faenón suicida a su primer enemigo en el que desgraciadamente falló a la hora de matar.


En su tercera actuación como matador de toros, en la primer corrida celebrada el año siguiente, 9 de enero de 1949, según el primer historiador taurino de México Don Heriberto Lafranchi en su libro "La Fiesta Brava en México y España", nos comenta que Rafael Rodríguez empezó mal en el tercero "Visitón", un toro reservón que embestía muy descompuesto, pero el torero por quien estaba lleno el coso de bote en bote, se puso valiente después de impresionante cogida, emocionando al público con pases ceñidísimos citando con el cuerpo y metido entre los pitones, para que al final de la faena, cortara la oreja y rabo.


Completando tan exitosa temporada con un total ocho actuaciones durante la temporada, incluyendo una en la recientemente inaugurada Plaza de El Toreo de Cuatro Caminos, la que merece especial atención tanto por su grandiosa faena al toro "Angulo" de Coaxamalucan del que igualmente alcanzara los máximos trofeos, cuanto que fuera finalmente trasladado a hombros por un público emocionado desde tan lejano coso, ubicado en los límites capitalinos con el estado de México, hasta el centro de la ciudad de México, en donde aficionados y torero visitaron -entre gritos apasionados- las redacciones de los periódicos especializados como "El Redondel", "La Afición", etc.


Durante los años de 1951 y 1953, nuestro personaje viajó a España en donde superó las veinte actuaciones y confirmó su alternativa, en la madrileña Plaza de "Las Ventas" el 16 de mayo de 1951 de manos del sevillano Pepe Luís Vázquez y Manolo González testigo, con una corrida de Don Felipe Bartolomé.

El carácter firme, la decisión a toda prueba con la que se enfrentaba lo mismo a enemigos que a sus alternantes, pero especialmente por un valor mas que suicida, hicieron de Rafael Rodríguez, un auténtico ídolo de todos los públicos, pero muy especialmente los capitalinos, en donde por muchos años fue el torero, tanto matador como novillero, con mas trofeos ganados en la Plaza México.


Cuando sintió que su ciclo como torero en activo había concluido y las nuevas contrataciones escaseaban, se retiró de los ruedos, encerrándose con seis toros de la ganadería de La Punta, en la plaza de Aguascalientes el 26 de abril de 1971, en donde 23 años atrás había debutado, sorprendiendo y luciendo con valor y prestancia por primera ocasión el terno de luces, para finalmente emprender el viaje sin retorno el 16 de octubre de 1993.

Antonio Casanueva



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